ONCE

5.8K 453 174
                                    

11

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

11. La planeamos

Esta vez el día, aunque comenzó siendo bueno, me dejó un poquito confundido al momento de bajar las escaleras para encontrar a mis abuelos con tal de desayunar.

Porque, lo primero que pude ver fue al señor Edward tomando café con normalidad, mientras que la señora Nora preparaba el desayuno con un teléfono en su oído.

Solo hay una persona que llama seguido.

Y que había tardado en llamar.

Me adentré al espacio, captando la mirada del viejo leyendo el periódico. No me dio su minúscula atención, simplemente sopló su bebida y siguió concentrado.

Lo ignoré, tomando asiento en un taburete

Mi abuela asintió, dando un par de vueltas por la cocina.

¿Tengo curiosidad por saber de qué hablan? Sí, mucha.

¿Soy chismoso? La mayoría del tiempo.

¿Puedo ser chismoso con mi abuela? No, ella tiene un enorme instinto de chismosa, lo que quiere decir que puede oír conversaciones ajenas perfectamente, pero no permite que alguien oiga sus conversaciones ajenas.

Astuta.

Tomé la cafetera junto con una taza y me serví un poco de lo que el abuelo bebía. Me bajé de ese asiento y me senté en el comedor, interrumpiendo su lectura.

Titubeé un poco

—¿Llamó mamá? —pregunté. Fui ignorado, así que no me quedó de otra que recurrir al plan b—. Tengo entradas.

Confundido, dejó de leer para mirarme

—¿De qué hablas, chico?

—Si me dices de qué habla mi abuela con mi madre te diré de qué hablo yo.

¿Soy yo o acabo de hacer un chantaje como mi hermana Eloise?

De acuerdo, tantas vacaciones me abruman.

Asintió para sí mismo, comprendiendo

—¿Es un delito que tu madre hable con su madre?

—No seas payaso —bufé—. Es que... quiero saber si le ha dicho algo... ya sabes, sobre mí. No me gustaría que mamá piense que he estado volviéndome irresponsable. Sabes de qué hablo.

No me creyó en lo absoluto, sus labios aplastados en una línea me hicieron saber que incluso estaba conteniendo la burla en la punta de su lengua.

—¿Es eso o no quieres que tu mamá se entere de que tienes novia?

—¡Sh! —miré de lado a lado. La mujer continuaba en la cocina—. No tengo novia, anciano. ¿Por qué no armas una telenovela con tu propia vida?

—Porque mi propia vida está por terminarse, en cambio tú apenas estás aprendiendo a vivir —se mofó—. ¿Por qué es tan malo para ti reconocer que tienes novia?

Invierno de colores✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora