Cita con el demonio

V: Positivo

¿Cómo se supone que debía sentirse ahora? Estaba en un puto baño, con sus mejillas llenas de lágrimas qué tal vez eran de tristeza, odio, felicidad, no sabía en exactitud.

La prueba que tenía en sus manos tenía dos líneas, ¡DOS PUTAS LÍNEAS!. Necesitaba un abrazo, sí, uno que lo haga olvidar que lleva más de tres días con un puto feto en el vientre.
Sintió a su respiración acelerarse, intento calmarse, no era el momento. El sonido de la puerta lo despertó finalmente, se olvido que estaba en el baño de la farmacia.

Se levantó, se limpio las lágrimas y se lavó la cara. Sentía culpa al haberse dejado manipular y toquetear por un desconocido, porque él solo era un desconocido. Ahora tenía un puto hijo de él en su vientre, bueno, no debía desquitarse con el cúmulo de ADN, él o ella no pidió ser creado de tal forma.

Suspiro hondo y salió de la farmacia, sería una largo camino.

Después de lo que paso el día del encuentro y saber como Anthony angustiado fue en pijama al Santuario estaba vetado a tardar más de dos minutos en contestar y debía llegar como máximo a las 5. Eran las 3:54 P.M., llegaría a tiempo.

Recordó como Strange contaba el como el Stark apareció a su puerta a las 8:59 P.M. con el pijama puesto y con Morgan a su lado medio somnolienta, ambos querían saber si Peter estaba ahí. Tony casi sufría un paro ahí mismo, si no era por Morgan que le ayudo al ver a su papá pálido como la nieve. Virginia estaba en el auto, dormida, pues después de que Morgan estuviese molestando y molestando en que quería ir con su papá para saber donde estaba Peter los tres fueron en pijama a la puerta del Santo Santuario solo para ver si había llegado por ahí.

Una sonrisa se formó en sus labios y posteriormente una risa escapó, el recuerdo de ver a Tony en pijama, regañandolo y con un poco de saliva en su mandíbula y mejilla le dio gracia, aunque en su momento le causó pavor por ser descubierto.

Suspiro nuevamente, miro el cielo y supo que tal vez no todo era malo; llevaba un niño en su vientre, sí y estaba viendo con Bruce si podían extirpar el útero, pero ahora con esto... Tal vez debía decirles que lo pensaría mejor.

Su miedo a ser padre seguía presente, pero también le emocionaba. Deseaba qué fuera una niña, una linda niña que nombrará Gabriela o Mayday, en honor a su tía May. El pensar en la posibilidad de tener a una niña a la que pueda vestir, ayudar en sus tareas, cuidar de sus primeros años de vida, ¡hacerle sus fiestas de cumpleaños!, lo llenaba de dicha.

Su sonrisa se ensancho y con suavidad acarició su vientre. No todo era malo, pues aunque se sentía joven, sabía que él debería tener ahora 30 años. Tal vez era momento de enfrentar a la complejidad qué conllevaba ser padre.

Suspiró, viendo la torre Stark a unos pasos. Paro su caminar y se puso a pensar el otro lado de la carta. Si tenía un hijo de ese hombre, ambos estarían atados para siempre; además del matrimonio, solo que ahora si se divorciaban el efecto negativo caería en aquella personita qué se formaba. Ahora no sabía que pensar, el actual cubulo de células lo emocionaba de ser padre, pero su prometido solo lograba romperle esa ilusión.

Con furia se mordió las uñas, era un mal hábito, pero le ayudaba a calmarse. Alejo sus manos de su vientre y miro nuevamente la torre Stark.

¿Cómo le diría a Tony?
No puede acercarse simplemente y decirle "Hey pa, ¿te acuerdas de la regla 3?, ¡pues adivina!, vas a ser abuelo" No, definitivamente. Debía pensar algo bueno y algo que, posiblemente, le cause un paro cardíaco a su tutor.

Ya dentro de la torre sabría que decir, ahora quería dormir un buen rato e ignorar el que tiene una prueba de embarazo en el bolsillo de su campera. Una siesta no sonaba mal.

—¡No puedo creer que aunque te haya dicho claramente mis reglas no me hayas obedecido! —Bien, entendía a su tutor, estaba enojado de ver a su hijo embarazado y recién graduado; pero debía escuchar también su versión.

¿Cómo se había enterado Tony? Fácil, una palabra. Morgan.
La infante había visto la prueba en su chaqueta cuando él dormía y mientras jugaba con eso, Anthony la vio y pregunto a quien le pertenecía la prueba. La niña inocentemente le dijo que era suya, comprendía qué la niña no podía saber que era eso así que ahora escuchaba el como Tony lo regañaba por embarazarse a joven edad.

—Papá...-

—¡Y se que tal vez tengas curiosidad o miedo pero embarazarte no creo que haya sido la mejor opción, debes entender -

—Papá -

—Que yo estoy aquí para ti, se que aveces tengo que ir con Sam para arreglar el mundo o que simplemente New York no se caiga a pedazos pero también quiero que sepas que -

—¡Papá! -

—Yo siempre te escucharé... -

—¿Ya puedo hablar? —Ante el asentimiento de Tony supo que ya podía dar se versión de lo sucedido.
—No me preñe por gusto, o por capricho. Ese maldito me expuso a plantas afrodisíacas, además de inyectarme dos agujas de afrodisíaco. Y no conforme, me hizo tomar varias plantas para ver si podía elevar mi libido, técnicamente se aprovechó de mi. —Ante la declaración, Anthony abrió los ojos con sorpresa y susto. Soltando la prueba que marcaba positivo y abrazó fuerte a su niño.

Peter solo le devolvió el abrazo, dejando a flote su miedo ahora que debía afrontar la paternidad solo con 26 años.