Cap. 3

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Al fin llegaba a casa, exhausta con un montón de bolsas a los costados de mis brazos. Había ido de compras con Shaila y su novio, al fin ya tenía todo lo necesario y un poco más de eso, quizás me había excedido con las compras, ya que todas las compras ocupaban todo mi dormitorio. "Ya lo ordenaré" pensé hacia mis adentros.
Mientras yo estaba anonadada en mis pensamientos me sentía ciertamente vacía, mirándome al espejo del baño, algo triste. Me sentía como era inútil y no daba lo suficiente de mi para que los demás se sintieran agusto conmigo. Para librarme de esos intrusivos pensamientos salí a la calle sin más, con un vestido de playa celeste y mi bikini debajo de ese vestido.
Estaba decidida a ir directa a la playa , pasando por el paseo marítimo divisando a la gente que iba andando junto con esos sombreros de ala blancos. Al fin llegue a la playa, con esa mar serena y esa fina arena blanca, estaba decidida a bañarme justo a la marina brisa que allí había, pero antes de poner un pie en el agua vi a lo lejos, cerca de la orilla lo que parecían ser siluetas de personas encima de "¿mantarrayas gigantes?".
Con toda la curiosidad y emoción, esfumándose mi tristeza en un instante fui a aquel lugar, para ver qué pasaba. Antes de aventurarme más allí, vi a un hombre con uniforme de lo que parecía ser de marinero. Sin miedo pregunté metiendo las narices

-Perdone que lo moleste pero, ¿Que se celebra aquí? -pregunte -

-el marinero me vio directamente y no dudó en responder con una notoria simpatia- No se celebra nada, solo están descargando el pescado

-¿Encima de esas mantarrayas?¿No usáis barcos? -pregunte-

- ¿Barcos? -dijo él arqueando una ceja- Que va, eso se quedó obsoleto hace años. Ahora usamos estos seres tan amigables, es una relación de ayuda mutua

Me parecía interesante lo que aquel marinero me estaba diciendo, yo voltee la cabeza hacia las mantarrayas y luego hacia el marinero

-Podria subirme en una -dije sin mas-.

No sabía si accedería o no, pero no pasaba nada por intentarlo

-Vaya... ¿Una interesada en el mar? Con gusto te llevaré -dijo él marinero sonriendo-

Después de eso el marinero comenzó a caminar y yo lo seguí tras él, el marinero me ayudaría junto con una escalera a subirme encima del gigante animal. El tacto era viscoso pero seguro, encima de este se encontraban redes de pesca y unas cuerdas con las que suspuse que con ellas se manejaría al ser vivo por el mar. Todo se me hacía tan curioso... Me agaché y toqué con mi mano a la mantarraya para notar el tacto viscoso y algo húmedo de esta misma.

Pasado un tiempo ya había explotado todo el animal y justo en ese momento donde me quedé justo en la parte de atrás observando cómo poco a poco la orilla de la playa se alejaba y se hacía más pequeña por momentos, me estaba alejando y adentrando cada vez más en el aparentemente infinito mar.

En esa hermosa travesía vi varios peces voladores saltar por el agua además de diferentes peces pequeños seguir el rastro acuático de la cola de la mantarraya.
En un momento nos paramos en medio del mar, al parecer iban a pescar con diferentes redes.
Yo me quedé mirando al mar, mientras miraba mi reflejo del mar y suspiraba un poco note como había una aparente persona queriendo salir del agua, pero no podía ,era como si el agua para esa persona fuera un cristal. Al fijarme mejor vi que era una sirena, de piel morena y pelo negro igualmente, con un rostro redondo. Esa sirena estaba continuamente metiendo placajes y golpes a la superficie del agua, yo quería ayudarla así que metí la mano en el mar para agarrar su brazo, cuanto note que la sirena me agarró la mano, la sujete con fuerza y la intentaba tirar hacia la superficie,cosa que era inútil. Esta sirena no podía pasar por la superficie del agua ,ella estaba atrapada y realmente me daba pena, en ese momento el marinero se acercó hacia mi ,viéndome a mí y a la sirena bajo el agua.

Noche PurpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora