Broke girl - Lucemond

Un peso tan cruel como la culpa, Lucerys

— ...despierta, no se puede mover y nadie lo podrá atender por obvias razones — enumera meli— empeza con su medicina de las 3;40 am, La Roja

Dicen que la culpa es la peor de las penas.

—...A las 5 am la azul...

La princesa Lucerys está tan llena en culpas que sólo podía compararse con el alcohol en su sangre.

—...Debes darle comida por la sonda a las 6, la pastilla roja oscura y la verde menta al mismo tiempo, justo después de terminar...

Aunque nunca fue *explitamente* expulsada, lo fue en todos los aspectos.

—...Nada de agua, nada de sólido, solo sonda por 3 semanas...

Jamás se podría arrepentir de defender a Jacaerys, al final estaría en el mismo lugar, teniendo la misma culpa sólo que esta vez ella estaría sufriendo por la muerte de su hermano.

—...Debes de registrar su presión arterial cada 30 minutos...

¿Como seria su vida? ¿Se abría casado? ¿Daeron o Jacaerys?, Aemond incluso.

Es tan lejano que aunque lo imagina, no tiene rostro propio, imposible de percibir una vida tan... buena.

—...Sus niveles de glucosa...

Es extraño, por que hace tanto tiempo que fue amada por última vez, hace tanto tiempo que desea un toque íntimo, sincero, amoroso.

Las personas tiene forma de escapar de sus realidad todo el tiempo, el trabajo,estudio, libros, películas, series.

—...Sus niveles de oxígeno en la sangre, el suero cada 2 horas y su intravenosa no debe ser movida...

Drogas, competencias de artes y alcohol.

No es tan buena como todos dicen, ella no se percibe como una diosa misericordiosa a la que todos deben cuidar, como la mayoría de gente suele verla.

—...Está totalmente consciente, es seguro que sabe quien eres y lo que está pasando, no hagas algo que el pueda usar en tu contra cuando se recupere....

Una persona cruel, que mutilo a su propia sangre, una puta que abre sus piernas a cualquiera, sus pensamientos más tranquilos sobre sí misma.

Una vez un psicólogo dijo en televisión abierta que ella era un "caso grave de baja autoestima" la definición fue tan buena y tan precisa, que dolió como un millar de clavos en su pecho.

Otros dicen que ella está rota, cree que eso es correcto.

Tan rota que no se recuerda.

Uno de sus mayores termores en la vida, es el olvido, ser olvidada y olvidar, recordar todo el tiempo, sostener todo lo que su mente pueda. Sin embargo, no sentir nada ni recordar nada, pareciera ser lo único que la calma.

Ahora esta una culpa tan vieja como su destierro, la nostalgia de ver al niño que alguna vez fue su sombra personal, postrado en una cama, quemado cual westerossi normal, como si este no fuera un dragón.

—...El sabe qué pasa alrededor ¿entiendes bien eso?...

Mientras ve a Aemond postrado, sabiendo qué Aemond sabe que esta presente, consciente al 100% que su sobrina es quien lo cuida y quien no ha hablado desde que lo sacó del hospital.

Es cruel, por que antes de ser la princesa escándalo, Lucerys era la dueña del título de Aemond, la princesa del reino, la amada. Ahora su nombre está censurado en Westeros, el destino que les espera a Aemond es incierto, pero más inclinado al propio que a cualquier antepasado.

Observa durante todo el día a Aemond, el cabello irregular y cortado por las quemaduras, vendado en cada parte con sólo su ojo violeta expuesto, igualmente el hueco vacío por que la joya lastima su herida maltratada.

No emite un gemido de dolor siquiera, tampoco lucha cuando lo maniobra para tratarlo, su ojo siempre lo evita, es lo único que le confirma que es consciente de la situación.

Se sienta a observar, y observar, analizando que salió mal, ¿que fue lo que hizo al príncipe pulcro caer en esto? Quiere creer que realmente, el chico del que alguna vez amo inocentemente sigue ahí.

Lucerys y Aemond, comprometidos desde la cuna, juntos en su infancia y separados por un incidente tan cruel, será tal vez ese el motivo del desprecio que brilla en el ojo de Aemond cuando logra atraparlo mirándola.

Unidos después por una tragedia más, solo que Lucerys ya no es su dulce sobrina y Aemond está lejos de ser el niño feliz que alguna vez fue.

Es consciente de que Aemond la mira también, nunca directamente, pero si cuando se supone que ella no está pendiente de él, asustada es poco para cómo se siente.

Están en un riesgo tan grande ahora mismo, puede ser el fin de Lucerys, el verdadero fin de el, sí encuentran a Aemond en su lecho, las consecuencias serán peor que una muerte.

Nadie podría salvarla, ni a ella, ni a Aemond, ni siquiera sus miles de amigos que le deben miles de favores podrían rescatarla.

Aemond siempre ha sido su condena a muerte, no es una sorpresa que ahora mismo también lo sea.

Los trágicos amantes, condenados a ser la pérdida del otro, ahora mismo, cuando Aemond al fin se digna a mirarla a los ojos y ella a él, están consientes que van a ser la desgracia del otro.

Están destinados a quemarse juntos.