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Zephyrion, manteniendo la calma, observó detenidamente a su enemigo. Sabía que enfrentar a este ser directamente sería una tarea arriesgada. Sus habilidades combinadas podrían superar incluso su propio poder.
De la nada, varios esqueletos aparecieron revolcándose en el cuerpo de Zephyrion, desgarrando su ropa y piel. El encapuchado no tuvo otra opción que hacer explotar a los esqueletos de manera automática. A medida que el humo se desvanecía, se encontró en una habitación sucia y vieja. Pero no era una habitación cualquiera; era el cuarto de su infancia. Las paredes de madera eran idénticas a las de su antigua casa. Salió rápidamente del cuarto y vio el cuerpo de su madre tirado en el suelo de la cocina, con una gran herida en el cuello. De la nada, voces comenzaron a resonar en la cabeza de Zephyrion, insultándolo y maldiciéndolo por no haber salvado a su madre. Sentía que era su culpa, que había abandonado sus sueños y se lamentaba de por vida. Le decían que ya no servía como persona, que había fallado como hijo. Sentimientos negativos como el estrés, la ansiedad, el miedo y la baja autoestima se apoderaron de él. Quería mantener la calma, pero no podía. La desesperación de presenciar esa escena, con la mirada sensible de un niño perturbado, le resultaba insoportable. Hasta que decidió absorber todo el entorno para liberarse de ese mundo de dolor. De repente, volvió a encontrarse en la dimensión oscura, donde Black Ghost se reía, casi convulsionado de risa. Se dio cuenta de que aquello era una pesadilla provocada por Ghost Black. Casi cayó en la furia, pero decidió mantener la calma. Sabía que si no controlaba sus emociones, podría caer en el poder de su contrincante. De repente, Ghost Black abrió sus ojos y vio que Zephyrion permanecía firme, volviendo a la normalidad. -Vaya, no eres cualquier cosa. No solo saliste de mis pesadillas, sino que también absorbiste el plano donde estaba la pesadilla. Al menos tendré una lucha entretenida -dijo Ghost Black. -Pero no perdamos el tiempo en palabras. Esto debo terminarlo rápido -exclamó Ghost Black con confianza y un tono burlón. Así, Ghost Black comenzó a darle golpes devastadores a Zephyrion a una velocidad indescriptible. "Este será difícil de matar. Tiene una velocidad tan veloz que le permite salir del tiempo e incluso viajar a través de él", analizó Zephyrion en su mente mientras recibía los ataques. Con esa información analizada, Zephyrion creó miles de clones telepáticos, haciendo creer a Ghost Black que era él mismo. De esta manera, logró esquivar la ráfaga de golpes de Ghost Black. Sin embargo, al darse cuenta de que eran clones, Ghost Black decidió lanzar una llamarada que se desintegró hasta la nada misma en toda la dimensión. Zephyrion aprovechó eso para aparecer detrás de él y atravesar su piel tan inquebrantable como el concepto de la oscuridad con un bastón. Sin embargo, Ghost Black comenzó a mutar en algo cada vez más bizarro.
