Inmediatamente empezó nuestro inicio a una nueva oportunidad, un nuevo renacer, podrían decir algunos. El descenso comenzó desde una gran altura, y por una desastrosa serie de coincidencias no estaba solo, mi primo de toda la vida caía al mismo tiempo que yo, parecía haber perdido el conocimiento hasta que habló:
"¡¿Cómo se supone que es una segunda oportunidad si estamos a punto morir?!" Fue por un breve
momento, pero sus palabras me paralizaron. Contesté:
"No es un final tan malo"
"Si quieres morir, muérete tú, a mí no me metas en tus locuras"
"Es cierto, pero...la vista es hermosa" No me escuchó, como tal, mis palabras eran dirigidas a mí mismo...La vista era como si por unos segundos hubiese padecido del síndrome de Stendhal, mientras caía presencié la maravilla de la naturaleza, un mundo sin gran intervención humana, el ser humano era uno con la naturaleza. No muy lejos de donde nuestro punto de impacto había ¿Una ciudad o reino? Que, aun sobrevolando casi sobre ella, solo se distinguía un inicio, pero no un final de esta. Rodeado de un inmenso bosque que imponía tan solo de verlo.
Sentí la tranquilidad que había anhelado por tanto tiempo por un segundo. El viento frio impactaba contra mi cuerpo, por el contrario, el calor de rayos de luz se transmitía a mi cuerpo, y el ocaso color morado pastel y anaranjado se mezclaban con mis ojos negros, dentro de mí se despertó algo, un sentimiento de libertad dispersada en el aire, pero aún había algo que me estremecía, mi inminente impacto contra el suelo, que si llegaba a pasar no sobreviviría (cabe aclar que no tenía paracaídas o algo parecido).
"¡Esto no me gusta, solo aceleramos a cada segundo!"
"¡Me lleva!"
Cada vez que bajaba la mirada estaba más cerca del suelo, la desesperación se apoderaba de mi a la vez que nos acercábamos al suelo, perdí el control de la caída y comencé a dar vueltas sin control en el aire.
"¡Tegami!"
"¡Estoy......bi...bien!"
"¡Ya estamos por llegar al suelo!"
El temor a la muerte me obligo a cerrar los ojos esperando el impacto.
Cien metros...ochenta metros...sesenta metros...cuarenta metros...veinte metros...diez metros..........Nada, no paso nada, se hizo presente silencio abrumador que no duro mucho ya que fue roto por el danzar de las hojas movidas por el viento. A medida que abría con ligereza mi ojo
"¿Eh, que pasa?"
"¿Qué pasó? ¿ya estamos muertos otra vez?"
"No, estamos en el suelo, pero..."
Víctor estaba por caer de cabeza mientras que yo caería de pies.
"¡¿Hey, que fue lo que te paso?!"
"¡¿Eh? ¿por qué? ¿de qué hablas? ¿me pasó algo?!"
"¡Tu cabeza y tu espalda!"
La expresión de su cara con la cual pronuncio eso me alarmó rápidamente coloque mis manos en la cabeza.
"¡¿Que tiene? ¿Me lastimé?!"
"No sé, puede ser un sí o un no, ahora mismo es muy confuso, en resumen, ahora eres un furro"
Algo esponjoso y picudo se había formado encima de mi cabeza, cuando me di cuenta de esto, mis oídos escuchaban un imperceptible sonido para un oído normal, pero para mí era claro.
"¿El latir de un corazón?" Murmuré. Pero no un latir normal, estaba acelerado, más de lo normal.No había resuelto mi duda cuando inesperadamente algo toco mi tobillo.
"¡Ah!" Grité instintivamente.
Me aparté pensando que podría ser algún animal, y buscando el origen de aquella cosa extraña, volteé con el objetivo de saber que me tocó el tobillo, para mi sorpresa tenía un hipnotizante movimiento ondular como el de una serpiente desplazándose con cautela hacia su presa.Intenté capturarlo girando sobre mí varias veces, pero lograba mantenerse lejos de mí, ya con la curiosidad al máximo y cierto nivel de desesperación, lo agarré con firmeza usando ambas manos, si intentaba escapar.
"¡Ajá, te atrapé!"
Una escalofriantesensación se apodero de mi cuerpo, la solté apenas aquella sensación se hizopresente, por unos segundos quedé inmóvil y caí al piso.
Víctor dejo escaparuna pequeña risa, pero molesta.
Me levanté un pococonfundido.
"¡Me mordió, apenasla toqué me mordió!"
"Claro, claro, "te mordió",si, si"
"¡Ya veo, con que prefieresreírte, que ayudarme a atrapar esta cosa!"
"Pues "esta cosa" estu cola"
"¿Cómo?"
Volteé mi cabeza todolo que pude y en efecto, era mi cola.
"¿Soy mitad bestia?"
"¿Cómo se siente?"
Respiré hondo antesde intentar entender lo que acababa de decir.
"Tu perfume es muyfuerte"
La insospechadasorpresa de hace un momento nos distrajo de ver nuestro alrededor, rodeados porla inmensidad del bosque, la luz del día disminuía a pasos alarmantes. Pero, aunasí, a medida que el manto de la noche nos cubría, nos dejaba con una vistamaravillosa."¿Y ahora qué?" Hablaba Víctor sentado sobre una piedra.
"¿Qué de qué?" Lo mire con incredibilidad
"¿Y ahora qué hacemos?"
"Deberíamos ir a la ciudad, está un poco alejada, pero deberíamos de llegar antes del anochecer"
"¿Hay una ciudad cerca de aquí?"
"Vi una al caer ¿Acaso tu no la viste?"
En este círculo, el terreno no era completamente plano había rocas medianamente grandes, pero había una que pese a que la poca luz que proporcionaba el atardecer no encajaba con la forma de una roca
"¡Oye, aquí hay algo!"
"¿Qué es?"
"Son dos mochilas"
"Toma"
Cada una de las mochilas tenían objetos diferentes.
"¡Es un báculo!"
"¿Una espada, que tipo de mundo es este?"
"......" No tenía forma de contestar
Las cosas que teníamos en común eran; Algo que imagino que era dinero, un mapa y una cantinflera. Solo había tres cosas diferentes, la espada de Víctor, el báculo y las cartas que me había regalado junto con alguien más.
Sobre las cartas, no dije nada, supuse que no tendrían más importancia que el simple recuerdo de un
mundo diferente.
"Ahora pongámonos en marcha hacia la ciudad"
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(Reeditado) Con una carta bajo la manga
FantasíaTu solo entra y descubre una historia fuera de lo habitual