3. Frank Iero

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Iba tranquilamente caminando.
No había podido dormir bien, su plan se venía abajo. Todo desde que perdió un duelo de esgrima.
Después de eso no no tenía hambre, su cabello se veía ligeramente menos simétrico.
No había vuelto a ver a ese extraño así que podía asegurar que no estudiaban lo mismo, al menos no venía a perturbar su hermosa medicina. Suspiró.
Fue a la biblioteca después de clases, sólo para relajarse un poco. Leer siempre le había tranquilizado.
Iba a tomar "De profundis" de Oscar Wilde del estante cuando alguien del otro lado también lo tomo, casi arrebatandoselo de las manos.
Gerard sabía que había otra copia por ahí, así que lo soltó, con la esperanza de encontrarse con alguien amable que apreciara su buen gesto y le diera una sonrisa y una buena plática sobre Oscar Wilde.

Cuando soltó el libro y el extraño del otro lado lo jaló por completo, los ojos de Gerard se abrieron a más no poder. Era el tipo que le ganó el duelo de esgrima. El del cabello terrible y dientes chuecos. Los dientes de Gerard podían ser muy pequeños, pero chuecos jamás.

-Tú...-Susurró Gerard.
-Yo.-Le respondió con las comisuras de los labios arriba y los ojos brillando.
-Estaba a punto de tomar ese libro, no tardaré más de 1 hora en leerlo, si fueras tan amable de darmelo, te lo agradecería mucho.
-Um, sí... sabes qué? Creo que no, no te lo daré.-Sonrió, dio la media vuelta y se fue a sentar en una de las sillas de plástico frente a mesas limpias de color gris.
Gerard se quedó parado ahí, cómo era posible que alguien tuviera tan malos modales? Lo siguió muy indignado a la mesa.
-Escuchame, no sé quién seas pero...
El extraño le interrumpio diciendo "yo sí sé quién eres". Gerard no se sorprendió, ni siquiera un poco.
-El gran Gerard Way.-Siguió diciendo. -El rompe corazones, engreído, sabelotodo, el niñito malcriado con aires de grandeza que sólo es soportado por el flacucho ese que parece sanguijuela pegada a su cuello, las tontas enamoradizas y los estúpidos con más gel en el cabello que materia gris en el cerebro. Y luego esta la otra mitad de la escuela, los no tan espectaculares, como yo, que no le soportan y de sólo verle quieren vomitar. Oh, creeme, te conozco.-Sonrió
-Y todo esto viene debido a?
-Yo qué sé.-Contestó abriendo el libro desinteresadamente.
-Comenzamos con el pie izquierdo y no me gusta, ya sabes, no agradarle a los demás, así que finjamos que no me conoces.-Sonrió satisfecho de sus palabras. -Mi nombre es Gerard Way, estudiante en la facultad de medicina.

El extrañó soltó una risa estruendosa que provoco que todos voltearan a verlo y a callarlo, por supuesto.

-Con tus modales baratos y ese perfume asqueroso que usas no vas a llegar lejos, no conmigo.-Tomó el libro y su mochila. -Soy Frank Iero, la pesadilla que sueñas con tener.-Hizo un intento fallido de reverencia y salió de la biblioteca.

Gerard sólo pudo soltar un grito de exasperación, subiendo las manos mostrando lo impotente que se sentía.

Se fue a su habitación.
El pobre Ryan tendría que lidiar con el mal humor que irradiaba. Aunque después de 15 min. todo era bello de nuevo porque Gerard se disculpaba y le ofrecía un abrazo.
Ryan no podía pensar en algo que amara más que el perfume de Gerard. Olía como a vodka, menta, ámbar y madera, era delicioso. Completamente delicioso, siempre que lo abrazaba se dejaba envolver en el aroma del vodka. Y ese ordinario de Frank Iero diciendo que su perfume olía asqueroso.
Gerard no pudo evitar oler un par de veces su gabardina sólo para demostrarse a sí mismo que sí olía bien.
Intentó ser amable pero Frank no se lo permitió, bienvenida sea la guerra entonces.

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hey.
um, 2:03 a.m y estoy escuchando pretty. odd. no creo que haya algo mejor en la vida. bueno sí pero, esto es lindo.
whatevs, espero que les haya gustado el cap y que hayan leído De profundis alguna vez.

i know it's mad but if i go to hell would you come with me or just leave?

Touché [frerard, ryden]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora