Capítulo 6 Todo sale mal

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Luego de estar a la luz de la luna y las estrellas pensando en su relación con Jungkook, Jin decidió tomar su Lamborgini e irse a la casa del lago que su familia poseía en Chuncheon. Manejó por 40 minutos, y cuando ya se sentía cansado, se alegró en cuanto vio la bonita propiedad que su padre le regaló a su madre cuando él nació.

Una vez que posó su índice derecho sobre el lector de huellas digitales, pudo acceder al inmueble. Se sentó en uno de los cómodos sillones de la sala y sacó su celular.

Se sentía muy triste, desorientado, sin saber qué pasaría de ahora en adelante entre Jungkook y él. Ya estaba cansado de ser siempre el que perdonaba en la relación, incluso cuando las acciones de Jk lo sacaban de sus casillas, como cuando hizo aquel viaje con Jimin a Japón, o cuando grabaron el Bon Voyage de Nueva Zelanda y estalló el escándalo de Jungkook con la tatuadora en las redes sociales.

Es verdad que el menor, arrepentido, le pedía siempre perdón y le prometía que no volvería a ocurrir tal o cual cosa, pero ahora todo era distinto, pues entre lágrimas, Jungkook le había dicho hace unos momentos que ya no estaba seguro de cumplir con sus promesas y eso Jin lo interpretó como desinterés de su parte. Aun así, quiso perdonarlo e intentó una reconciliación íntima con él, pero, al ser rechazado de esa manera, ya era demasiado para Jin, su tolerancia tenía un límite.

No ayudó mucho leer los comentarios de numerosas armys, que, como él, estaban muy tristes por el reciente anuncio que BTS había hecho en el Festa de su noveno aniversario, donde comunicaron el paro de labores como grupo por un tiempo, en lo que hacían su servicio militar y desarrollaban proyectos personales.

Aunque los chicos tenían grabado suficiente material como grupo e incluso se planeaba un último concierto en Busán, Army se resistía a la idea de que hicieran ese paro grupal cuando estaban justo en la cúspide de la fama.

De pronto, su celular comenzó a vibrar, así que dejó los comentarios de las armys y contestó.

—Hola, ¿qué ocurre?

Sin un saludo como respuesta, sólo se escuchó.

—¿Se puede saber qué estás haciendo en la casa del lago a estas horas? —era su hermano Jung quien se comunicaba— Me llegó una alerta al celular de que alguien estaba en la casa.

—Sólo quise dejar el bullicio de la ciudad por un rato —le explicó Jin— No sé si me quede un par de días u hoy mismo regrese a mi departamento.

—Cuando hagas eso, necesito que me avises con tiempo. Creí que se trataba de una emergencia.

—Fue una decisión que tomé repentinamente. No les avisé porque ya era muy tarde y en tu caso, el bebé podría despertarse.

—De cualquier manera, se despertó con la notificación de la alarma.

—Discúlpame y también discúlpame con tu esposa.

—¿Estás bien? Te escucho un poco triste, como apagado. ¿Hubo problemas en tu paraíso de arcoiris?

—No sé por qué dije en ese programa que sólo te había odiado hasta antes de entrar a la universidad, en realidad sigues siendo odioso.

—¡Pues te aguantas!, soy tu único hermano y el único hijo normal de mis padres, con una familia bien hecha y un hijo varón. En cambio, tú...

—¡Cállate! Si todo lo que querías saber es que estaba aquí, ya lo sabes. Ahora vuelve a dormirte con tu familia perfecta.

—Eso haré, hermanito homosexual.

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