Aves que no son aves

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La noche rápidamente cubrió todo la ciudad de shinto teito antes conocida como Tokyo pero por un movimiento político y económico, hecho por el conglomerado mundial en tecnología M.B.I abreviatura de Mid Bio Informatic quien técnicamente convirtió al rebautizado shinto teito en suyo.

En esta gran metropolis a altas horas de la noche una figura que era claramente un hombre joven realizaba una rutina de ejercicios básicos. Tras completar la serie de sentadillas de su propio regimen.
¿Pero por que alguien quien fue traído a este mundo para ser un héroe estaria haciendo esto?

Simple de contestar, Saitama era un héroe en corazón y mente pero su fisico no, a su llegada a este mundo era débil y fragil.

Antes de que comenzara su trabajo como un héroe en este extraño lugar conocido como Japón, su jefe le habia pidió que pensara en la rutina mas extenuante que podría hacer, ingenuamente Saitama dijo 100 planchas, 100 sentadillas y 10 kilómetros todo debia ser hecho en solo un día, allí fue cuando se arrepintió de hablado, ya que su jefe le ordenó que lo realizara durante un periodo de tres o cuatro años sin falta.

Y aunque se quejó sobre el poco la duración de su primer encomienda le dio su jefe lo insentivo de forma que incluso el encontró difícil de negarse, alrededor de más 40 ticket's de descuento en distantas centro comerciales estabemientos por todo Japón, cada uno iban desde el 30% hasta el 75% en los distintos departamentos que pose un supermercado.
Saitama técnicamente no tenía la necesidad de estos ya durante este periodo de tres o cuatro años este recibio un sueldo base de 1000 ¥ semanalmente lo que eran 3000 ¥ al mes, pero al vivir en Japón o shinto teito tendría que pagar servicios como agua,electricidad, gas y internet, todo para su nueva residencia actual, o si el tenía una casa propia como regalo de bienvenida de su jefe, pero una casa requirió tales servicios, eso lo dejo con poco más de 1150 ¥ para comestibles,mangas y algunos videojuegos, vivir en shito teito la capital de Japón era costoso.

Pero hoy por fin había acabado con el más extremo régimen que pudo pensar para volverse el héroe que acabaría con cualquier villano o monstruo de un solo golpe.

El que no sintiera ningún cansancio después de su brutal régimen de 100 flexiones 100 planchas y 10 kilómetros todos los días, en verdad fue un camino difícil pero el lo había logrado, pese a su nula fatiga estaba cubierto de sudor y la chaqueta de su ropa deportiva solo lo enfatiza ya que lucía completamente humedecida por sudor.
Mirando a su alrededor y viendo que no había nadie a estas horas en el jardín botánico, Saitama solo procedió a retirarse su chaqueta bañada en sudor, bajo esta un torso completamente marcado se observó, en todo lo casos las mujeres de cualquier edad estarían babeando por un hombre con dicho físico, pero había algo rompe el encanto de este cuerpo trabajado, un rostro que no mostraba más simple apatía y aburrimiento todo acompañado de un cabeza libre de todo cabello, hizo que ningúna mujer tuviera su ojos puestos en el.
Con la chaqueta colgando en su hombro derecho, Saitama busco el bebedero de agua que solía usar en el jardín botánico, todo mientras pensaba que mañana tendría su bien merecido premio.

"Mmm, quizás debería ver si hay algún ticket de descuento para carne de res" su boca solo salivo al verse comiendo un buen trozo de carne bien cocido.

Su pequeño imaginación fue rota al ver algo que era común aquí en shinto teito.

"Exhibicionistas" susurró en voz baja Saitama.
Pero parecio que no fue lo suficientemente baja su voz ya que casi de inmediato los tres exhibicionistas miraron a el.

Uno era un adolescente delgado de estatura media con cabello castaño, su ropa parecía costosa, a la mente de Saitama vino la idea de que esté quizás obligado por alguno de los otro dos.

Uno era un adolescente delgado de estatura media con cabello castaño, su ropa parecía costosa, a la mente de Saitama vino la idea de que esté quizás obligado por alguno de los otro dos

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Siendo un héroe, supongo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora