Isekai: Mi diario en otro mundo

Cap 4: Secuestro

Hola, os voy a contar qué ha pasado estas últimas semanas. Primero, el que escribió este libro es un genio, comparado con la bazofia que me dio el dios pendejo ese. Primero, las habilidades principales son las que no usan maná, y ya está, el dios cachondo me dio un montón de información y me lié, pero es tan simple como eso. Bueno, da igual, he estado aprendiendo a usar el poder de mi ojo, y ojo, está bien guapo. Es mucho mejor que el ojo de maná. Los hechizos del libro se adaptan perfectamente a mí, al ser neutros los puedes hacer con cualquier elemento. Por ejemplo, he aprendido a invocar una calavera flotante de fuego. No es una calavera de humano, parece la de un lagarto. Aunque no parezca muy fuerte, ese hechizo se puede mejorar, lo cual lo volverá muy cheto.

Por lo visto, el tal Zac era un barón, pero se convirtió en Archiduque debido a su ayuda en la güera (la Batalla Real) y contribuir a la paz. Por lo visto, fue él quien fundó la alianza y fue amigo de Salokin Ragnar, el fundador de esta casa.

Pero sin duda, su mejor logro fue traer las recetas de comidas de su antiguo mundo a este. Gracias a ello, en este mundo ahora hay helados, pizzas, papas fritas y bueno, un montón de cosas más.

Ahora estoy leyendo un poco sobre la geografía de este mundo.

Mi padre entra en la habitación, me mira. Algo anda mal, parece triste.

- Hijo, esta mañana he recibido una carta. Skyrowin le ha declarado la guerra al rey demonio que habita en este continente. Dentro de una semana, me llevaré unas tropas y me iré a la guerra.

Pues menudo giro de doscientos grados. Al oír eso, se me humedecen los ojos y abrazo a mi papá. ¿Por qué habré hecho eso? Si a mí no me cae muy bien este señor. Bueno, qué más dará. Aunque ahora que lo pienso, ¿por qué habrán declarado la guerra a un reino mucho más fuerte con el que llevamos en paz doscientos años?

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Ya han pasado 2 años desde que mi padre se fue a la guerra, pero en ese tiempo no ha pasado nada interesante. Bueno, aparte de que ESTOY CHETOOOOOOOOOOOO, VIVAN LOS CHETOOOOOS Y LOS QUE ESTÁN CHETADOOOS. Vale, lo siento, ya paro.

Ahora mismo estoy en el bosque. Hay una abeja pabdeja de tres metros que está buscando pelea. Con su aguijón gigante intenta picarme, pero yo bloqueo todos sus ataques con la espada fácilmente. En cuanto veo una apertura, la corto fácilmente por la mitad. Entonces es cuando viene un enjambre de ocho abejas. Estas son de 4 a 9 metros (no es que sea un genio que sabe medidas exactas solo con verlas, es que gracias al ojo del cuervo azul combinado con el gran sabio puede saber el tamaño y un montón de información más sobre cualquiera que mire). ᕦ[ ◑ □ ◑ ]ᕤ

Ahora mismo estoy descalzo. Gracias a eso, uso magia de viento en los pies para desplazarme rápidamente detrás de la abeja más grande. La corto en diagonal. De mis manos salen varias bolas de rayos que impactan contra las abejas, las cuales acaban muertas.

- Bueno, va siendo hora de que vuelva. Espero que mamá no me regañe por no asistir a las clases de piano.

Suspiro y me voy mientras una energía azul y blanca sale de las abejas que acabo de matar. Esto lo consigo gracias a la habilidad "ladrón de Aura". Con ello, puedo absorber la energía vital y la magia de los enemigos que mate. Esa energía la almaceno dentro de mí para que la pueda usar más tarde. Eso hace que tenga una cantidad de maná y energía vital extra, aparte de la que ya tengo.

- Ostras - bajo la mirada. Veo una chica en el suelo, está vestida con harapos y tiene cadenas y grilletes en los pies y manos.

Me acerco. Parece que aún respira. Es una chica que parece más o menos de mi edad. Tiene el pelo de color marrón claro y... Pero qué ven mis ojos, ¿qué hace un hombre bestia aquí?

De repente, se levanta y me mira aterrada. Se arrastra por el suelo.

- Por... Por favor, no me yeves, no me hagas daño... POR favor... - se pone a llorar.

Mierda, está llorando. Cada paso que doy, se sobresalta. Como alguien nos vea así, van a creer que la...

- Oye tú, ¿qué estás haciendo? - mierda, han aparecido unos hombres.

- No, no es lo que...

Me callo porque la niña ya no llora, es más, está detrás de mí agarrada a mi camiseta. Parece paralizada del miedo.

- No... No dejes... Que... Me lleven, por favor.

Esto huele mal. Los hombres lobo como ella no suelen venir aquí. Según su ropa, parece que es una esclava que ha escapado. Parece tenerle más miedo a ellos que a mí, así que seguro que los conoce. En mi mano, escondido, convoco un pájaro de papel y lo mando a la mansión. Hay que ser precavidos. Si algo me pasa, el pájaro podrá rastrear mi maná y avisar a mi madre de mi ubicación.

Pero cuando activo el ojo del cuervo azul, no puedo evitar sonreír para mí. Estos son unos pringados.

- Oye tú, esa niña es de nuestra propiedad, devuélvenosla.

La niña me mira suplicante.

- No te preocupes, yo te protegeré - digo con una sonrisa.

- Tú, ¿qué vas a hacer?... - dice el hombre, pero le callo dándole un rasengan de maná en toda la boca.

- Qué aproveche - le digo cuando cae al suelo inconsciente.

De mis

pies sale fuego. Lo uso para impulsarme y darle una patada a otro tipo. Este la bloquea, pero...

- Cornaaa - grito, haciendo el símbolo del rock en rol con mi mano. De mis pies sale una enorme cabeza de demonio de fuego rojo oscuro que se come enterito al hombre. Otro cae inconsciente, pero además está calcinado.
(pillastes la referencia?)

- Kyaaaaaa

Me giro y veo al hombre restante que sujeta a la niña. Te vas a arrepentir de eso, puto.

Me desplazo rápidamente detrás de él y, sin que le dé tiempo a reaccionar, grito:

- Mil años de dolor - mientras junto mis manos y le meto los dos dedos en el culo. (Esta referencia la pillaste, ¿verdad?).

- Haaa - el hombre grita de dolor y cae también al suelo desmayado.

- Bien, chiquita, ya está...

Agacho la cabeza justo a tiempo para poder esquivar un espadazo. Un hombre con una armadura negra, al igual que su espada, ojos y pelo y piel, me acaba de atacar. Su nivel está a otro nivel, no es como esos pringados. Espero que el pájaro ya esté avisando a mi madre.

- Impresionante, conseguiste esquivar mi golpe.

Debe ser muy rápido, si no mi ojo del cuervo azul me habría avisado de su presencia. Antes de que pueda hacer nada, me coge por el cuello y dice:

- Nos vas a ser muy útil.

Esas palabras fueron lo último que oí antes de que todo se volviera negro.

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Hola, este capítulo ha sido más corto porque le he quitado el relleno, así que lo siento y de nada. Como siempre, si os ha gustado, votad y si no, comentad para que pueda mejorar.

<(￣︶￣)>

El narrador se despide con una exagerada reverencia y se pone a girar hasta crear un tornado y desaparecer.