Touché [frerard, ryden]

5. Rat Wars.

Todo en su vida llevaba un orden y recorría un camino constante. No se hace nada sin pensarlo antes, porque eso sería indebido. Le hacía sentir comodidad el poder tener control sobre mínimas cosas que nadie más nota, hasta que él hace que lo noten.
Como el orden que llevan sus libros, la manera en la que tiende la cama y el cómo acomoda las almohadas antes de dormir. Muchas personas pensaban que lo hacía por instinto, que parecía perfecto por gracia divina y que el éxito que llevaba era por haber hecho un pacto con satanás. Pero no. "Bueno fuera" pensaba Gerard siempre que le decían algo así.
Todos los días se levantaba a las 4 a.m, salía a correr una hora, no 45 min, una hora cerrada porque si no su día no empezaba bien. Volvía y se duchaba, cuidando cada parte de su cuerpo, porque a pesar de no tener nada en contra de las personas con cicatrices o algo así, a él no le parecía tenerlas en su cuerpo. Se deshizo de las pecas y de las marcas de nacimiento.
Tenía una piel envidiable, sí, pero porque usaba más tratamientos dermatológicos que ninguno.
Le causaba gracia que la mayoría pensara que él era naturalmente así, pero era mejor dejarles pensar eso que hacerles ver lo mucho que se esforzaba.

En fin.

Uno de sus amigos lo invito a una fiesta, a cualquier fiesta él habría dicho que no pero esta era una fiesta temática. Con temática de Star Wars. Quién podría decirle que no a Star Wars? "Nadie" se respondió mentalmente, nadie podría.
Consiguió convencer a Ryan de acompañarlo, Ryan iba a ir disfrazado de ewok y Gerard de Darth Vader. El disfraz de ewok de Ryan era un disfraz barato de oso que encontró en una tienda de segunda mano, pero el disfraz de Gerard se veía impresionante, y con la altura que él poseía al pararse frente a ti te erizaba la piel. Se sentían lo más cool del mundo.
Bueno, también lo más ridículo pero no todos los días puedes salir y citar líneas de cualquier episodio de Star Wars y que la mayoría lo entienda. Uno tiene que aprovechar las oportunidades así. Si la vida te da fiestas temáticas, haz limonada.

Ryan nunca se había sentido tan cómodo en publico, no sabía si era por el disfraz de oso o porque habían tipos con la cara pintada de verde y otros intentando ser la princesa Leia y terminando siendo la versión drogada y con bajo presupuesto de la princesa Leia.

Estaban parados en una esquina algo alejada, Gerard usaba su sable de luz para amenazar a medio mundo a veces, pero nunca lo dejaba de lado y eso era lindo.
Quizá también por eso se sentía cómodo.

A las 12 pm por la maltratada puerta de madera entró un Brendon Urie disfrazado del Capitán Spock, como si eso tuviera algún sentido, y un Frank disfrazado del intento de Anakin Skywalker; usando un poncho de color café y con su viejo sable de luz en mano. Disfraces simples y uno muy fuera de lugar, pero Brendon se sentía digno de cantar we are the champions, my friends.

Estuvieron un rato tomando y ríendose de cosas bobas, Frank no podía quitarle la vista al tipo disfrazado de Darth Vader, era asombroso. Le rogó a Brendon que lo acompañara a hablar con él porque debajo de su disfraz tenía que estar la persona más genial del mundo.

Acompaso sus pasos con la canción de Foster The People que se escuchaba a un volumen moderado y se acercó a Darth Vader.

-Dude, se supone que yo soy Anakin y si tú eres Darth Vader creo que deberíamos estar unidos, somos uno mismo.-Le dijo sonriendo amplio, con calidez.

Darth Vader se quitó la mascara y no dejo a la vista una cara arruinada por la lava ardiente. Dejo a la vista una piel perfecta perteneciente a una perfecta cara.

Frank pudo sentir cómo su estómago se revolvía. Soltó una especie de gruñido y para distraerse acomodó su poncho.

-Yo también creo que deberíamos estar unidos, pero necesitas unas clases de modales primero.-Le respondió Gerard con sorna.
-Olvidalo, vamonos Urie.-Dijo en voz baja y con la cara roja por la vergüenza que acababa de pasar.
-No, espera, estás disfrazado del Capitán Spock?-Le preguntó Ryan a Brendon con tono acusativo.