Whisky de fuego (Parte II)

342 32 1
                                    




A Draco se le oprimió el pecho y su garganta se secó. ¿A qué se refería Harry?, y ¿por qué le dolía tanto?

—¿Pretendiendo...? ¿a que te refieres? Sigues aquí, amor—a Draco se le resbaló su copa de whisky provocando que esta se rompiera.

Pero no le importó y solo buscó con manos desesperadas el rostro de su novio.

—Puedo tocarte, estás a-aquí Harry—le tembló la voz mientras acariciaba las mejillas coloradas de su gryffindor.

Su novio negó.

—Estoy en tu cabeza...—Harry empezó a llorar y mojó las manos del rubio con sus lágrimas—estoy muerto, Draco.

Sus ojos grises ahora solo gritaban dolor. Su última frase lo martilló.

—No, Harry. Estás aquí, sigues conmigo, te siento—quiso convencerse a sí mismo abrazando a su novio con necesidad. Sintió su aroma, sintió su cabello desordenado hacerle cosquillas en su cuello, lo sentía.

Pero Harry no correspondió su abrazo.

Draco empezó a llorar.

—Abrázame Harry, abrázame, por favor—rogó invadiéndolo el pánico. No lo iba a aceptar, no iba a aceptar que el amor de su vida ya no estaba. Se negaba rotundamente a creer eso.

—Draco... debes recordar ese día. ¿Te duele la cabeza cada vez que piensas en eso verdad?

El rubio lo estrechó más. Sí tenía dolores de cabeza cada vez que pensaba en un día nublado en donde Harry estaba en los brazos de Hagrid.

Y el slytherin solo quiso arrancarse su corazón roto del pecho.

—Me asesinaron... al igual que Hermoine, Ron y... Pansy.—dijo con un hilo de voz.

No era cierto, no podía ser.

—No soy real, Draco. Soy un recuerdo.

No lo hagas, basta.

—Esto no es sano para ti... debes avanzar, Draco. Yo no tengo salvación, pero tu sí.

Mi salvación eras tú, Harry.

—No puedes dejarme, Harry—logró decir entre pequeños sollozos—me lo prometiste, maldita sea. Me prometiste que siempre estarías conmigo—se separó lentamente de su novio para quedar de frente.

Quiso gritar al ver nuevamente sus ojos tan verdes, tan hermosos, tan perfectos.

—Perdóname...—Harry llevó su mano a la mejilla de Draco para acariciarlo.

Draco no pudo sentir la piel de Harry esta vez. Y sintió su alma quebrarse en pequeños fragmentos. El no estaba completo sin él. Jamás lo estaría.

—No puedo seguir con mi vida sin ti... eres todo lo que me queda.

—Sé que puedes Draco, eres la persona más fuerte que conocí—sonrió ligeramente.

Su maldita sonrisa.

Draco negó repetidamente llorando más fuerte. Su respiración se cortaba, sentía que se estaba asfixiando. Asfixiando de dolor y tristeza.

—Debo irme, es hora...—habló con tono suave y se inclinó besándolo.

Pero el rubio no pudo sentir sus labios esta vez. No pudo sentirlos nunca más.

—E-espera, Harry. No estoy listo... por favor, cariño—rogó.

—Sí lo estas... todo estará bien—le afirmó—fuiste la persona que más ame en toda mi vida, Draco.

Sus ojos plateados observaron por última vez los ojos color esmeralda de su novio.

—Harry-

Y en la habitación ahora solo estaba Draco. Solo.

Gritó en cuanto la realidad lo golpeó casi desgarrando su garganta. Harry estaba muerto. Harry ya no estaba.

Y lo entendió.

Su cabeza lo mantenía vivo para protegerse.

Para poder sobrellevar su miserable vida.

Con manos temblorosas sacó el anillo que había transfigurado para él y lo observó hasta que sus lágrimas empezaron a mojar la pieza. Nunca podrá casarse con Harry porque lo asesinaron.

Y Draco quiso morirse.

Se dejó caer en el suelo siendo un caos de sollozos, su corazón palpitaba con fuerza, sus oídos solo percibían un pitido. Mientras en su cabeza se repetían imágenes borrosas de ese día.

Tenía sentido.

¿Estás bien, Draco?

¿Por qué la pregunta?—devolvió la pregunta con el ceño levemente fruncido.

Por todo... ya sabes, desde que regresamos de verano has estado mucho tiempo solo—dijo de una forma sutil.

Theo lo sabía.

¿Potter?, ¿Harry Potter?—sintió que le fue difícil pronunciar el nombre de su novio.

Ahm, ¿sí?, ¿que otro Potter hay?—preguntó confundido.

Señor Malfoy, usted-

McGonagall lo sabía.

¿Estás bien, amor?

¿Hm? Sí.. solo.. te extrañé mucho—dijo con su voz amortiguada por la posición en la que se encontraba aún. Últimamente lo extrañaba más de lo usual, él se preguntaba por qué.

En el fondo, él también lo sabía.

Todo era una mentira.

Su cabeza solo recreaba piezas de sus recuerdos con Harry.

Cuando realizó su primera poción de amortentia y olía a Harry.

Sus citas en Hogsmade.

Cuando hacían tareas en la biblioteca juntos.

Cuando vieron su primera lluvia de estrellas.

El corazón de Draco estaba hecho pedazos.

Se quedó en el suelo manteniendo su mirada perdida mientras en su cabeza se repetían recuerdos con Harry sin parar. Era desgarrador saber que no podría crear nuevos jamás.

¿Ahora que haría?

Estaba perdido.

Tomó su varita y se apuntó a sí mismo.

—¿Draco?—Theo se acercó a pasos lentos y con cautela.

Nunca supo cómo o cuando entró.

—Vete.

Theo se quedó en su lugar.

—Sé que extrañas a Harry.

Quiso morirse otra vez cuando escuchó su nombre.

—Tú no sabes nada.

—Sé que también extrañas a Pansy.

—Cállate—dijo levantando su mirada hacia él. Theo notó sus ojos plateados tan tristes, tan destrozados.

—Ambos eran importantes para ti. Ellos no querrían eso.

—No importa lo que ellos querrían, están muertos—su estómago se cerró diciendo esa oración.

—Sabes que sí importa—se acercó más y estiró su mano hacia él para que le diera su varita.

Draco se levantó y esta vez lo apuntó a él.

—Déjame solo, Theo.

—No me iré.

—¡Por favor!, ¡vete!, ¡vete!—apretó con fuerza el mango de su varita hablando con desesperación—¡Déjame en paz!, ¡vete!, ¡por favor! ¡Ve-

Y Theo se acercó abrazándolo.

Rompió en llanto, de nuevo.

Hold On (drarry/harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora