𝘚𝘛𝘐𝘓𝘓 𝘈𝘓𝘐𝘝𝘌 [TARA CARPENTER] (2)

🔪 17 🔪¿Y ahora qué?

Martes, 31 octubre 2023

6:30 p.m.

Entro en el departamento con una velocidad desbordante, haciendo resonar un estruendoso golpe en la puerta al atravesarla. La escena que se despliega frente a mí es aterradora: Ghostface, con su máscara siniestra, se cierne sobre Gale, tratando de hundir el filo del cuchillo en su rostro.

Sin titubear, extraigo mi arma de la funda y descargo un disparo directo hacia el enmascarado. La bala rasguña su brazo, y Ghostface se desvanece rápidamente de la escena.

—¡Gale! —Tara se acerca a la mujer en el suelo.

Me precipito hacia mi madre, me arrodillo a su lado, y mis manos ejercen presión sobre la herida en un intento frenético por detener la hemorragia. Sam se arrodilla a mi lado, y en su voz resuena un atisbo de culpabilidad.

—Perdóname, perdóname —Dice Sam repetidamente.

—Debería haber sabido de vendrían por ti —Dije aun ejerciendo una presión constante en su herida.

—No pudo conmigo —Gale me mira tiernamente —Dile a Sidney que no pudo conmigo.

—No, no, no —Yo comenzaba a desesperarme —Quédate conmigo, por favor.

—¡Gale! —Sam llama al verla cerrar los ojos.

Los paramédicos irrumpen en la escena, y Sam y Tara se apartan de inmediato. Sin embargo, yo me quedo en la misma posición, intentando procesar todo lo ocurrido.

—¡Theo! Estas estorbando, ven —Tara sujeta mis hombros para apartarme.

La habitación se llena con los sollozos de Sam, mientras intenta regular su respiración. Tara me toma del brazo, apartándome de la escena. Mis ojos se empañan de lágrimas, y mis brazos rodean el cuerpo de Tara, atrayéndola hacia mi pecho en un intento de encontrar consuelo en medio de la tragedia.

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Martes, 31 octubre 2023

8:00 p.m.

Las sirenas de policía y los murmullos llenaban el lobby del edificio, Los cinco estábamos sentados, esperando respuestas. Mi cabeza permanecía recostada contra la pared, perdiéndome profundamente en mis pensamientos.

Tara recuesta su cabeza en mi pecho mientras acaricia mis manos con sus dedos. Aun me encontraba en shock; la impotencia y la ira dominaban mi autocontrol.

—Estoy asustada —Me susurró Tara.

—Yo también, pero estoy aquí, y no pienso irme de tu lado —Dije en un murmullo, recostando mi frente contra la suya.

La respiración de la morena era rápida e irregular. Acaricié sus manos tratando de consolarla. Sabía lo mucho que a Tara le afectaba esto, por lo que mi objetivo era mantenerla tranquila para evitar que colapsara.