Toda la vida de Everly Harrington cambia cuando una nueva chica entra a su clase. Para bien o para mal, después de ese momento todo cambio. Ella cambio.
No es que ella no supiera que le gustaban las mujeres. Solo es que al enamorarse de una, todo se...
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Al despertar Eve sentía que algo estaba mal. No sabía qué, pero algo no era como antes.
Ese presentimiento se confirmó al escuchar como la puerta principal se cerraba y escuchaba unos pasos que aprendió a reconocer hace ya muchos años.
Sus padres habían llegado a casa.
Eve pensó que pasarían las vacaciones en algún viaje como lo han hecho toda la vida de la castaña.
Pero ese año se equivocó.
Su temor aumentó cuando escuchó la puerta de su habitación soltar un chillido.
Era su padre.
El hombre no era mala persona. Nunca le hizo nada malo a su hija, directamente por lo menos. Solo era ingenuo y cobarde, así que dejaba que su esposa hiciera lo que le plazca.
No era mala persona, solo un mal padre.
Nunca defendió a su hija de los continuos maltratos, como tampoco a su hijo cuando el castaño era solo un niño.
Eve dejó salir un poco del temor acumulado en su ser, pero sabía que su madre estaba ahí.
Conocía el sonido de esos tacones, chocando contra la caoba del suelo. Los mismos causantes de la cicatriz que tenía en el omoplato derecho.
"Hola Evy, baja a desayunar. Tu madre y yo les trajimos comida de camino acá" El pobre hombre era castaño, de estatura promedio y no muy brillante.
No se parecía mucho a su hija, lo cual atormentaba a Eve, porque eso significaba que se parecía a su madre.
Ese pensamiento le había quitado el sueño incontables noches de dolor.
"Ahora bajo" dijo la castaña fingiendo una sutil sonrisa mientras se levantaba de su cama.
...
Un silencio escandaloso reinaba sobre la casa Harrington, especialmente en el comedor donde se encontraba la familia, si es que se les puede considerar como tal.
