Cada palo que aguante su vela

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DAHYUN

Yeri: Dahyun, luces muy cansada últimamente, te diría que por fin es viernes pero también trabajas el fin de semana – se desataba los zapatos para dejarlo en su casillero

Dahyun: Bueno... esta semana ha sido muy complicada, he tenido que cuidar a mi compañera de habitación y eso es trabajo extra... -sacaba un ungüento de su mochila para el dolor muscular, puso un poco en su mano para proceder a aplicárselo en la espalda baja, el dolor de espalda que tenia era debido a que no dormía como deseaba, la mayor parte de la noche se la pasaba despierta esperando por si Rosé hacia algo, aunque no sucediera nada, no podía bajar la guardia, prefería no dormir a que una desgracia pasara, la mala suerte abunda en todos lados y cuando menos te lo esperas, aunque no haya indicaciones de que algo malo sucederá... eventualmente sucede.

Yeri: Bueeeeno, velo por el lado amable, ya casi es domingo y es tu turno de descansar de tu siguiente trabajo entras temprano aquí y sales antes de las 3 de la tarde para tener todo el día para ti pero eres bien terca, llevas mucho tiempo aquí y jamás te has tomado unas vacaciones, no pierdes nada, son pagadas -desabotonaba su camisa para ponerse la que usaría para su día laboral mientras veía a su compañera ponerse todavía el ungüento -trae acá- tomo el ungüento y se hecho un poquito en sus palmas, lentamente bajo y comenzó a masajear la espalda de la pálida quien respiraba hondo y un poco apenada e insegura de ella misma, los comentarios de Rosé alrededor de la semana le habían afectado un poco, empezó a pensar realmente que no era bonita o sensual, incluso de odio a si misma un momento por el color de su piel.

Yeri: Tranquila, que tu tono de piel es hermoso, solo... un poquitín de cuidado y joder, traerás a todos a tus pies -le daba una palmada en símbolo de apoyo y una sonrisa- aunque... si no te quedas con nadie... yo estoy soltera -soto una mirada coqueta que puso a Dahyun completamente roja-

Dahyun: ¿no eras hetero?

Yeri: Si, pero no puedo dejar a una amiga en apuros, y menos si es feita feita como tu

Ambas chicas comenzaron a reír, Yeri siguió cambiándose al igual que Dahyun que apenas iba a empezar su turno, se puso de pie frente al gran espejo de los vestuarios del restaurante en ropa interior, cosa que muy rara vez hacia vio de arriba abajo su cuerpo ignorando las demás chicas que entraban que también la ignoraban, internamente agradeció el profesionalismo de sus compañeras al no voltearla, se sentía plenamente cómoda consigo misma, soltó una pequeña sonrisa y prosiguió a cambiarse ya que su turno estaba a punto de comenzar.

Su turno comenzó eventualmente, Dahyun estaba cerca del pilar de siempre esperando que algún cliente necesitara de ella, limpiaba, caminaba, llevaba y traía las ordenes de los clientes, a pesar de todo su cansancio era una empleada eficiente aunque esta tropezara un par de veces, una mujer enfocada en lo que estaba haciendo, un don y una maldición, ignoraba a aquella chica que observaba atentamente todos y cada uno de los movimientos y expresiones de la mesera, un golpe de suerte para ambas eventualmente.

Dahyun: Chef, tres cortes término medio para la mesa 4-

¿?: Hey si... bueno... yo me preguntaba si quieres salir luego -preguntaba con timidez llevándose su mano a la nuca-

Dahyun: ¿Salir?... yo... no lo sé, no tengo tiempo para esas tonterías, debo... estudiar y trabajar, lo siento -hizo una reverencia y se retiró-

¿?: ¿Tonterías?, buena jugada Kim

Dahyun: No me gustan los chicos... en este momento, Yuqi, no puedo decírselo y que el ambiente laboral se vea perjudicado por eso, no gracias

Yuqi: ¿Entonces me lo dejas? -

Dahyun: Si, claro, totalmente

La pequeña charla fue amena para ambas, 5 minutos bastaron para reír, hacer un par de bromas e invadir el espacio personal de la otra, se veían felices, cosa que alguien noto desde lejos, frustrándose un poquito, los celos de verla tan feliz con Yuqi causaban cierta inseguridad en ella.

Seulgi: Luces muy cansada Kim, ¿mucho trabajo en el restaurante? -preguntaba viéndola llegar, se encontraba acomodando una caja de patatas fritas en su área designada-

Dahyun: Ah, no, no es nada -mintió al respecto, realmente su espalda la estaba matando, sus pies dolían y su cabeza estaba a reventar por el ruido que habia en su anterior trabajo, entraba a la tienda y se colocaba detrás del mostrador, dejaba caer su mochila en el suelo y se ponía el uniforme de la tienda que constaba solo en un chaleco color verde-

Seulgi: La verdad es que no luces nada bien -colocaba la caja que contenía las patatas fritas en el mostrador- tomate cinco minutos, aun no empieza tu turno

Dahyun asintió hizo una reverencia y saco una botella de agua del refrigerador para después salir y sentarse en esas pequeñas mesitas que hay afuera, los faros se iban encendiendo uno a uno los estudiantes empezaban a hacer su aparición y eso conllevaba mucho trabajo y el tener que ver a las parejas, el ruido del trafico aumentaba y el momento de su turno casi llegaba, abrió la botella, abría su pastillero y con un gran trago se tomaba una pastilla para el dolor esperando que la reviviera al menos las siguientes 7 horas que estaría dentro de la tienda trabajando.

Seulgi no tardo en salir ya si su uniforme y se sentó junto a Dahyun, estaba perdida viendo el cielo oscurecerse poco a poco, no dijo nada, no quería interrumpir el momento tan intimo que estaba teniendo su compañera de trabajo, supuso que solo necesitaba la compañía, acertó sin creces, se quedó en silencio solo acompañándola.

Dahyun: Oh, si, es mi turno -apachurro la botella depositándola en el bote de basura-

Seulgi: Tú puedes -le dedico una sonrisa que fue bien recibida por Dahyun, se despidió con una pequeña reverencia y vio entrar a Dahyun a la tienda tomando el mismo lugar que siempre, haciendo las mismas cosas de siempre que eran agacharse para tomar su mochila, abrirla y sacar sus libros y libretas para hacer sus deberes-

Ningún puerto es mi hogar. (Chaesoo) (Saida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora