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Jeon Jungkook, mi novio. Observaba cómo colocaba sus vendas en sus manos, él tan guapo como siempre. Tan guapo con su cabello negro a los hombros, sus hermosos ojos grandes y sus rosados labios que me habían resultado deseables desde que cumplí los trece -porque sí, él fue mi primer amor, ya que desde que era niño, Jungkook era muy lindo-; y no sólo eso, también debía destacar sus hombros anchos, su cintura estrecha, su ancha espalda y su trabajado y musculoso cuerpo. Debía destacar que a mi novio le encantaba mantenerse en forma, le gustaba cuidar su cuerpo y hacer mucho ejercicio.

—Eh, jagi, tranquila, te quedarás sin ojos si sigues mirándome —su voz con una pizca de broma me sacó de mis pensamientos, él me sonrió divertido y extendió su mano hacia mí—. ¿Puedes pasarme mi botella de agua, por favor?

—Sí, conejito, ya voy.

Aquel apodo por el cual solía llamarlo lo usé para molestarlo, sabía que no le gustaba que lo nombrasen de esa manera; sin embargo, yo era la única que podía decirle así, ni siquiera él les permitia eso a sus mejores amigos.

Me puse de pie del banco alto en el que estaba sentada, tomé de la mesa su botella que yacía junto a su mochila y caminé hacia él.

—Toma —se la entregué.

—Gracias —bebió un poco de ella después de destaparla, su brazo libre rodeó mi pequeña cintura y me pegó a su cuerpo—. ¿Sí sabes que por ser mi novia eres a la única que le permito llamarme así?

—Sí.

—Mm, ¿y sabes cuál es la otra razón?

—Porque me quieres mucho.

—¿De qué hablas? —arqueé mi ceja ante su pregunta. —Yo te amo, jagi.

—Oh —manifesté enternecida y con un poco de asombro. Pocas veces Jungkook me decía 'Te amo', incluso hasta hace poco comenzó a llamarme 'jagi'.

Sus labios tomaron los míos, posé mi mano en su fuerte pecho y le correspondí de inmediato creando así un beso dulce y suave que sólo él sabía cómo darme.

—Vamos, Jungkook-ah, deja de lado el amor y empieza a trabajar. ¿Qué dijimos sobre las mujeres?

Mi novio cesó de besarme dejando escapar un bufido, miró a su instructor Kang Youngyoeng y dibujó una mueca en sus labios.

—Que prefería verme golpeando un saco a poner mis manos sobre una chica.

—Ese es mi pupilo —dijo con orgullo y rodé los ojos cruzando los brazos.

—Hyung, ella es mi novia ahora y ha sido así desde hace cuatro meses, no puede separarme de ella.

—Como sea, prefería a Misukie —declaró dándose la vuelta causando mi desconcierto con sus palabras a pesar de no ser la primera vez que lo escuchaba decir algo así.

—¡Hyung...!

—Está bien, Jungkookie, él tiene razón, debes practicar —interferí.

—Jagi...

—Estaré atrás.

—Jagi...

No lo dejé decir nada y me dirigí al gimnasio después de agarrar mi cilindro de agua. Era la única mancha negra que había en nuestro noviazgo: el box. Sí, a Jungkook le gustaba mucho practicar boxeo como deporte en ligas menores. Me hacía feliz ver cómo disfrutaba hacer lo que le gustaba, aunque a veces saliera lastimado físicamente, pero no me gustaba cuando yo tenía que escuchar los comentarios de su instructor.

Una hora y media más tarde yo ya estaba aseada y lista para ir a comer al restaurante al que mi novio me había invitado, lo esperaba afuera recargada en su motocicleta mientras usaba mi celular y miré hacia enfrente cuando sentí que ya no estaba sola. Ahí estaba él.

7 golpes al corazón (Jeon Jungkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora