dos||su ser

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Me he despertado cuando ya no sentí la necesidad de dormir, me senté en la cama recuperando un poco de aire y fuerzas para levantarme, camine un poco hasta llegar al espejo que había en la habitación. Me mire y me sorprendió ver lo tan reveladora que era lo que traía puesto.

La noche pasada no está del todo bien para darme cuenta de que en verdad era algo muy...

—¿Sexi?—el mismo hombre estaba en la puerta mirándome por el espejo, sonrió antes de acercarse a mi.

—eso es lindo—musito como si tratar de hacer que tuviera vergüenza. O así lo sentí.

—n-no...

—tierno—me aferró a él sin dejar de mirarme, levantó mi quijada obligandome a mirarlo.

Me miro por unos segundos antes de alejarse de mi hasta la puerta, volteo a verme por última vez antes de irse y que entrara otra chica muy distinta a la señorita sumire.

—aqui estas—rio.

Temí por un momento, pero su risa y la forma tan torpe en la que actuaba opaco ese miedo.

—la hija de dios ¿No?—dice, sonriéndome de forma torpe.

—si, soy esa.

—no te preocupes, todos aquí sabemos tu condición y por lo mismo nos aseguramos de que estés a salvó.

—mi nombre es mei, shijima mei—dirigió su maso hasta mi, yo la tome.

—es un placer—trate de ocultar mi incomodidad.

—pronto vendrán a verte los demás, hoy vine yo por qué nadie a querido venir.

—¿Cómo?—no entendí, no entendí eso de que nadie a venido ¿No viven aquí?

—las tierras hirvientes están divididas en siete partes, cada uno de nosotros controlamos un lado.

—somos las siete maravillas de este lugar, siete lugares totalmente distintos.

—si, somos demonios pero eso no nos a impedido vivir sofisticada mente. Tal vez los tuyos nos an visto como animales.

—pero al igual que ellos somos capaces de crear nuestra propia sociedad.

—donde tratamos de mantener a salvó a los nuestros.

Ella caminaba hasta la ventana levantando las cortinas con ayuda de un pincel que parece tener conciencia propia.

—¿Lo ves?—entendió sus manos asía el cristal—mira más de cerca—me acercó a la ventana.

Aún que no estaba el sol al que yo siempre estaba acostumbrada... Podía apreciar la vista, apreciar los paisajes naturales de aquellas tierras.

—se dividen en siete partes, cada uno de nosotros tiene seguidores que nos adoran.

—ahora mismo estas en el territorio número siete, y te cuida nuestro líder.

—el séptimo, lord hanako.

—nuestro señor, aún que no me cae bien debo admitir que es un buen pero a la vez mal líder.

—aveces lo odio.

La verdad esperaba que el mismo se presentará conmigo, personalmente, el aún no sabe mi nombre y yo no sabía el suyo hasta ahora.

—¿Me puedes decir tu nombre?—pregunto volteando a verme sonriendo.

Le devolvió la sonrisa de la misma manera, cálida y sincera—me llamo... Nene yashiro.

—es un gusto conocerte nen-chan—tomo de mis manos.

—creo que seremos buenas amigas, quizás seas tú la razón por la cual lord número siete deje de ser un idiota.

El corazón del demonio || HananeneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora