capítulo 03

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_¡Estas comportandote como un maldito niño, Jung hoseok!_los gritos de la madre era todo lo que se escuchaba en la casa de los Jung

El hijo menor, hoseok, intentaba desaparecer en el sofá, ignorando completamente a su madre porque no había punto en su discurso que le interese, pero su hijo estaba arriba, armoniosamente durmiendo su siesta en su antigua habitación y lo que menos quería era que se despierte para ver a su adorada Nona en medio de uno de sus usuales destellos de locura

¿Porque debían ser así? Dios, hoseok tenía su propio departamento, trabajo, e ingresos que le permitían mantenerse a el y su bebe¿sus padres no podían verlo? ¿Porque necesitaba un alfa para subsistir?

Si, había destruido el plan familiar al embarazarse de un desconocido y no Casarse al instante , lo hecho hecho estaba y no cambiaría a su bebé por un alfa de primera clase que lo engañaria con todo aquel omega que se cruce, su hermana habia corrido ese destino y hoseok haria lo imposible por evitarlo, en especial cuando en la ecuación también se agregaba soobin.

¿Como podría exponer a su hijo a algo así? Conocía la clase de alfa que su madre le presentó, todos negarian y dejaría de lado a su cachorro, le obligarían a internarlo en un orfanato en Suiza solo porque ellos eran los alfas y sabian lo mejor.

Lo peor, sabia que su madre y su cerrada mente estarían de acuerdo, así como estaba de acuerdo con que el alfa de 50 años que estuvo sentado frente a sus ojos minutos atrás era el ideal para el.

Una moneda de cambio? ¿Desde cuando lo despreciaba tanto?

_El señor Lee te ofrecio el oro y el moro, pero no, el señorito otraves prefiere el libertinaje... Así terminaste_la gota que derramó el vaso de hoseok con ese comentario.

No le importaba que dijieran cosas de el, pero había captado el doble sentido en el veneno de su madre.

_mafre ,por favor, cuida tus palabras y deja de delirar, padre nunca hubiera aceptado esto_dijo parándose, había tenido demasiado por ese día.

Su padre había fallecido un año atrás, un cáncer terminal de corazón se lo había llevado y la tranquilidad de hoseok se había ido con el. Mientras su padre vivio, su madre no dijo ni pio en su contra o sobre el matrimonio faltante en su vida. Ya que el hombre estaba feliz con su nieto y no cuestiónaba nada de la vida de hoseok.

Pero el ya no estaba y el luto de su madre duro muy poco, desde entonces estaba en la búsqueda inútil pero constante de algún pobre diablo para desposar a su hijo descarrilado.

_¡tu padre se murió de amargura! Su primogénito... Derrochando años de esfuerzo a la basura en una maldita noche, años de estrategia, ¡promesas de matrimonio! ¡Ibas a ser un duque! _su madre fingio desplomarse en el sillón, su hermana a su lado le trajo paños húmedos para su frente.

Oh.. La cara que le dio jisso.. ¿En serio se había puesto de parte de su madre?

_Madre.. _trago grueso, dispuesto a pedir perdón por molestarla, porque auque odiara el delirio de su madre,peor sentía hacerla sentir apenada por su culpa.

Solo quería un destello de orgullo de su parte, pero no podría jamás hacer lo que eso ameritaba.

_Ni me hables, lárgate de aqui con el niño antes de que me mates a mi también_exclamo a través de los paños húmedos que jisso no paraba de ponerle en la cara.

No había caso,hoseok se encamino a las escaleras con los sollozos ardiendo en su garganta.

"El niño",rompía el corazón de hoseok cada que llamaba a soobin así,sabía que nunca había aceptado a su bebé, jamás había recibido un regalo o una mínima muestra de efecto de su parte, no como su padre y aún así su cachorro se desvivia por ver a su abuela,se tiraba a sus brazos en busca de un abrazo que nunca le devolvian, hoseok había sido egoísta e iluso, creyó que talvez un día se apiadarian de el y lo aceptarían.

Pero ya había tenido demasiado, por su hijo y por su dignidad ya no podía permitir tantos ataques.

Su soobin dormía cómodamente en el centro de la cama que un día llamo suya,en una habitación que por años había sido su refugio, ahora quería tomar sus cosas y marcharse, lejos, no a su apartamento ni a un hotel, lo más lejos posible donde su madre y sus choferes no los encontrarían.

_¿Mami?_murmuro el cachorro dormitado contra su hombro cuando lo cargo, llevando su mochila y cubriendolo con una campera, era tarde y era obvio que no pasarían la noche.

Habían sido invitados a una cena que terminó siendo una emboscada,sabía que no tendría que haber confiado en la sonrisa soncarrona de su madre ni en el tonto dulce con el que le hablo cuando llamo, seguramente luego de que haya concordado la cita con el viejo de antes.

Esa sería la última vez.

Su auto estaba en la cochera bajo llave,
Bogum el portero no tardó en abrirle sin preguntar, el había sido su único aliado.

Se despidió, sabiendo que sería la última vez que lo veria, lo extrañaría,habían compartido cigarrillos años atras y se había callado la boca cuando lo ayudaba a salir de fiesta a los barrios bajos en su adolescencia.

Llegó a casa más rápido de lo normal, acostó a su bebé y se puso en marcha, metiendo todo lo estrictamente necesario en una bolsa, había hecho esto una vez, tenía dieciseis y era estúpido, ahora había crecido y tenía más razones para desaparecer.

No estába solo como esa vez, ya no más.

Se encontró observando el cuerpo de su hijo suspirando entre sueños en la madrugada, con una manito apretada en su manta se estrellas y el otro bracito al rededor de su elefantito, hoseok lo miro, delineó su naricita, y sus pestañas, sus pecas y sus caballos, preguntándose mil y una veces si lo que estaba por hacer le afectaría tanto.

Pero soobin adoraba las aventuras, y esta sería una grande.

Beach BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora