♡Capitulo 1♡

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―Te lo juro, Jaeyun, si no te callas en los próximos diez segundos, no sé cómo, pero hare llegar una telaraña a tu boca― siseó entre dientes Sunghoon mientras lanzaba un hilo grueso de telaraña desde donde esta hasta el edificio de al frente

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―Te lo juro, Jaeyun, si no te callas en los próximos diez segundos, no sé cómo, pero hare llegar una telaraña a tu boca― siseó entre dientes Sunghoon mientras lanzaba un hilo grueso de telaraña desde donde esta hasta el edificio de al frente.

Se echa a correr antes de dejarse caer el vacío, soltando un gritó ensordecedor. Jamás se cansaría del subidón de adrenalina que pinchaba su cuerpo cada vez que se balanceaba por la ciudad luego de la caída libre. Era una forma de viajar divertida mientras patrullaba por la ciudad. Hasta que su mejor amigo, aburrido, empezaba a canturrear por el micro de su oído.

― ¡Me parece una falta de respeto que trates así a tu socio de la silla!

Sunghoon casi pone los ojos en blanco ante el dramatismo de Jaeyun. Casi.

― ¿Tienes idea de lo estúpido que suena lo que me acabas de preguntar? ― dice, saludando a un pequeño cachorro que lo miraba desde abajo con ojitos brillosos.

―No es estúpido, es muy muy muy interesante, solo piénsalo― el Alfa pelinegro escucha a su mejor amigo casi gritar emocionado en su oído. ―Si existen arañas radioactivas que te dan superpoderes, ¿entonces no crees que las sirenas también existan? El otro día leí un artículo en naver sobre...

Sunghoon estaba a tentado a decirle que todo esto sonaba demasiado surrealista, pero, por favor, sus antepasados eran hombres lobos y él ahora está a más de diez pies del suelo volando con extraños poderes que recibió de una araña modificada genéticamente.

Tan loco, estúpido e irreal no suena eso si lo piensa detenidamente.

―Daebak― escuchó otra voz rasposa retumbando en su otro oído con diversión.

―Exacto, daebak― repite Jaeyun con el mismo tinte de mofa.

―A veces me preguntó porque son mis amigos, enserio― se lamenta Sunghoon mientras vuela a través de las aglomeradas calles de Jung-gu.

― ¿Sera porque yo te hice tu increíble traje? Duh― responde sarcásticamente el Beta.

―No te lleves todos los créditos Jaeyun, no te olvides quién lo diseño, tu solo pusiste tus cositas tecnológicas esas― agrega la voz rasposa nuevamente.

― ¡Oye! ¡Estas cositas tecnológicas son nuestro futuro! ― se queja al alfa.

Sunghoon solo suspira mientras escuchaba a sus dos amigos discutir, a veces se arrepentía un poco de haberle contado su secreto a Jaeyun y Jongseong, incluso accedido a que se convirtieran en sus socios de la silla.

En ese momento, en sus lentes apareció un holograma parpadeante con un pequeño pitido, marcando la hora actual en rojo. Faltaba media hora para que sean las dos de la madrugada y su guardia nocturna haya terminado.

―Chicos― llama a sus amigos que enseguida hacen silencio ―Creo que ya debería terminar, iré asegurarme que todo esté bien en las áreas rurales antes de ir a casa

¡Spiderhoon! » SunSun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora