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La joven de cabellos plateados experimentaba una sensación de incomodidad, inquietud y ansiedad. Juraba sentir que su ritmo cardíaco aumentaba y notaba que sus manos temblaban. La espera frente a aquella gran puerta se le hacía tortuosa, y las importantes figuras de los guardias que estaban a sus costados no hacían otra cosa más que aumentar sus nervios.

Puede pasar, señorita Rashta -  La voz suave de una doncella hizo que afirmara levemente y, apretando con fuerza la tela fina de su vestido entre sus dedos, se adentró en la habitación a pasos lentos -

Ante ella se encontraba la figura de una hermosa mujer. Sus ojos brillaban como el metal plateado, su rostro era delicado y su piel pálida con matices rosados. Los cabellos oscuros como la noche añadían a su apariencia una fragilidad absoluta. Sin embargo, la intensidad de su mirada parecía extraer su alma y juzgar su corazón. Rashta inclinó la cabeza evitando aquellos ojos con vergüenza.

soy Rashta. Es un placer conocer a la hermana de su majestadLa joven de cabello oscuro la observó en el espejo mientras sus doncellas terminaban de vestirla -

Buenos días, señorita RashtaAlyssa se giró y la estudió por unos segundos - ¿En qué puedo servirte?"

Con sorpresa y temor, Rashta levantó la mirada.

Disculpe, ¿qué quiere decir?

Me refiero a por qué estás en mi habitación. - Alyssa mantenía su postura formal -

En un acto dramático, Rashta se arrodilló y bajó la cabeza.

He venido a pedir su protección -  Esperando que su acción conmoviera a la pelinegra -

¿Has venido a pedir protección? ¿Es esto alguna broma? No se da protección a cualquiera - La joven mantuvo su postura formal sin un atisbo de preocupación -  ¿Estás en peligro?

Sí, su alteza, lo juro. Por favor, considere brindarme su protección.

Incluso si no es la Rashta que conozco, esa apariencia angélical no me engañará esta vez" - Pensó ella. Un suspiro pesado escapó de sus labios, y proporcionó una excusa en ese momento -

Tienes la protección de mi hermano, quien es el emperador. Estarás más que protegida.

Y... yo, su alteza la princesa, por favor. Con un ligero movimiento de manos, la pelinegra le indicó que saliera de aquella habitación -

Sal, por favor. Tengo asuntos importantes que atender. - La peliplateada buscó ayuda con la mirada en alguna de las doncellas que se encontraban presentes, pero ninguna le dirigió la mirada -

Una vez que Rashta salió de la habitación con la cabeza agachada y pequeñas lágrimas brotando de sus ojos, se sentía humillada por haber sido ignorada.

Asegúrense de que no vuelva a mi habitación. No la quiero por aquí - Alyssa sentenció una vez que aquella mujer estuvo fuera de su habitación -

Si, su alteza

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La verdad no entiendo por qué tendría que disculparme con esa mujer sovieshu - Alyssa  se encontraba sentada leyendo un libro en el momento, en que su hermano entro a su habitación furioso y gritando -

Por qué es mi protegida!! Ella solo te pidió un favor y fuiste tan egoísta hasta el punto de hacerla llorar... Acaso no tienes corazón? - ambos hermanos se miraron fijamente, uno bastante enojado podía notarse en cada fibra de su cuerpo, mientras que la otra estaba totalmente tranquila -

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⏰ Última actualización: Aug 20, 2023 ⏰

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