Bonus Extra - Francisco 1/2: Un pasado, una injusticia

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Una idea de rendir un muy merecido homenaje a los bisexuales, ha sido la idea que dio el génesis a este Bonus Extra. Quien habla aquí, es Francisco con muchos de sus recuerdos. Esta es solo la primera parte, pronto llegará la segunda. Sin más preámbulos, que disfruten.


- Nexus


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Hoy en día, la mayoría de las personas suelen decir cosas como "en mis tiempos la niñez y la juventud era más sana" y cosas como esas. Lo que esos adultos mayores no dicen, es que ellos vivían en la hipocresía más grande de todos los tiempos. Entre los adultos, los cachos se ocultaban entre las camándulas y las confesiones con el cura y las mentiras se ocultaban con el silencio y la vista gorda a los temas más sensibles.


Cuando yo estaba en la escuela, escuchaba por lo bajo a muchos de mis amigos diciéndome lo guapas que se veían las jovencitas. Obvio teníamos las hormonas alborotadas, y nuestros interiores se quedaban babeados con nuestra esencia juveniles de solo imaginarlas desnudas y queriendo explorar su bella pureza femenina. Y tampoco éramos santos, pues algunos de mis amigos entraban de contrabando revistas pornográficas y con eso nos masturbábamos hasta quedar con las bolas, literalmente ordeñadas. Pero sentía que había algo extraño dentro de mí: cuando algunos de mis compañeros masculinos se quedaban en pantaloneta en las clases de educación física, les veía sus culos bien paraditos y se me paraba de solo imaginarme penetrarlos con fuerza. Obvio también sentía lo mismo pensando en al penetrar una bella y húmeda vagina. En esa época apenas estábamos conociendo lo de los condones, pues los más "experimentados" siempre nos recomendaban el "coitus interruptus" para no embarazar a la muchachita y evitar problemas con los padres y el cura. Muchos de mi colegio tenían que empezar a trabajar para pagar los errores de sus calenturas de la pubertad.


Cuando tuve mi primera vez, lo hice con una niña llamada Carol. Obvio las ganas nos podían, así que comenzó con algo de sexo oral a mi herramienta, luego la masturbé un poco y la penetré en todas las posiciones que conocía. La verdad, no niego que me gustó el sexo pero tampoco me dio la satisfacción que esperaba. Carol no era fea, pero tampoco era agraciada. Solo lo hice para ser un "hombre" frente a mis amigos; y bueno, seguía siendo el "nerd" de la clase y siendo un verdadero hombre al mismo tiempo.


Habían pasado 6 meses desde la última vez que había tenido mi primera vez, Carol no se había embarazado y yo seguía bien (y ahora gracias a Dios no la embaracé) y a mi escuela llegó un compañero que venía de una situación muy trágica, ahí comenzó mi historia con Javier. Venia desplazado por la guerrilla, y al ver que nadie le ofrecía amistad o un trato amable, decidí hacerme su amigo. Como yo era el mejor del salón, Javi se puso al corriente muy rápidamente lo cual me permitía que Javi fuera un excelente compañero de estudio. Yo les comenté su problema a mis padres, y ya que mi familia tenía un excelente estatus económico, le ayudaron mucho, lo cual sus padres agradecían mucho. Ellos apenas se la luchaban bien para llevar algo de comida a su mesa, pagar servicios públicos y el arriendo de una humilde casa rural.


Al pasar el tiempo, yo veía a Javi con ojos diferentes: ya no se veía tan demacrado, se veía más lindo y su culo estaba tomando una forma bastante atractiva. Cada vez que pasaba detrás suyo me provocaba darle nalgadas, pero algo me detenía y no era precisamente el pudor o cosas como esas. A medida que nuestra amistad creció, me fascinaba su manera de ser, también admiraba su amor por la vida. Me enseñó que sin tener nada, aprendió a ser alguien humilde y a darle gracias a Dios por un día más de vida.

¿Por qué dudas de mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora