El orgullo de ambos no les permitía alejarse del otro, por mas nerviosos que estuvieran. No fue hasta que la campana que había en la entrada de la puerta de aquella tienda sonó que finalmente ambos se alejaron.
—Admito que tienes un punto, si no te gustan las cosas tal cual son entonces no te gustan de verdad.
Wonwoo sonrió ante las palabras de Mingyu y bebió un poco más de su café.
—Aunque —dijo el chico con la taza en sus manos—, siempre está la opción de probar sus demás facetas.
—¿Cómo? —preguntó Mingyu
—¿Nunca has probado otros cafés?
El moreno alto negó con la cabeza, observando atento a Wonwoo.
—Existen muchas variantes, distintas formas de prepararlo, por ejemplo...
Mingyu perdió la atención de lo que decía Wonwoo, ya que, la forma en que sus ojos se iluminaban al hablar de algo que parecía gustarle le terminó por cautivar.
Otra vez, aquella pregunta... ¿A que sabrían esos labios?
Mingyu fue muy popular en sus años escolares, no le faltaron bocas que besar. Sin embargo, debía confesar que nunca había sentido tanto anhelo por besar a alguien como con Wonwoo.
Se dio cuenta que no solo le atraía de forma física, todo lo que decía le parecía interesante y comenzaba a tener la necesidad de saber quién era Wonwoo realmente.
—¿Algún día me prepararías uno?
Interrumpió al chico en mitad de su monologo sobre las variedades de preparar café que sabia. Aunque, rápidamente se arrepintió.
La mirada de Wonwoo se apagó, de un momento a otro parecía un tanto perdido en sus pensamientos.
—No creo que eso sea posible... —susurró.
Mingyu no sabia que hacer, el chico de mirada brillante que le hablaba emocionado de café, de repente se había vuelto alguien con mirada triste.
—Ven, quiero mostrarte algo.
Wonwoo se sorprendió cuando el chico alto le tomó de la muñeca y, prácticamente, le obligo a levantarse de su asiento y salir de la tienda.
El agarre de Mingyu era firme, desde su posición, Wonwoo podía apreciar la figura del contrario. Tenia rasgos muy masculinos, le hacia falta un poco de masa muscular y madurar algunos gestos, pero, sin duda iba a ser un gran modelo.
Si fuera responsabilidad solamente de él, le admitiría sin requisitos previos.
No se había percatado de la hora hasta que estuvo con Mingyu frente al mar y el sol ya estaba ocultándose.
El atardecer parecía tan hermoso desde aquel lugar, las olas rozaban la orilla de forma tranquila mientras Wonwoo se maravillaba con la manera en que el sol se veía reflejado en el mar y todo a su alrededor se veía naranjo. Algunas nubes lejanas eran teñidas de aquel color y, gracias a su espesor, parecían dulces algodones de azúcar.
—Esto es... hermoso —susurró Wonwoo.
—Imagine que un citadino como tú se maravillaría por este paisaje.
Mingyu no dejaba de ver como la luz del sol se reflejaba en los anteojos del chico, sus ojos volvieron a brillar gracias a esta. Su comentario generó una pequeña risa en el contrario, el cual no pudo evitar ver la hora en su reloj de muñeca.
—Pues, este citadino, se disculpa de no poder estar más tiempo viendo este hermoso paisaje.
El rostro de Mingyu se tornó triste y presionó un poco sus puños, debatiéndose entre preguntarle algún dato de contacto a Wonwoo.
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《Closer》Meanie
Hayran KurguAquel otoño fue maravilloso para ambos. Mingyu a penas sabia su nombre, pero sus sentimientos ya salían a flote por aquel chico de cabello negro y lentes que tantos consejos de modelaje le había dado. Aunque este había desaparecido, los tres años qu...