𝓣𝓮𝓪𝓻𝓼 𝓸𝓯 𝓔𝓻𝓸𝓼- Lookism

|| 𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 𝟣

 

La paradoja de Teseo es un tema filosófico que a nuestro protagonista le encantaba. Esta se basa en la leyenda griega de Teseo, el héroe que regresó de Creta en un barco que fue reemplazando todas sus piezas durante el viaje. La pregunta es; ¿ El barco que salió de Creta es el mismo que llego?

Eros no recordaba quien era en su vida anterior, se cuestiona si era la misma persona  ¿Su identidad depende de sus recuerdos, o hay algo más que la define? ¿Qué pasa si cambia su personalidad, sus gustos, sus valores, sus relaciones? ¿Es la misma persona con cambios, o es una persona diferente? Nunca pudo encontrar una respuesta a estas preguntas. 

Su salvador le había dado una identidad, el ha de apreciarla. Fue un regalo. Un obsequio. Le dio una vida. Una esencia. Debía agradecerle y servirle por todo lo que el había hecho por el. Pero aun así no podía dejar de pensar sobre eso. ¿Que sentido tiene vivir así? Sintiéndose vacío por dentro, fingiendo una sonrisa por fuera. 

Debía alejar aquellos pensamientos de si mismo. Era difícil huir de uno mismo. Debía ser el chico que James necesitaba que fuera. Debía cumplir su misión, cueste lo que cueste. Debía hacer sentir orgulloso a aquel que lo había salvado y enseñado tantas cosas a lo largo de los años. Y eso haría.

Se encontraba enfrente de aquella escuela en Seúl. No sabia que pasaría de ahora en adelante pero daría lo mejor de si mismo. Se dirigió a su salón, se encontraba algo angustiado. Nunca había ido a una escuela, estaba rodeado de gente que lo miraba. 

Espero en la entrada junto a otro chico. Esperaban a que el profesor les indicara que podían entrar y presentarse, ya que ambos habían entrado en el segundo semestre. Eros sabia quien era el chico, mas no le hablo. Seria mejor si lo protegía desde lejos. 

-Hola me llamo Daniel Park ¿Como te llamas ?- le sonrió. Eros no le contesto de inmediato, medito si estaría bien responderle o no. 

- Me llamo Shin Eros- Al final decidió hablar. Su plan principal era protegerlo desde lejos. No esperaba que aquel chico intentara socializar con el.  - mucho gusto.- Le sonrió, debía mostrarse amigable. 

Ambos entraron a aquel salón. Estaban enfrente de toda la clase de moda. Nadie hablaba. Todos estaban mirándolos con cara de asombro ¿Y como no? Ambos eran hermosos. Daniel era alto y esbelto. Tenia una sonrisa hermosa y una cara de ángel que sin duda podría hacer poner de rodillas a cualquiera. Eros no quedaba atrás, era alto pero no tanto como Daniel, esbelto y con un pelo oscuro azabache. Pero lo que mas llamaba la atención de aquel chico eran sus ojos, celestes como el océano. Muchos en aquella sala podrían decir que sus ojos, a diferencia de lo que muchos pensarían, transmitían intranquilidad. Eran como ver un océano durante la lluvia, inestable. 

Las sensaciones de aquel salón estaban divididas por un lado las mujeres le agradecían a un Dios, el cual les había mandado no uno sino dos ángeles divinos. Por otro lado, los hombre de aquel salón estaban inquietados.

-Daniel tu te sentaras en el fondo junto a Zack. Eros tu al lado de Jay- dijo el maestro. Jay levanto la mano para mostrarle a Eros quien era, el se sentó junto a el y le dedico una sonrisa. La suerte le había favorecido sin el darse cuenta, ya que unos asientos atrás se encontraba Daniel nervioso por sentarse con aquel peli-negro que días antes le había dado una paliza.

Una chica se le acerco a Daniel, Eros la había visto de reojo para verificar que no era peligrosa, y muy al contrario, solo era una chica intentando coquetear con aquel chico al que debía vigilar. La dejo proseguir y se digno a hacer cosas mas interesantes como hablar con el rubio.

Debía hacer amigos para no llamar tanto la atención. Además, nunca había tenido amigos en si, así que esta era su oportunidad de hacer algunas cosas que no le eran posibles antes.