Isn't It a Pity - McLennon

Beatles For Sale

Un gran bullicio se oía en el estudio, en donde cantaban por segunda vez aquella canción en medio de risas del hace poco fallecido Buddy Holly, una melodía adorada por Lennon y apreciada por McCartney, tal vez con poca discreción plantaban su mirada en la otra y se sonreían efusivamente al notar el mutuo contacto visual.

Lennon carcajeo agresivamente para acto seguido tomar sin consideración de previo aviso a Harrison uno de sus cigarrillos.

-¿Qué es tan gracioso?-preguntó sin pudor -Estas últimamente tan extraño con Paul, ¿es que acaso siguen ebrios desde aquella borrachera del martes?

-Algo así.

George lo observo, no tan persuadido 'como digas' soltó con desgano y una sonrisa casi falsa en su rostro.

John solo evadió su penetrante mirada confusa e ignorante, un secreto incontable rondaba su mente, aquel lugar que Paul visitaba constantemente. ¿Quién imaginaría que aquel muchacho educadito y hogareño del cual desconfió en su adolescencia sería su actual amante? Tal vez Cinthya no era a la que John realmente amara, y tal vez ninguna otra lo fue. Solo el. ¿Y cómo explicarlo a una sociedad retrógrada la cual penaliza la homosexualidad? El no lo sabe aun ni con una pizca de certeza, sólo anhela el día en el que pueda tomar su mano con total libertad y lo pueda exclamar a las locas fans de los conciertos que suele observar a duras penas gracias a la falta de anteojos.

John salió del estudio, necesitaba aire y consumir aquel cigarrillo hasta que queden cenizas. Paul lo siguió.

-Me estoy volviendo loco, como aquellas chiquillas gritonas que suelen perseguirnos.

-Nah, no exageres.

-No, para nada-hizo una leve pauta-Oi a George. 

-¿Si?

-Si... Necesito que me respondas algo Lennon, ¿es normal lo que hacemos?

-¿Normal?

-No lo sé John ¿Sabes? No es común que los amigos se otorguen dulces besos en oscuros callejones, o tal vez que casi hayan tenido sexo. 

-No lo es.

-¿Que somos John?

El castaño soltó su última bocanada, para percatarse que el cigarrillo estaba a poco de agotarse, necesitaba buscar uno nuevo pronto.

-¿Me abandonaras, Paul?

El mencionado se exaltó ante la interrogante, no esperaba tan abrupta pregunta en lo absoluto, no tenía alguna duda de ello, sin embargo no quería regalarle falsas promesas y llenarlo de palabras bonitas, pero vacías y monótonas. Tardó unos segundos en procesarlo. 

-¿Lo dudas?

-No lo hago, John. Las palabras innecesarias se vuelven si de mis emociones hacia tu persona se tratase, te encuentro tan maravilloso e inefable que pienso tal vez, que sería una falta de respeto repetirtelo. Entiendo tu duda, no obstante ten presente esto; te amo. Te amo y no hay fecha ni hora que mi mente no piense en ello, piensas que suene absurdo ¿Seré un anormal? ¿Acaso importa?

John tomó con delicadeza los hombros del menor para finalizar en un sincero abrazo, Paul sintió algunas lágrimas brotar por encima de sus ropas y oír un quebrantado 'gracias'.