Tú no me mandas

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Esperamos en silencio tres minutos que se me hicieron eternos, no podía esperar a saber quién era él. Podría ser Alvaro. En tal caso, y aunque mis dos mejores amigos estuvieran en esa casa, ya no sería un lugar seguro. Aunque también podía ser David, del que hacia mucho que no sabía nada. Con David estaba enfadada, me había abandonado. Pero si nos ponemos a pensar, yo le abandoné primero al dejarle por Alvaro. Me daba igual quien de los dos fuera, mi reacción no iba a ser de felicidad en ninguno de los casos.
La puerta de entrada se abrió y debido a mi nerviosismo miré al suelo. Poco a poco le miré, sus playeras blancas, sus pitillos negros con camisa del mismo color y la sonrisa más perfecta que podía haber. Al ver mi cara en la que no había alegría, la sonrisa se borró de su cara. Nos quedamos mirándonos a los ojos, esperábamos algo aunque no supiéramos el qué. Quizás él esperaba que corriera a sus brazos tras tanto tiempo sin verle, o quizás era yo la que esperaba eso. Ninguno de los dos iba a romper el silencio, el que lo hizo fue Alberto.
-¿No os vais a decir nada?
Miré a Alberto y luego volví a mirar a los ojos de David, quien estaba a punto de decir algo pero yo me adelanté a hablar.
-No tengo nada de que hablar con este personaje.
-¿Qué? ¿Qué acabas de decir?
Al parecer David esperaba más que yo que corriera a sus brazos, no esperaba que diera esa respuesta. Pero, ¿acaso se esperaba otra cosa? Si la ultima vez que nos vimos quedó todo bastante claro.
-Creo que son demasiadas emociones juntas para ambos. Lo mejor será tomar un té y relajarse. Alberto, ¿me ayudas a prepararle?
-No, ya te ayudo yo. No quiero estar con una desagradecida como esta.
-David, creo que no deberías de usar ese vocabulario.
-Ella puede llamarme personaje pero yo a ella no puedo llamarla desagradecida. Como se nota que no me aguantas.
-¿Desagradecida yo? Espera que ahora te doy las gracias por matar a mi prometido, a mi suegra y también por irte.
Las lagrimas empezaron a deslizarse por la cara de Alberto, no me había dado cuenta de que eso le dolía.
-Estoy solo en la vida...¡Estoy solo por tu maldita culpa!
Alberto se avalanzó sobre David, quien le apartó de él sin problemas.
-¿Qué diablos haces? ¿He de recordarte que gracias a mi tu novia esta viva?
Alberto agachó la cabeza ante las palabras de David. Yo miré a ambos, esperando a que me dijeran que estaba pasando. ¿David había salvado la vida de Carolina?
-¿Alguien me puede decir qué está pasando?
David me miró y acto seguido se fue a la planta de arriba. Alberto lo siguió y Nuria y yo nos quedamos solas.
-Carolina casi muere de un disparo pero David se interpuso y el herido acabó siendo él. No fue nada muy grave, solo que casi no tiene fuerza en el brazo izquierdo.
-¿Cuándo fue eso?
-Hace unos años, cuando estabas en Luxemburgo. Alberto, Dani, Carolina y David salieron de fiesta muy tarde y se encontraron con un borracho que quería a Carolina y tenía una pistola.
-Ah...
-¿Sabes? No deberías comportarte así con David, a mi no me cae bien pero tampoco le trato así.
-Es un sucio asesino que me dejó tirada.
-Entiéndele, tú le habías traicionado.
Me mantuve en silencio, escuchando los gritos de David y Alberto. ¿De qué estarían hablando?
-Crees que David se olvidó de ti, que te dejó tirada. Te equivocas. Estuvo observando todo lo que hacías, pese a que no hacías nada, durante todo el tiempo. Un día mientras yo iba a trabajar me paró por la calle. Evidentemente me asusté mucho pero cuando me dijo una cosa me asusté aun mas. Se había enterado de que Alvaro tenía planes de llevarte a una casa para que vivierais los dos juntos allí, quisieras o no. Te forzaría a estar con él. También me dijo que había amenazado a Niall con que o le ayudaba o me pasaría algo malo. No creí a David hasta que escuché a Alvaro y a Niall hablar sobre una casa. Cuando Alvaro nos pidió que te dejáramos a solas con él y Niall presente temí que su plan se iba a llevar a cabo. Así que os perseguimos en el coche y cuando tuvisteis el accidente, que no fue planeado, solo queríamos que parase el coche, te raptamos por así decirlo.
-Y ahora Niall está en estado critico por mi culpa. Debes de odiarme.
-No, él hizo lo que hizo para protegerme. David hizo lo mismo contigo y más, te protege aunque no te des cuenta. Por eso no le odio del todo, porque sé todo lo que te quiere.
David había estado todo ese tiempo ahí, me daba igual que hubiera hecho mil cosas por mi, me volví loca y casi me internan por su culpa. Aunque Nuria me dijera eso no iba a pedirle perdón por mi comportamiento.
-Sandra...
Miré a Nuria, quien sostenía su teléfono en sus manos y estaba llorando.
-¿Qué pasa?
-He de irme, no le digas a nadie donde estoy.
-¿Por qué? ¿Qué va mal?
No respondió, se dirigió hacia la puerta y la abrió. David bajó corriendo las escaleras y se acercó bastante molesto a ella.
-No lo hagas. Es un trampa.
-¿Qué? No es ninguna trampa, nadie juega así con eso.
-Hazme caso, quieren hacernos creer eso para que Alvaro o yo vayamos ya que creen que es nuestro cómplice y así seguirnos la pista y dar con Sandra. Pero Sandra solo está segura aquí, si sales no solo la policía te verá entrando al hospital y salir para luego seguirte los pasos y dar con ella, sino que también hará lo mismo Alvaro y será más rápido. Créeme, ahora solo quiere matarla y no estoy dispuesto a perderla. Así que te no saldrás de aquí.
-Tú no me mandas.
Nuria salió de la casa y David susurró algo que no conseguí entender. Dio un golpe a la puerta y me miró.
-¿Qué está pasando?
-Dicen que Niall ha muerto pero creo que es una trampa para dar contigo.
-¿Y si es verdad?
-De ser verdad no serviría de nada que fuera Nuria, eso no le reviviría. Ahora debemos de irnos porque, aunque Niall esté vivo o no, Nuria volverá aquí.
-No me iré a ninguna parte.
-No te estoy dando opción a elegir.
Nos miramos desafiantes y subí corriendo las escaleras hasta llegar a mi habitación. Cerré la puerta y la bloqueé con una silla, no iba a irme de allí, no me fiaba mucho de él.
-¡Abre la puerta!
David comenzó a dar golpes a la puerta y miré por la ventana el bonito anochecer, como se veía una luna tímida. Pero no solo había una luna, sino que también pude ver un coche aparecer. Quité la silla de la puerta y salí de la habitación. David se extrañó ante mi reacción y me agarró de la muñeca.
-¿Qué pasa?
-Nuria ha llegado, quiero saber si Niall está vivo o muerto.
-Imposible, se tardan más de dos horas en llegar hasta ese hospital. No es ella, solo puede ser...Sandra me da igual que no te quieras ir pero nos iremos si o si.
Me llevó hasta la cocina, donde había una puerta que daba al garaje.
-¿De verdad que nos iremos en coche?
Me miró mal y me sacó de allí hasta la puerta de entrada.
-Vale, quizás un coche no era lo mejor. Iremos andando y nos ocultaremos en el bosque. De momento nos esconderemos en el armario de los abrigos.
-¿Y qué pasa con Alberto?
-Se sabe cuidar solo.
Nos escondimos en el armario y escuchamos como Alvaro entraba y subía las escaleras. Abrí un poco la puerta del armario para verle mejor y pude apreciar como llevaba en su mano una pistola. Tras eso escuché la voz de Alberto y vi como caía por las escaleras. David puso una mano en mi boca para que no gritara y me indicó con un gesto que saliera de allí. Todo lo rápido que pudimos salimos corriendo de la mano de esa casa, de no ser porque me guiaba ya estaría en el suelo, las lagrimas me impedían ver. ¿Alberto estaba muerto en el suelo?
-Ya puedes parar de correr. No llores, seguro que está bien.
-Estaba lleno de sangre y se había caído rodando por las escaleras.
David bajó la mirada hasta nuestras manos y se sentó en el suelo sin soltarme. No sabía cuánto tiempo estaríamos en ese bosque, solo que pasaríamos la noche allí. De tantas emociones juntas no pude evitar sentirme cansada, por lo que apoyé la cabeza en su pecho. Mientras miraba nuestras manos pensé en Nuria, en Niall, en Alberto, en que quizás estos dos últimos estaban muertos. ¿Por qué tuve que despertarme ese día?

Dangerous MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora