Martes 7 de noviembre

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A las 19:05 aparece el guardia con las bandejas de la cena.

-Sabes que al tener el turno de la noche suele ponerse muy aburrido todo, dice Matt, mientras se acerca a la reja del agente. Will se levanta para recibir su comida y lo interrumpe.

-Imagino que nuestros encuentros ya no se graban.

Matthew se calla, abandona la bandeja en las manos de Will y prosigue.

-Por lo que termino mucho tiempo perdido en Internet, y justo anoche me salió un video de datos curiosos sobre los perros.

-Tomo eso como que estoy en lo correcto.

Matthew sigue con su discurso, cortando a Will.

-¿Sabías que al igual que pasa con los humanos, los perros también pueden contagiarse de un bostezo? Increíble.

-Sí, lo he visto. Tengo muchos.

Matt ahora fija su mirada en la de Will.

-Lo sé. Y me encargaría de que ellos vuelvan a tí. Sé cuánto los extrañas. Aunque yo soy más de los gatos, ¿sabes? De niño vivía en apartamentos pequeños y aparentemente ellos son los animales perfectos para ambientes diminutos.

-Tuve un gato una vez. Un vecino lo mató.

-Tragedias cotidianas. Dos de mis gatos tuvieron ese mismo destino: Benny a los 5 años y Alex a los 3.

-Quisiera que ampliaras sobre tu propuesta.

-Hay una ciudad en Croacia que tiene playas y montañas.

-Croacia... ¿Ya tienes los pasaportes falsos?, ríe Will.

-Makarska. Está ubicada en la costa adriática. En el verano los días son hermosos, las playas se inundan de turistas cercanos y lejanos, y la vida es ligera.

-¿Y en invierno?, pregunta Will apoyando su bandeja de comida.

-El clima es suave pero acogedoramente fresco. Pero también puede llegar a nevar. Es hermoso.

-Esta comida no es del hospital. ¿Qué me trajiste?

-Pasticada. Es un estofado preparado a base de carne, no de humano, disculpa, bromea Matthew. Will solo sonríe.

-Verduras, especias y vino. Es uno de los platos típicos de Croacia, continúa el guardia.

-Es una lástima tener que disfrutar de esta bella gastronomía de esta manera.

-Pronto lo harás a orillas del mar. Doviđenja.

El guardia se retira y William sonríe para sí mismo.

-Podría disfrutar del aire del mar. 

Solo dime si vienesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora