El modelaje siempre había sido algo que le maravillaba, incluso desde muy pequeño. Su gran atractivo había sido solo un extra dentro de su deseo de modelar.
Mingyu tenia grandes sueños, pero venia de una familia de escasos recursos y no podía hacer mucho mas que intentar ganar una beca para una escuela de modelaje. Cuando cumplió los veintidós años, decidió que conseguiría esa beca como fuera.
Hasta ese momento, se había dedicado a trabajar en muchos lugares, con el afán de ayudar en los gastos del hogar a su madre. En el último tiempo, se había hecho amigo de un chico extranjero, Xu Minghao.
El chico tenia su misma edad y, casualmente, también había llegado a Corea en busca de trabajar como modelo. Sin embargo, había sido estafado y no tenia donde quedarse ni que comer. Mingyu, con su madre, le ofrecieron acogerlo en su humilde casa y el chico originario de China aceptó un poco desconfiado. No hablaba bien el idioma, pero de todas formas logró establecer un vinculo con Mingyu, era como si fueran casi hermanos de otra madre.
El lugar donde vivía Mingyu era una zona costera, con ahorros de tanto él como Minghao, lograron comprar una cámara semiprofesional y con ella salían a practicar fotografía y modelaje para luego enviarlas a alguna agencia y probar suerte.
Hasta que un otoño, todo cambió.
Ambos chicos de veintidós años salieron a fotografiarse en su día libre, como ya era costumbre para ellos. Estaban frente al mar, buscando un ángulo donde la luz no molestara el lente y pudiera lucirse la figura del fotografiado.
Era el turno de Minghao de llevar la cámara, cuando una voz grave se escuchó en el lugar.
—¿Están en una sesión de fotos?
Era la primera vez que alguien se les acercaba, la mayoría de la gente del lugar sabia del deseo de los jóvenes de poder ser modelos y no los molestaban en sus intentos de lograrlo. Intuyeron que la voz venia de alguien que no era de aquel lugar, a unos pocos kilómetros había un resort de lujo donde llegaban muchos empresarios y gente que venia como turista de las grandes ciudades.
Ambos giraron en dirección a la fuente de la voz y se encontraron con un chico alto, de cabello negro y anteojos que les sonreía.
—Algo así —respondió Minghao.
—Pues están haciéndolo pésimo.
El chico delante de ellos comenzó a reír al ver sus caras que reflejaban entre confusión e indignación.
Minghao continúo confundido e indignado al escuchar la risa del chico, pero Mingyu comenzó a sentirse nervioso, aquel chico era muy atractivo y su risa era algo robótica pero también algo tierna. La manera en la que su nariz se arrugaba mientras dejaba a la vista sus dientes, le habían flechado por completo.
Un poco aturdido y con una sonrisa, se acercó al chico. Le quitó sin brusquedad la cámara a Minghao y se la extendió.
—Si nos dices eso, es porque puedes hacerlo mejor —dijo desafiante—, ¿Verdad?
El chico, que tenía las manos en su abrigo largo, extendió una de ellas para tomar la cámara que Mingyu le ofrecía. Una vez la tuvo en sus manos, comenzó a configurarla como si de un juego de niños se tratara.
—Bien, tú serás mi modelo —dijo y señaló a Minghao.
El chico extranjero se coloco en posición, pero el extraño comenzó a decirle como era que debía posar para una mejor foto. Siguiendo sus instrucciones al pie de la letra, Minghao se dejó llevar y tal parecía que el chico de la cámara también, llegando incluso a arrodillarse para tomar un mejor ángulo.
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《Closer》Meanie
FanficAquel otoño fue maravilloso para ambos. Mingyu a penas sabia su nombre, pero sus sentimientos ya salían a flote por aquel chico de cabello negro y lentes que tantos consejos de modelaje le había dado. Aunque este había desaparecido, los tres años qu...