Tik Tok Tae! [kth + jjk]

Capítulo 29

La mañana siguiente arrancó siendo un caos de estrés para Jungkook.

Se despertó antes que Taehyung, fue a levantar a HyeSung y a bañarlo antes de darse una ducha él mismo y vestirse. Tenía que organizar todo lo que había traído, asegurarse de que no se dejaba nada y prepararse para el viaje que les esperaba esa tarde.

Cuando bajó al infante al primer piso, los señores Kim ya estaban preparando el desayuno y lo saludaron alegremente.

—Pensé que aún estarían dormidos. Ayer llegaron muy tarde, ¿no es así? —Les preguntó luego de saludarlos con una sonrisa y dejar a Hye en el suelo para que corriera a saludar a sus abuelos.

—Bueno, sí. Yo suelo despertarme pronto y Younghwa quería prepararos el desayuno como despedida, así que hemos madrugado —explicó Yoosan tras acariciar con cariño el cabello de HyeSung, quien estaba abrazado a su pierna.

—No deberían haberse molestado, muchas gracias —Jungkook hizo una reverencia. Estaba claro que para los señores Kim tenerlos ahí era un encanto, pero aún así no deseaba que su presencia fuera de ninguna forma un inconveniente.

Ambos adultos le restaron importancia, haciendo el ambiente ligero con conversaciones matutinas. Hye comía tortitas en trozos muy pequeños acompañado con un biberón de leche formulada que Jungkook le había preparado con algo de prisa.

HyeSung ya no solía tomar biberones; dejó la lactancia formulada siendo muy pequeño, pero de vez en cuando aún la consumía como parte de su dieta y Jungkook se aseguraba de tenerla a mano para el infante, así que definitivamente la había empacado antes de iniciar su viaje.

Taehyung no tardó en bajar: a punto de terminar el desayuno apareció por la puerta de la cocina, con su cara humedecida por haberse echado agua y sus ojos aún hinchados por el sueño.

—¿Ya estáis vestidos? —Miró a Jungkook y luego a HyeSung, haciendo un exagerado puchero.

—Claro, tenemos que prepararnos para irnos —le recordó, enarcando una ceja.

—¡No me lo recuerdes! —Lloriqueó, dejándose caer en una silla al lado de su madre, quien soltó una risita por su actitud—. No quiero que os vayáis.

Jungkook rodó los ojos con diversión, sacudiendo la cabeza y levantándose para llevar sus platos sucios a la encimera.

—¿Por qué no te quedas otra semana? No, mejor, ¡todo el verano! —Ofreció deforma dramática.

—Lo siento, señorito, pero mis vacaciones del trabajo se acaban en un par de días y tengo facturas que pagar, no como algunos —se burló de forma ácida, acercándose luego al pelinegro para dejar un pico en sus labios—. Todavía tenemos toda la mañana, ¿por qué no vamos a dar una vuelta al parque o algo así?

Tras aceptar dócilmente, Taehyung vio a Jungkook ayudar a Hye a bajar de la silla y salir de la cocina. El infante se quedó en la habitación, llamando la atención de su abuelo para que jugara con él.

Sólo Tae sabía cuando iba a echar en falta su presencia una vez se fueran, y sabía que no era la gran cosa, que no iban a separarse para toda la vida. Quizás ni siquiera por más de dos meses, ya que podían ir a visitarse mutuamente con relativa facilidad, pero siquiera pensar en dejarlos ir cuando apenas los tenía...

De todas formas, también estaba feliz porque sabía que a partir de ese momento su vida había cambiado. Probablemente para siempre.

Así que, sí, no quería separarse de Jungkook porque era apegado a aquello que amaba. Las distancias no le gustaban, quería poder tocar, besar, abrazarlos cada día de ser posible. Pero también era consciente de que sus vidas iban más allá el uno del otro. Esteban sus estudios, sus amigos, sus familias... Y, en el fondo, estaba seguro de que la distancia no afectaría en nada su relación y de que, en todo caso, fortalecería los lazos, volviéndolos más fuertes.