A veces Kookie no está bien...

133 15 10
                                    

Finalmente Jungkook se fue a su casa después de que Taehyung se haya dormido.

—¡Kookie! Buenos días —se sentó en su sitio y luego besó su mejilla con alegría— ¿Cómo estamos hoy, Kookie?

Este no respondía. Simplemente descansaba los brazos en la mesa y la cabeza en los brazos mientras miraba hacia la ventana, ignorando al menor.

—Kookie hoy está triste... —dijo en voz baja sintiéndose mal. Solamente se apegó a él y lo abrazó por la cintura, descansando la cabeza en su espalda sin decirle una sola palabra.

Mientras tanto, Jungkook lloraba.
 
 
  


 
 
  
—Kookie ha estado triste todo el día, pero ahora está bien. ¿El aire fresco ha ayudado a Kookie?

—Tu presencia en sí me ha ayudado.

—A Tae le gusta escuchar eso. —besó su mejilla sonriente.

—Kookie tiene depresión. Aveces Kookie está triste, aveces Kookie llora o aveces Kookie no quiere existir.

El rubio gimoteó preocupado y lo miró. Negó con la cabeza y luego lo abrazó tratando de no llorar.

—Kookie tiene que existir. Está aquí para existir. Kookie no tiene que irse... —sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Kookie no se va a ir... —separó el abrazo para sentarlo en su regazo y acariciar su muslo— Kookie no siempre se siente bien. A Kookie nunca le molestó el sol, simplemente no estaba de humor para ver el sol como toca.

—Pero Tae está aquí para hacerte sonreír y hacerte ver colores. —sonrió haciendo que el pelinegro sujete sus gordas mejillas.

—Lo sé. Y a Kookie le agrada que hagas eso.

—Pero... ¿por qué Kookie está así?

Porque se siente solo.

—¡No estás solo! —exclamó abrazándose a él— Por las mañanas estamos yo, el sol y las nubes de algodón. Por las noches, yo y la luna, con muchas estrellitas. —sus ojos brillaban.

Y es que: el pelinegro podría escucharlo todo el día y jamás se cansaría de mirarlo. Jamás se cansaría de ver ese brillo en sus ojos y la emoción en ellos cuando se trataba de hablar con él.

—Taehyung.

—¿Sí? —dejó de hablar y miró a su novio con sus grandes ojos mientras acomodaba sus gafas.

—Te quiero.

—... Tae... —se puso rojo y no supo qué contestar—. Tae también te quiere-

—¿Mucho mucho mucho?

—¡Síii! —lo abrazó.

—No siempre quiero hablar con gente —empezó a decir mientras acariciaba la espalda del menor, haciéndolo cerrar los ojos con calma—. Cuando alguien se acerca a Kookie y le habla, la primera reacción de Kookie es enfadarse sin razón alguna. Cuando a Kookie le preguntan: ¿qué pasa?, o ¿cómo estás?, le hace sentir raro.

—¿Y si Tae te lo pregunta de otra forma?

—¿Qué?

Hyperactive Love -KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora