🌟 EXTRA: BUSCANDO A BETTY🌟 

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Las Vegas, Nevada

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Las Vegas, Nevada. 16 de junio de 2023.

No es plato de buen gusto ver cómo todos tus intentos por reconquistar al amor de tu vida se van al garete por su estúpida obsesión con la predicción de unas cartas. Porque es eso, tiene que ser por eso, ¿no? No le encuentro, si no, otra explicación a la decisión que acaba de tomar yéndose con el pintamonas de Joel después de los días tan bonitos y divertidos que hemos pasado juntos.

—¿La dejaste marchar sin más?

—¿Qué otra opción tenía, Richie?, ¿secuestrarla? —contesto poniendo los ojos en blanco—. Me he declarado ahí dentro, le he dicho que se quede conmigo y no ha dicho ni mu.

—La neta sí está muy confundida la Carocha, tal vez deba darse cuenta ella sola del error que cometió.

—Tal vez el error lo cometí yo forzando algo que no debía ser —comento con tristeza.

—Lo siento mucho —zanja Richie poniendo una mano sobre mi hombro.

—No importa, ahora lo importante es encontrar la caravana.

—Dale, ¿por dónde empezamos? —asiente él con convicción.

Haciendo de tripas corazón, me enderezo dispuesto a afrontar la vida como viene y busco mi móvil en los bolsillos de mis pantalones. Toqueteo por los bolsillos delanteros y traseros, pero no lo encuentro; entro de nuevo al restaurante por si me lo he dejado en alguna mesa, y tampoco lo veo. Richie me sigue de cerca como un perrillo faldero sin preguntar siquiera qué estoy buscando, y se choca contra mi espalda cuando freno en seco.

—Mierda, no lo encuentro.

—¿Qué andamos buscando?

En lugar de contestarle, me dedico a hacer memoria para conocer el momento exacto en el que he visto mi móvil por última vez hasta que las piezas del puzle empiezan a encajar en mi cabeza y doy con la clave.

—Déjame tu móvil —le pido.

—¿Por qué no tomas el tuyo? —pregunta, extrañado, ante mi cara de impaciencia—. ¡Ah, carajo! Eso es lo que andábamos buscando...

—Qué ágil —ironizo.

—¿Sí viste? Tú mi Sherlock, yo tu Watson —me guiña un ojo, pavoneándose, mientras me tiende el teléfono—. Y dime, jefe, ¿cómo es que vas a hacer para encontrar tu celular?

Ignorándole nuevamente, accedo a iCloud desde su navegador.

—Según esto, mi teléfono está muy cerca de aquí, en la Capilla Graceland.

—¡No manches! ¿Te casaste? —me pregunta, emocionado.

—¡No!

—¿Y cómo llegó tu celular hasta allí?

—Si sigo desvelándote yo todos los misterios, voy a tener que despedirte como ayudante de detective, querido Watson.

—No, no, no. Déjame pensar, princesito...

Lo predijeron las cartasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora