🍀【Huesos de la suerte】🍀

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En alguna parte de aquel enorme bosque, escondidos entre los árboles grandes y frondosos, en lo profundo

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En alguna parte de aquel enorme bosque, escondidos entre los árboles grandes y frondosos, en lo profundo...en lo secreto se encontraban un grupo de niños en fila cantando y silbando, silbando y cantando, todos alegremente. Las hojas de los árboles en el lugar se mecían gentilmente mientras el viento las hacía bailar al ritmo de los animados cantos de las aves, el bosque cobraba vida gracias a las inocentes presencias que lo acompañaban, siendo espectadores de lo que pronto sería una tragedia para todo los habitantes del pueblo.

Mientras marchaban todos aquellos infantes iban detrás de un pequeño niño de ojos carmesís, cada uno siguiendo a su líder, los niños por alguna razón que no conocemos los adultos, siempre saben quien es el líder, y nunca se cuestionan el porqué, solo lo hacen, casi como un instinto de lo más remoto de nuestros antepasados. Hasta detrás de todos cierta mirada esmeralda se asomaba hacia donde se aproximaban, tímida pero al mismo tiempo atemorizada por su destino, entonces se armo de valor el pequeño infante y se atrevió a gritar el nombre de su mejor amigo, sin saber lo que ocurriría después de aquello...

—¡¡KACHAAN!!—

Ahí fue cuando sonó la alarma programada en su teléfono y despertó de aquel raro sueño, una chica de cabellera rubia, aún con los ojos cerrados apagó la alarma, aniñada por el intrigante sueño que la agobiaba. Después de unos largos minutos decidió abrir por fin sus orbes ambarinos para despejar el sueño, se sentó y estiró un poco para incorporarse mejor en la manta en el suelo, que proponía ser su para nada cómoda cama, en aquella casa pequeña y de origen humilde, donde abundaba el aroma a humedad y las astillas fue cuando se dio cuenta de que... ¡¡HOY ES LUNES!! , tiene escuela y trabajo, así que por fin ya un poco más despierta, se decidió por levantarse y empezar a arreglarse para llegar temprano hoy, no como...los demás días.

Se levantó del suelo de a poco comenzando a estirarse, posando su brazo detrás de su cabeza para estirarlo, volviendo a hacer lo mismo con el otro, levantándose del piso camino perezosa hasta lo qué era considerado su "baño". Abrió la puerta encontrándose con un lavabo lleno de sarro por el descuido de sus dueños — y el tiempo haciendo su trabajo —, una taza para baño igualmente en malas condiciones y una regadera que solo portaba el flujo de agua fría...el agua caliente era algo que ella conocía exclusivamente para la gente que vivía en condiciones estables, no como ella.

Abrió la regadera resignada con la imagen ante sus ojos, en aquel espejo de cuerpo completo, con tantas grietas apenas y se lograba ver su cuerpo...era un paisaje de piel ligeramente tostada, marcas rojas y heridas en sus brazos tratando de cerrarse por completo, era fea y repugnante, a nadie le gustaría una mujer con imperfecciones, sacudiendo su cabeza de lado a lado alejo aquellos pensamientos y entro a la ducha para empezar el día fresca y limpia, dejaba fluir el agua fría por sus recientes heridas en la espalda.

Las cuales estaban algo sucias por la mugre y humedad del espacio en sí, podía sentir el ardor insistente en su espalda, lo cual provocaba que la rubia hiciera muecas, aguantó todo lo posible en lo que duró su ducha, logrando salir pronto, se colocó una toalla envuelta empezando atrapada por sus lampiñas axilas y terminando hasta las rodillas.

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