► Capítulo 16

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Me despertó el sonido de tres personas entrando a mi habitación.

— Mierda. Alya. ¡Alya!— Sentí unos brazos sacudiéndome con cuidado.

Hay que llevarla a San Mungo.— Dijo otra voz.

— ¡No! Harán muchas preguntas.

— Pero...

— ¿Podéis dejar de discutir como un puto matrimonio, por favor? La niña se está desangrando.— Una tercera voz habló interrumpiendo la pelea de las otras dos.— Alya. Alya, puedes oírme?

Abrí los ojos y vi a Tonks delante mio. Intenté hablar pero había perdido demasiada sangre como para hacer cualquier cosa. Me asome para ver quiénes eran las otras dos personas. Vi a Remus y a Sirius. Uno queriendo llevarme a San Mungo y el otro sin quererlo. Intenté levantarme pero Remus me lo impidió.

— Ni se te ocurra.

— ¡Tenemos que llevarla a San Mungo, Remus!— Sirius insistió. Vi que Remus le iba a replicar pero hablé yo primero.

— No.— Mi voz era débil, pero seguí hablando.— No pueden...No pueden saber que soy una animaga.

Las caras de sorpresa de Sirius y Tonks valían cientos de galeones. Miré a Remus acusadoramente.

— Lo siento. Pensé que no querías que nadie lo supiera.— Suspire.

— La llevaremos a mi casa.— ¿Casa? ¿Sirius tiene casa? Mire a Remus confundida por las palabras de Sirius.

— Luego te cuento— Dijo Remus— Tengo esencia de Murtlap suficiente allí. Ayudadme a levantarla.

Sirius y Remus me levantaron con cuidado mientras Tonks cogía mi bolso y mi varita.

— ¿Tienes suficientes fuerzas como para aparecerte?— Me pregunto Sirius.

Asentí con la cabeza. En cuanto Tonks termino de recoger mis cosas, se apareció. Sirius me soltó, dejándome con Remus. Cuando Sirius se apareció lo miré.

— Tonks tiene razón.

— ¿En que?

— Pareceis un puto matrimonio.

Se rió y antes de que pudiera decir nada sentí esa sensación como que el estómago se me estiraba una vez más. Solo que esta vez tenía una herida que literalmente me atravesaba todo el cuerpo. En cuanto llegamos a la que se supone que era la casa de Black caí al suelo. El dolor del abdomen aumentó.

— ¡Alya!— La voz de Remus fue lo último que escuche antes de desmayarme.

Me desperté en una habitación de lo que supuse que era la casa Black. La habitación estaba un poco desgastada pero aún se mantenía. Me levanté de la cama despacio y oí unas voces desde fuera.

— Es peligrosa, y tu lo sabes Remus.

— ¡Si ella no se queda entonces yo tampoco! ¡No puede ser más peligrosa que yo!

— No quería decir eso.

— ¡No digas estupideces, Kingsley! ¡Se queda aquí!

El tal Kingsley acabo cediendo y Remus entró. Aún estaba alterado.

— ¿Lo saben todos?— Me temblaba la mano pero no sabía porque.

— Solo los adultos. Siento que hayas tenido que oír eso. Kingsley es un poco...— Movio la mano intentando expresar lo que quería decir pero no pudo.

Extrañas   |   𝑯𝒆𝒓𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓 (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora