CUATRO DE PICAS

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Mas importante era saber dónde me encontraba, de pronto escuche las pisadas de caballos y el repentino grito de una persona para guiar a los caballos, ¿Una carreta o un auto? No, no puede ser, la tecnología esta tan atrasada que ni han de conocer siquiera lo que significa un motor.
"¿Quién eres?"
"Lulu"
"¿Lulu?"
"Si, o eso es lo que creo que dice aquí"
Me encontraba en pose fetal, con mis rodillas casi tocando mi cabeza.
Lulu saco de alguna parte de su ropa vieja y sucia una pequeña pieza de metal con bordes filosos, es un milagro que no se haya cortado.
En esta se podía ver unos rayones que asimilaban ser unas letras, como el dibujo de un niño de dos años en una pared, aunque ciertamente si se podía leer la palabra
"Lulu" Murmure.
Intente mover mi cuerpo para ver la cara de Lulu, apenas intente mover mi pie un inmenso dolor me paralizo antes de siquiera moverlo, a punto de caer en llanto por el dolor, lo máximo que podía ver de ella fue su silueta pequeña y delgada que se reflejaba en una ventana que daba paso al claro de la luna que iluminaba su espalda.

"¡¡Arg!!"
"¿Estas bien?" Pregunto Lulu
"No me.......no me puedo mover"
"¿Que te duele?"
"No hay una uña que no me duela"
Mi reacción ante todo esto fue tranquila o eso pienso, lo más probable es que aun estuviera en shock,. Sin embargo, esto no evitaba que un sentimiento de miedo aun estará presente dentro de mí.
La carreta me recordó al auto de mi tía, me pregunto si Melissa sobrevivió al accidente, espero que solo nosotros dos hayamos muerto. Hace un día que llegue y ya estoy a punto de morir otra vez. Que estará haciendo......
Creo que deje a Lulu hablando sola, no me acuerdo.
Una gran cantidad de pensamientos llenaron mi mente, más que nada de las personas que conocí, Melissa, mi tía, Víctor, Nanami, mama y papa, y Ayumi. Los momentos que paso con ellos hasta llegar a uno en específico, mi cumpleaños....
"¡Mis cartas!"
Aún seguía hablando Lulu cuando recordé de golpe algo muy preciado para mí.
"¿Oye Lulu, de casualidad no hay unas cartas cercas?"
"¿Son estas cosas?"
"¡Si!"
"Si, pero están tiradas por todo el suelo"
"¿Puedes dármelas por favor?"
"No sé si mis pequeños brazos lleguen tan lejos de estos barrotes, pero puedo intentarlo si quieres"
"¡Si, por favor!"
"¡Maldición, cállense malditos animales!"
Un grito externo a la parte de adentro de la carreta se hizo presente acompañado de un golpe contra esta.
A Lulu no le importo eso, ella siguió con lo suyo y recogió todas las cartas, yo aun que me asuste no me pude mover, me daba más miedo el dolor que sentiría de moverme que el tipo de afuera.
"Son todas las que encontré tiradas, como no te puedes mover, te las pondré en tu bolsa"
"Gracias"
Una gran tranquilidad me invadió por completo, al punto que me relaje tanto que no sé en qué momento me quede dormido, quería preguntarle si había alguien más con nosotros pero antes de formular alguna palabra mis ojos se cerraron....y quede dormido.
No tengo muchos recuerdos de haber convivido con mi familia y los que tengo son vagamente borrosos. Supongo que algún tipo de autodefensa por parte de mi cerebro.
Algo que he podido recordar con el paso del tiempo, es un viaje que tuve con mi padre.
Un día como cualquier otro, mi padre fue elegido para investigar más sobre la antigua Roma en Europa.
Sin previo aviso mi padre entro a mi habitación.
"¡Cariño prepara tus maletas, nos vamos a Europa!"
"Ah"
Dijo que prepara sus maletas, pero el viaje no se realizaría hasta dentro de una semana.
"¿Cariño, pero no pasara nada con la inversión que estabas por hacer?"
"No hay problema, ese dinero este apartado, dentro de una cuenta segura, apenas regrese le daré el dinero"
Se suponía que mi madre acompañaría a mi padre en dicho viaje a Europa, pero hubo cambios de ultimo momento y el resto es historia, sería mi primera y última vez arriba de un avión.
Se suponía que nos sentaríamos juntos, pero por un error del aeropuerto, nos sentamos en lados contrarios, el en la parte delantera y yo en la parte trasera.
Según las noticias, a la mitad del vuelo, el avión se ajito lo suficientemente fuerte como para que la azafata que estaba en el pasillo chocara con el techo y su cuerpo rebotara, como si de una pelota goma se tratara.
Las máscaras de oxígeno no tardaron a caer. Los gritos y llantos, fue lo último que recuerdo antes de que un gran estruendo y explosión provocara que me golpeara la cabeza.
4 horas después
"¡Ayuda! ¡Mi pierna! ¡Mi pierna! ¡Alguien que me ayude, quien sea por favor!"
"¿Eh que está pasando?"
Una luz que daba directo con mi cara me segaba por completo la vista, el cinturón de seguridad que me protegió y salvo la vida del impacto, me estaba inmovilizando, el mecanismo que desabrochaba el cinturón se atoro por el choque.
Tape con mis manos la luz que entraba por alguna parte del avión, a lado de mí el destello de un cristal
me pego en ellos ojos, los pedazos de una botella de vidrio estaban del lado derecho del asiento, solo que había un problema, los bordes de todos los vidrios estaban filosos.
En ese momento no lo pensé dos veces, agarre el filoso vidrio con mi mano y corte el cinturón.
No sé si fue por la adrenalina, pero al mismo tiempo que cortaba el cinturón, lentamente lo mismo pasaba en la palma de mi mano.
Note que quien se había sentado al lado de mí ya no estaba, supongo que tendría que haberme puesto triste, pero no lo conocía.
Cuando terminé de romper el cinturón sentí algo anormal al intentar ponerme de pie. Ahí fue cuando me di cuenta de que el avión estaba de lado.
Una duda que invadió mi mente hizo que me alterara, y mirara en todas las direcciones buscando.
¿Dónde está mi padre?
Seguidamente de haber descubierto que el avión estaba de lado, comencé a escalar por los asientos del avión. Durante el recorrido los sobrevivientes que aún quedaban traban se salir, algunos al verme rogaban por mi ayuda.
"¡Oye niño ayúdame!"
"¡Sálvame por favor!"
"¡Mi pierna búscala por mí!"
La desesperación poco a poco se apoderaba de ellos, la sangre coagulada que estaba impregnada sobre sus cuerpos o ropa me espantaba. Quería ayudarlos, pero mi prioridad era mi padre.
"Perdónenme" Es lo único que podía decir, tenía miedo y me dolía mi cuerpo, quería llorar.
Las suplicaciones de aquellas personas que requerían mi ayuda fueron ignoradas por la búsqueda de mi padre.
Cuando al fin pude llegar hasta la cima, el panorama del accidente fue pavoroso. Solo la parte trasera del avión estaba casi intacta mientras que no había rastros de la parte contraria, donde estaba el asiento de mi padre.
Sobre el mar los cuerpos inmóviles movidos por la corriente del mar flotaban, junto a pedazos del avión de los cuales de algunos salía humo, y también se algunos cuerpos quemados salia un vapor..
Respire lo más hondo que pude y a todo lo que dio mi pulmón grite:

(Reeditado) Con una carta bajo la mangaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora