Cap 36

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Londres, Inglaterra.

—Kiara—escucho la voz de Christopher antes de sentir un beso en mi mejilla y me remuevo en la cama—, te tengo una sorpresa.

—Déjame dormir, no quiero—me quejo empujándolo y ríe tirando de mi hacia su cuerpo antes de besar mi cuello—. Christopher, tengo sueño...

—¿Entonces no quieres ver el regalo?—cuestiona y abro los ojos antes de voltearme a verlo haciéndolo reír—. Levántate y vístete, tu regalo está en otro lugar.

Oh, este idiota sabe lo mucho que me gustan los regalos y lo usa en mi contra. «Gran jugada, una gran jugada»

—Bieeen—ruedo los ojos antes de levantarme de la cama—. Más te vale que todo esto valga la pena o voy a matarte por interrumpir mi sueño.

—Estás muy dormilona—besa mi mejilla—. Te espero abajo.

***

—¿Por qué tardas tanto?—Christopher entra a la habitación y señalo los tacones de tiras que intento ponerme mientras lucho con mis ojos pesados por el sueño—. Yo lo hago, déjame.

Se acerca a la cama y se agacha frente a mi dejándome apoyar mi tacón en su pierna mientras sus manos toman las tiras y empieza a entrelazarlas por mi pantorrilla

—Tengo muchísimo sueño, Chris—me quejo con lágrimas en mis ojos y pasa a mi otra pierna entrelazando las tiras rápidamente antes de levantarse y besar mi frente

Me siento tan cansada que es irreal, es como si no hubiera dormido nada en cuarenta y ocho horas, pero la realidad es que he estado durmiendo desde que llegué.

Empiezo a creer que probablemente estoy enferma.

—Te prometo que luego podrás dormir, Malika—me asegura tomando mi mano para ayudarme a levantarme y suspiro cansada antes de seguirlo fuera de la habitación

Me congelo al ver los muchos arreglos de rosas que abarcan ambos lados del pasillo y Christopher tira de mi mano obligándome a caminar mientras miro sorprendida las flores que llegan hasta el último escalón de las escaleras.

—¿Qué es esto?—pregunto confundida mientras bajamos las escaleras y él se encoge de hombros bajando un escalón antes que yo para detenerme ahí quedando a su altura

—Tengo dos cosas para ti—saca un cofre de su bolsillo y lo abre dejándome ver el hermoso collar de oro con un rubí rojo en forma de corazón—. El joyero familiar lo hizo, sentí que se parecía a ti.

Muerdo mi labio encantada y sorprendida a partes iguales. Si hay algo que amo son las joyas, Christopher lo sabe y durante los años me ha regalado una cantidad incontable de ellas, pero esta es mucho más hermosa que cualquiera.

—Es hermoso—sonrío pasando mis dedos por la piedra preciosa y él suspira aliviado antes de sacar el collar de su caja

—Date la vuelta, te lo pondré.

Me doy la vuelta y aparto mi cabello permitiendo que me ponga el collar y tomo la joya entre mis dedos antes de sentir un beso en la curva de mi cuello.

»Y este también espera por ti—me muestra el anillo de compromiso mientras apoya su barbilla en mi hombro—. ¿Quieres usarlo?

Trago grueso y respiro profundo antes de asentir dejando que deslice el anillo por mi dedo.

»Perdóname—murmura y cierro los ojos apoyando mi cuerpo en su pecho

Como me gustaría decir que lo perdono. Me encantaría, pero la realidad es que esa molestia sigue en mi pecho tal como desde el primer día.

—¿Este era tu regalo?—desvío el tema antes de girar mi rostro para verlo dejando que deje un casto beso en mis labios

—No, ven conmigo—tira de mi mano y río siguiéndolo fuera del Penthouse

***

Liverpool, Inglaterra.

—¿Qué hacemos aquí? No entiendo nada, Christopher—me quejo mientras caminamos por el puerto—. Primero me traes a Liverpool y ahora al puerto. ¿Planeas asesinarme?

Luego de salir del Penthouse nos llevó a un helipuerto privado y me hizo subir a un helicóptero pilotado por él mientras los escoltas iban en otro.

No entiendo a que se debe tanto misterio, desde que subí al helicóptero preguntando a dónde íbamos él se ha mantenido en silencio como si le causara gracia mi curiosidad.

—No seas ridícula, solo cálmate—besa mi mano y ruedo los ojos—. ¿Estás cansada?

«Muchísimo»

—Puedo aguantar un poco más—me encojo de hombros y asiente llevándome a lo largo del puerto hasta que nos encontramos con una zona de yates—. ¿Daremos un paseo?

Amo los yates, son una de mis cosas favoritas, sobretodo porque amo el agua; el mar, la playa, los deportes acuáticos, amo todo lo que tenga que ver con ello y escapar para estar sola alejada de la civilización.

—Algo así—paramos frente a un hermoso yate de tres pisos y extiende su mano hacia Tyler, quien le pasa una carpeta—. Mira ahí—me la extiende

Tomo la carpeta frunciendo el ceño y saco los papeles leyendo cada línea hasta que llego a la que me sorprende.

Propietario(a): Kiara Cavallaro.

—¿Me estás regalando un jodido yate de lujo?—cuestiono sorprendida y Christopher asiente—. ¿Es mio?

La emoción recorre mi cuerpo y no puedo evitar la enorme sonrisa que se desliza por mis labios mientras veo a Christopher

—Todo tuyo—sonríe y chillo emocionada antes de lanzarme a sus brazos

—¡Por dios! ¡No puedo creerlo!—tomo su rostro entre mis manos cuando me carga y empiezo a dejar besos en sus labios que lo hacen reír—. Dios, es maravilloso. Te amo—sonrío

No puedo creer que verdaderamente me haya regalado una de las cosas que más amo en esta vida. Es completamente increíble, maravilloso.

Y que recordara lo mucho que me gusta hace que mi corazón se acelere como si fuera una adolescente que recibe atención de su crush

—Oh, ¿significa que estoy perdonado?—pregunta y ruedo los ojos

—Aún no—dejo un casto beso en sus labios y me deja en el piso permitiéndome tomar su mano para tirar de él en dirección al Yate—. Ven, ya quiero verlo por dentro. Vamos.

Destined [Christopher Morgan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora