Cita con el demonio

I: Confuso

Girando, círculos, rombos, números. No entendía nada, su mente explotaba, sentía su corazón romper y sus mejillas ser inundadas por lagrimas. Mary y Michelle le dieron un abrazo, mientras Ned le hablaba desde el celular.

Sus sentidos se apagaban y prendían. Dejo de lado el contrato y vio a Anthony, el cual lloraba en silencio al hacer aquel trato. Todos estaban demasiado tristes como para formular una oración y seguir con lo que estaban. ¿Por qué tenía que pasarle esto a él?

Volvió a ver el contrato y se percató que este fue hecho desde que estaba en el jardín de infantes. Al parecer los malos hábitos qué tuvieron sus padres los llevo a firmar un trato con una familia acomodada, dándolo a él como esposo a su primogénito cuando tenga 26. O sea, ese año.

—No, no, no. —Se negaba a casarse aún joven, no quería esa vida. Aún no.

—Perdoname por no poder hacer nada, Peter. —Tony no podía ver al Parker a la cara. Desde que tomo la tutela de Peter le llegaban cartas pero parecían promocionadas por una empresa muy poderosa qué quería hacer un contrato con él. Si no era que Pepper le avisaba el verdadero contenido de estas, hubiera sido muy tarde; a quien mentía, era demasiado tarde.

—Esto no puede estar pasando, papá, debe haber algo que podríamos hacer. ¿No? —Aunque quería sonar alegre, estaba roto. Veía como Anthony negaba y agachaba la mirada.

—Lamento esto, pero este contrato lo firmaron tus padres y la familia con quienes lo hicieron no solo sobrepasará mi poder legal, también podrían privarte de mi tutela. El contrato tiene varias indicaciones de lo que pasará si intentamos romperlo. —Tony se limpio con un pañuelo, para después ver como Peter era quien miraba el suelo ahora.

—¿Y si intentamos negociar con el primogénito de la familia, señor Stark? —Mary fue quien dijo aquello, viendo al multimillonario negar nuevamente.

—Ya lo intente, pero solo me responde que el contrato promete una pareja segura para él, así que eso debe tener. Quise insistir pero no sólo me amenazó con la empresa, sino con llevarse a Peter lejos si no se cumplía el trato. De verdad, no puedo avanzar a algo legal, pues si lo hago puede que todos estemos en peligro. —Explico con pena el adulto. Viendo como ahora Mary miraba a Michelle y este le miraba.

—¿Y si fingimos que Peter murió? Así lo sacamos de este país y podremos hacerle una nueva vida en Londres. Ahí el Señor Strange podría albergar a Peter en el santuario y talvez podría apoyarle en esto—Ahora la Watson menor hablo, dando una idea algo buena, pero tendría sus bajas.

—Si lo hacemos, tendremos que fingir el cuerpo y no creo que a un juez le guste ver como robamos un cuerpo y lo hacemos pasar por el de Peter y podrían inculparme por intento de homicidio si sale mal. El plan podría ser bueno si Strange nos ayuda con el doble de Peter y podríamos cambiarte la identidad. Sí... ¡Sí!, excelente idea, señorita Watson. Ahora solo queda ver si el viejo mago nos ayuda en esto... —Tony suspiro y marco en su teléfono, empezando a sonar la llamada en espera.

Las gemelas se miraron triunfantes y ahora el Parker miraba con atención a su tutor. Ned le aviso que cortaría porque sus padres lo llamaron y que les deseaba suerte con su plan.

—¿Hola?, ¿Tony? —Se escucho la voz del británico a través de la línea, parecía que lo interrumpieron en un momento de descanso.

—Hola mago, quería saber si podríamos encontrarnos hoy en mi oficina. No sé, si podrías ahora venir, es de importancia. Estoy con Peter y queríamos pedirte un favor. —El castaño mayor miraba a Peter sonriendo, mientras esperaba la respuesta del inglés.

—Ya voy, espera le aviso a Wong— Todos en la sala sonrieron felices. Ahora solo esperar al Strange.

—Gracias magito—Agradeció el filantropo al teléfono para colgar al escuchar un suspiro cansado y frustrado por parte del hechicero.

Michelle y Mary se separaron de Peter, quien se limpiaba las lágrimas. Feliz de saber que podrían hacer algo.

A los segundos se empezó a escuchar el típico sonido de la magia del hechicero, Peter vio donde se encontraba la chispa y de pronto se abrió el portal, dejando a la vista al Hechicero Supremo.

—¿Qué es tan importante como para que me llamen e interrumpan mi hora de descanso? —Fue lo único que soltó el británico, para después entrar a la oficina del Stark.

—Es un asunto de vida o muerte...

—No. —Fue lo único que salió de los labios del hechicero al ver el nuevo plan de respaldo de las Watson. ¡Era su octavo plan negado!

—Pero señor Strange, solo seria que volvamos y rompamos el trato. ¿Qué tanto puede afectar este trato? —Dijo con enojo Mary, viendo a Stephen.

—Afectaría el como llego Peter a este punto del tiempo, entiendan que la magia no es algo con lo que pueden jugar. Se que quieren ayudar a Peter pero sus ideas solo rompen la continuidad del espacio-tiempo; podrían, no solo romper el universo qué tenemos, sino también otros donde este evento se desarrolla y si bien podríamos hacer su plan inicial, nos saldría difícil. El santuario de Londres es manejado por un hechicero antipático y yo solo podria darte un prestamo qué no te serviría de nada ya que en Inglaterra los buenos lugares donde podrías quedarte son imposibles para mi economía y sí Tony te ayuda te identificarán y podría salir todo mal si ese obsesionado se entera que sigues vivo.—Strange suspiro y volvió a hablar, esta vez solo a Peter —Se que lo que te diré será confuso y muy seco de mi parte o talvez poco compresivo sobre tu situación; pero debes casarte.

El joven solo miro como Strange se paraba del asiento donde estaba y se retiraba no sin antes desearle suerte ante todo lo que venga. Tony estaba enojado, pero comprendía que el hechicero no quería romper el universo con la manipulación de magia en exceso o talvez solo no quería que este universo salga de su curso.

Abrazo a Peter y le beso su cabellera castaña. Diciéndole que encontrarán la manera de retrasar el evento que se acercaba con cada día.

Esto para Peter, era confuso.