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—Su alteza Hinata Hyuga, ahora consorte noble imperial, madre del príncipe Hideki, recibirá el Palacio de Cristal y la posesión de joyas de la familia Uchiha como regalos de nuestro Emperador por dar a luz a su hijo. Su posición y nuevo titulo ha sido bendecido por su majestad y deberá ser respetado por los hombres y mujeres por igual, cualquier tipo de ofensa en contra de la madre de nuestro príncipe se pagara con la muerte.

Se había reunido a toda la corte y partidarios de la nobleza para la posición oficial de Hinata como esposa consorte. La sala se dividia en dos grupos, los nobles que apoyaban a la Emperatriz y los nobles que simpatizaban con la nueva amante del Emperador, los cuchicheos llenaban por completo la habitación ya que la ausencia de Sakura en la ceremonia solo alimentaba las especulaciones de los nobles.

Sarada como princesa no podía darse el lujo de faltar a una orden directa de su padre, estaba segura que su madre en este momento debe estar furiosa con ella por no haberla apoyado en ausentarse de la ceremonia, pero si quería mantener el favor de su padre debía sacrificar tener el favor de su madre.

Hinata está ocupada teniendo toda la atención de los presentes mientras está sentada al lado del trono de su padre cargando al pequeño Hideki sobre sus piernas; a pesar de que sus damas de compañía se habían ofrecido de cuidar del príncipe heredero durante la ceremonia, la antes Hyuga se había negado temiendo que algo le pasara al niño en su ausencia.

Al mirar a su dirección algo se aprieta en su pecho. Son la imagen perfecta de lo que la familia real debe representar a sus súbditos: unión, prosperidad y amor, algo que fue le muy difícil de demostrar a la familia real cuando el pueblo se desilusionó con su nacimiento.

(El reino vecino había tenido la bendición de tener un heredero como sucesor, el Rey Naruto se había jactado orgulloso de su heredero Boruto, un niño sano y reluciente como el mismo sol de la mañana)

 —Únete a ellos querida, quiero una pintura de todos ustedes juntos para la sala de retratos.

Su abuela, la emperatriz viuda era una mujer que mantenía el porte de cuando aún dirigía la nación como su emperatriz. A su edad, Mikoto Uchiha había presenciado la muerte de su esposo y de su propio hijo antes de que la muerte tocara a su puerta siendo la ultima miembro de la familia de su padre que seguía en palacio.

Las ex emperatrices por lo general abandonan su estancia en la capital para dar paso a su sucesora, y así fue hace un tiempo antes de que su abuela se enterara del embarazo de Hinata. Mikoto Uchiha nunca consintió que su padre acogiera una concubina cuando tenía a Sakura Haruno una descendiente de la sacerdotisa Tsunade como su esposa, Sarada piensa que Mikoto no tenía ninguna preferencia por Hinata después de experimentar en carne propia como era enfrentarse a las concubinas de su esposo el fallecido Fugaku Uchiha, pero ahora siendo Hinata una esposa que ha dado a la corona un hijo varón, su abuela tiene que morderse la lengua y ganarse el favor de Hinata como todos los demás.  

—No creo que sea apropiado honorable abuela. —tiene que declinar — Mi madre tildaría mi comportamiento de impertinente al poder generar comentarios en la corte que podrían afectar a su imagen como emperatriz. Discúlpame por no poder cumplir con su deseo.

Mikoto le sonríe aunque la sonrisa nunca llega a sus ojos.— ¡Oh querida! Pensé que no te importaría cumplir el capricho de una vieja anciana. No te preocupes por ofenderme, preocúpate por tu débil posición como hija de tu padre, esta hubiera sido una excelente oportunidad para ganar el favor de Hinata.... pensé que eras más inteligente que esta tonta decisión de aun serle fiel a tu pobre madre.

Mikoto deja su lado luego de lo dicho para saludar a la familia real y conocer a su nuevo nieto. La ex matriarca mira a Hideki con orgullo —"Es todo un Uchiha"— son sus palabras, y ha pesar de que intenta  parecer cercana a Hinata, la nueva esposa consorte declina a sus adulamientos pasando de largo a su presencia cuando Mikoto dice algo que parece irritarla.

Si su padre se siente ofendido o no, no lo demuestra.

Hinata hace un movimiento elegante con su mano en su dirección, todos en el salón quedan atentos a su orden  que ella se acerque. Sarada a pequeños pasos camina hacia el trono de su familia donde Hinata la espera con una sonrisa deslumbrante; cuando está de pie junto a ellos Hinata toma su mano antes de dirigirse hacia su abuela en voz alta y clara.

—Sarada es una hermana honorable, y una hija obediente. Mi pequeño Hideki nunca podría robarle el trono que por derecho le pertenece a su hermana cuando le quiere tanto.

Todos en la habitación quedan en un silencio de muerte ante las palabras de la mujer del Emperador.

Sasuke no intercede a sus palabras y por el contrario parece satisfecho de la reacción causada.

Si alguien aún tenían dudas respecto del derecho de nacimiento de Sarada, Hinata y Sasuke le habían dado públicamente su bendición como princesa heredera.

(A pesar de que esto indudablemente enterraría la posición de Hinata y Hideki en la alta sociedad al declarar abiertamente que no buscaban gobernar su gran nación.)

Pero los mantenía a ambos a salvo de atentados que buscarán que Hideki Uchiha o cualquier descendiente de Hinata nunca llegaran al trono. 

O eso es lo que Sasuke esperaba...

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