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Haechan se encontraba observando a través de una pequeña abertura por el costado del inmenso barco, desde este punto veía toda la interacción de Mark y Suho. Algo sobre el desconocido Mark lo atraía, sus palabras lo hacían sentir en sintonía a este príncipe, por lo que se quedó atento a la conversación que mantenían ambos.

Mientras oía no perdió el tiempo, analizó al lindo chico, llevaba el cabello levemente rizado y castaño, poseía unos ojos grandes y cafés, los que brillaban pese a la oscuridad de la noche, además de un distintivo lunar en su cuello. Haechan se sintió hipnotizado por su apariencia.

–Suho, en realidad yo no siento... – Fue entonces cuando un perro se acercó a él, no era ajeno a las especies domésticas de los humanos, por lo que lo acarició tal como parecía pedirlo de forma juguetona, hasta que fue alejado por el mismísimo Mark. Desde su punto no era visto, pero si notó la sonrisa sobre el rostro de Mark y escuchó su pequeña risa al dirigirse a su mascota.

Sintió unas leves cosquillas en su estómago, quería mirar su sonrisa otra vez, escuchar esa suave risa, continuar oyendo lo que tenía para decir su voz.

Fue entonces que se vio está ensoñación interrumpida por la catástrofe que estaban viviendo. Como un ser marino no podía intervenir, además de que debía evitar ser visto. Así que se retiró a una distancia prudente, pero se mantuvo observando el accionar de los tripulantes. Pudo notar lo heróico que era Mark, apreció con detenimiento como procuraba que cada uno de sus compañeros estuviera seguro, incluso olvidando su seguridad. Vio como saltó para rescatar al llamado Max, Haechan tuvo un mal presentimiento de esto, su ansiedad comenzó a hacerse presente.

No parpadeó hasta ver como volvía a acercarse al bote, suspiró, ya parecían estar todos a salvo, pero su pequeño momento de relajo no duró. Un rayo nuevamente se dirigió al bote, sus ojos siguieron el cuerpo de Mark, quién no pudo subir nuevamente por mantener a salvo al resto.

Luchó contra su necesidad de ayudarlo, lo había visto y pensó que Mark era lo suficientemente capaz, trató de convencerse de ello, pero su corazón dolió cuando notó como había perdido su noción dentro de la tormenta.

–¡Mark! – Se llevó su mano a la boca, no se supone que interactuara, no quería arriesgarse, no debía...

A la mierda.

Ignoró la voz de su padre que se repetía en su cabeza, nadó a toda la velocidad que podía, a la distancia oía los llamados al príncipe, pero era imposible para él llegar a ellos en este punto. Tras llegar donde Mark lo tomó de la cintura, estaba exhausto al punto dónde no reaccionaba ante la presencia de Haechan.

–Aguanta un poco más, te llevaré a tierra.

Quizá el que Mark no estuviese reaccionando le dió cierta seguridad a Haechan, pero también incrementó su ansiedad.

No quería verlo morir.
No debió entrometerse.
¿Qué estaba haciendo?

Se encontró en una confusión con sus propias acciones y pensamientos, sacudió su cabeza, así liberó su mente de cualquier otra preocupación, debía salvarlo. Sin más, nadó con toda su capacidad hacia la orilla más cercana.

La tormenta para Haechan no fue un problema, claramente, lo que sí lo tuvo algo preocupado era el ser visto por otros humanos, así que fue cauteloso.

Llegó a la playa, en este punto ya estaba amaneciendo. Dejó a Mark sobre la arena y miró de cerca sus facciones. El chico era muy lindo, Haechan no podía negarlo, observaba con detención como cada característica de su rostro armonizaba con el resto. También notó su ceño fruncido, sabía que Mark estaba vivo, pero no pudo sacudir su preocupación al no verlo despertar.

Dive into you [Mahae/Markhyuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora