Resumen
Sabías que era inevitable, ¿no? Abuela lleva a las chicas a un lado para una conversación intensa e inesperada.
Capitulo
En pánico, se estremecieron y se separaron. Mirabel con los hombros levantados, las manos entrelazadas detrás de la espalda para mostrar que no estaba haciendo nada. Isabela se puso de pie, pero con la cabeza gacha, sin encorvarse ni enfrentarse a Abuela.
“Ven conmigo”, dijo Abuela. "Necesitamos hablar". Dio media vuelta y caminó hacia su habitación, sin siquiera mirar atrás para asegurarse de que sus nietas la seguían.
Mientras caminaban detrás, Maribel murmuró en una voz apenas audible para Isabela y nada audible para Abuela. “¿Por qué 'Tenemos que hablar' nunca es nada bueno? ¿Por qué no 'Tenemos que hablar de lo orgulloso que estoy de ti' o 'Tenemos que hablar de lo que quieres para Navidad'? A pesar de sí mismo, los labios de Isabela se torcieron en una sonrisa rebelde de acuerdo.
Finalmente estaban en la habitación de Abuela. Cerró la puerta detrás de ellos y se sentó, dejándolos de pie, sin atreverse a moverse. “¡Mirad a los dos! ¡Mirabel!” Se volvió para mirarla. “Cuando eras más joven, sinceramente, me aliviaba que no estuvieras loco por los chicos, como algunas personas que podrían nombrar”.
Mirabel no estaba segura de a quién se refería (aunque si tuviera que adivinar sería a Pepa). Pero eso apenas importaba.
“Pero se supone que sucederá un poco de coqueteo con los chicos. Es natural. Ahora aquí estás, casi veinte, sin novios y sin perspectivas. Porque pasa todo el tiempo con tu hermana . Traté de guiar a los niños hacia ti, organicé fiestas, te envié al pueblo para 'tareas'. Incluso te conseguí ese trabajo en la escuela, con la esperanza de que encontraras un buen chico. ¿Y estabas agradecido? ¿Hiciste algo al respecto? No. Has perdido el tiempo. Ahora los chicos se han dado por vencidos contigo. ¿Cómo se supone que vas a llevar a la familia?
¡Conseguí ese trabajo de profesor por mi cuenta! pensó Mirabel … ¿No?
"¡Y tú!" dijo, volviendo su mirada de Medusa hacia Isabela. “El más hermoso de todos mis hijos”. Isabela no reaccionó; simplemente mantuvo la cabeza gacha respetuosamente. Mirabel se enfureció en silencio. Sabía que ese no era el tipo de cosas que se suponía que una abuela debía decir frente a sus otros nietos... aunque sería difícil discutir los hechos. Podrías haberte casado con cualquier hombre del pueblo si hubieras hecho tu movimiento. ¿Pero ahora? Veinticinco. ¡ Veinticinco ! ¿Casado? Ya deberías estar criando a mis bisnietos. Pero no. ¡Pasas todo el tiempo con Mirabel como si estuvieras casado con ella! ”
Isabela, ya inmóvil, se puso rígida mientras un rubor caliente se extendía desde sus mejillas hasta sus oídos y garganta, su rostro se sintió como si estuviera mirando dentro de un horno.
“Y ahora los atrapo a ustedes dos, abrazándose y besándose. Chicas. hermanas Sé lo que estás haciendo.
Isabela ardía de vergüenza. Estaba tan segura de sí misma en todo lo demás, pero frente a Abuela todavía era una niña tímida. Maribel se enfureció por discutir con Abuela, pero no se atrevió. Tenía la sabiduría y la madurez suficiente para poder controlarse a sí misma.
Abuela se puso de pie. “ ¡ Estás tratando de ligar con chicos! ”
Mirabel estaba sorprendida por su rabia defensiva e Isabela por su pasividad por pura confusión atónita.
Estaba practicando. Cree que si los chicos te ven besándose, estarán... excitados . La forma en que Abuela pronunció la palabra "excitada", rodando la R, hizo que Isabela y Mirabel se sintieran más incómodas que nunca hasta ahora. “¿Dos chicas besándose? ¿Especialmente dos hermanas besándose? ¡Pues déjame decirte esto!” Ella suspiró. "Funciona. Los hombres, incluso los hombres buenos, son todos pervertidos. Piensan: 'Si ella hiciera algo así con otra chica, ¿qué estaría dispuesto a hacer conmigo?' Ella sacudió su cabeza.
