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Si algo nunca le faltó a Lionel, fue coraje. Nunca achicó a la hora de dar la cara para lo que sea. Siempre fue lo suficientemente caradura como para decir lo que sea sin pelos en la lengua.

Ahora era el momento menos indicado para arrugar. Desde lo ocurrido ayer que anda con un nudo en la garganta, nervioso, pero sabía que ese petiso no le iba a ganar.

- Enano de mierda- puteó al aire mientras caminaba en círculos en su pieza

Estaba pensando en qué haría ahora. Lo más eficaz que se le ocurrió fue invitar a salir a Pablo para ver si lo que siente por él es verdadero.

¿Pero qué excusa le pondría? No quiere quedar como un alzado o que está haciendo todo muy rápido, pero es que otra cosa no se le ocurre.

Llegó a la conclusión de que lo invitaría a una plaza cercana pero con el perro de por medio, como para que tenga algún tipo de lógica para el cordobés el por qué de todo eso. Sí, eso es lo que debería hacer.

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Pablo estaba repentinamente contento. Nadie sabía por qué, tampoco le dieron mucha importancia porque, al fin y al cabo, era bueno ver al caniche con una sonrisa antes que con su característica cara de culo.

El Paya se sentía en un punto álgido de su vida. Pudo, al menos por ahora, nivelar la balanza de sus sentimientos hasta encontrar paz en su interior.

- Si no me da bola, problema suyo- tenía Aimar como lema para sí mismo

Tenía un andar altanero. Nada ni nadie lo podía bajar de su cumbre de madurez.

Aimar estaba jugando con el perro. Cuando se terminó de servir jugo Corintio le afanó la botella de plástico y la adoptó como nuevo juguete. Al principio Pablo intentó sacársela; terminó corriendo por toda la casa y patinándose cada dos por tres a nada de caerse. Se rindió y terminó jugando a un tira y afloja con la botella toda hecha bolsa.

Estaba revoleándole la botella para que la mascota la vaya a buscar cuando le llegó una notificación al celular. Era de un número desconocido.

"Hola Pablito, soy Lionel. El pibe que fue con Cuti a ver al perrito. Te hablaba para ver si mañana querías ir a la plaza de a la vuelta con Corintio y yo, para conocernos mejor qué se yo"

Una sonrisa de oreja a oreja apareció en la cara del cordobés. Sentía que lo tenía comiendo de la mano.

"¿Con conocernos te referís al perro y a vos o a vos y yo?"

"Con ambos. Con los dos pegué buena onda pero me di cuenta de que no conozco nada de ninguno"

"Bueno, mañana tipo cuatro estate por acá entonces"

"Me parece perfecto, nos vemos mañana Pablín"

¿Pablín le dijo? Bueno, al menos es mejor que "Paya" o "Payasito".

No podía más de la emoción. No se quería hacer ilusiones al pedo pero tampoco es boludo, sabe que un mínimo de interés debe tener el otro.

El de Pujato estaba igual. Se sentía un adolescente otra vez. Se acostó en  su cama con una sonrisa de oreja a oreja y levemente ruborizado, se sentía un boludo pero en el buen sentido.

De alguna u otra forma estaba comenzando a aceptar que Pablo le gusta, aunque sea un mínimo. No sabía cómo iba a hacer para esperar hasta mañana.

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Pablo ya estaba bañado, cambiado y perfumado. Le puso a Corintio la bandana de spiderman que Julián le regaló y se quedaron esperando en la sala.

El cordobés estaba que se mordía las uñas de los nervios. El perro estaba acostado de lo más pancho mientras que su dueño no dejaba la pierna quieta, miraba cada dos por tres la hora en el celu.

Estaba haciendo tiempo dando vueltas por instagram cuando le llegó un mensaje.

"Afuera :)"

"Por fin", dijo Pablo para sí mismo. Secó un poco el sudor de sus manos y se levantó a abrirle la puerta a Scaloni. Morfeo lo miraba fijo desde la mesada

- No me juzgues- le dijo haciéndose el ofendido

El gato le respondió con un siseo

Cuando Aimar por fin pudo abrirle a Lionel, quedó impactado. Le parecía más lindo que la primera vez que lo vio

- Hola Pablo, ¿todo bien?- saludó Lio más rápido que lo que hubiese querido

De inmediato se dio cuenta de esto así que lo saludó para disimular lo rojo que se puso de la vergüenza

- Bien, ¿y vos?- contestó el de river mientras el perro se le acercaba al lado suyo

- Bien, bien. Traje el equipo de mate- dijo contento mientras le mostraba su bolso matero de Estudiantes con total orgullo

Pablo no pudo evitar sonreír, le dio ternura

- Joya entonces ¿vamos?- preguntó agarrando la correa y el pretal del perro

- Vamos- contestó el santafesino, sintiendo cómo todos sus nervios se iban disipando- Eh, un spiderperro- comentó con total alegría al percatarse del accesorio de Corintio





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Firulais - ScalonixAimarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora