Cadenas del corazón. ♡ - One shot. Nesscas.

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— Lucas y Claus habían ido con su padre a Eagleland a quedarse unas semanas allí, una ventaja ya que Lucas podría ver a su amado Ness, que iba a visitarlo cada cuanto. En este día iban hacia Fourside a su centro comercial, Flint debía comprar unas cosas, y sacar dinero para poder pagar el hotel. Dejo que sus hijos vieran el alrededor mientras el hacia el retiro del dinero, el rubio con mucho entusiasmo acepto, y fue a ver las tiendas, en cambio Claus, le había avisado a Ninten para que viniera a pasar tiempo con el, lo típico.

— Lucas estaba solo en esta aventura, veía cada tienda con una sonrisa en la cara, hasta que se topo una con productos de San Valentín, ya había pasado hace unos meses, pero al parecer seguían vendiendo cosas para gente enamorada, el de ojos azulejos la iba a pasar por alto, ya que no tenia nada que comprar ahí para nadie... Pero a la mente se le vino una imagen vivida de Ness, sus mejillas empezaron a arder, si tenia a alguien a quien darle ese regalo. Entro a la tienda y compro dos cadenas de corazón partidos a la mitad, que hacían un corazón juntas, y tenían un escrito que cuando formaba el corazón era legible para presenciar.

"You are my sunshine."

— Salió con timidez, y admiro su pequeño regalo, que estaba en una caja roja con un corazón, y un listón amarillo como su rubio cabello, con una sonrisa en la cara miro hacia el frente, viendo a alguien que no esperaba encontrar.

— Porky Minch, el sucio hijo de esa detestable familia, que estaba obsesionado con su alma gemela, lo odiaba a muerte. Aunque Lucas nunca supo porque, el solo le tiene asco por lo que le hizo a su hermano "mayor", y no querría que el asesinara a el psíquico que tanto le quitaba el sueño así por así. Porky se acerco con una mirada amenazante junto a Picky, su adorable hermano menor, Lucas se sentía acorralado, ya que no tenia aliados cerca, y si pasaba algo debía defenderse así fuera solo.

— Hola Lucas, que coincidencia... — El matón de Porky sonreía de oreja a oreja. — ¿Qué diablos quieres cerdo? — Dijo el rubio fastidiado. — Solo quiero reírme un rato junto a Picky. — Mira lo que lleva en las manos, siendo el tan anhelado regalo para Ness. — ¿Uhm? ¿Este regalo es para Ness? Pensé que eras marica, pero no tanto... — Dijo sin tartamudear, y se hecho a reír, Picky estaba apenado por la actitud de su hermano. — Eso no te concierne... Si realmente quisiera hablar contigo, simplemente me buscaría un cerdo, son más agradables que tu. — Esto le molesto, y el rubio quiso retirarse del lugar, el rubio mayor intento golpearlo, siendo detenido por Picky, al agarrar su mano, solo lo "empujo" haciendo que se le cayera el regalo a su dirección, Porky lo recogió y la abrió. — No seas desconsiderado, déjame ver tu regalito... — Vio el interior y saco las cadenas. — Ew, cosas de niñitas, que asco. — Con repugnancia lo dejo en la caja y la arrojo hacia el piso de abajo. — ¡LAS CADENAS! — Lucas salio corriendo hacia ellas, y Porky lo hizo tropezar cayendo hacia el otro lado del barandal. Porky río y se fue, Picky asustado fue a ver a Lucas. — ¡P-PICKY AYUDAME! ¡ESTOY ABAJO! — Dijo con terror mientras se sujetaba del barandal con una mano. — ¡Idé a buscad ayuda! — Dijo el pequeño algo nervioso, y fue a buscar a alguien que pudiera ayudar a Lucas. Estaba empezando a desesperarse, habían pasado 10 minutos desde que Picky se fue, Lucas contó cada segundo, su fuerza se debilitaba, el rubio había usado sus PP para poder tener más fuerza para no caer, pero solo le quedaban pocos y se empezaba a cansar por usar tanto sus poderes psíquicos, lloraba mares, a tal punto que le era imposible si quiera hablar, todo el sonido se iba volviendo en un sonido que se convertía en un pitido en sus oídos, estática era lo que sentía tener, el miedo lo había consumido, y nadie lo ayudaba... ¿Picky habría escapado? Porque confiar en un niño pequeño de solo 8 años... ¿Porqué lo hizo? No tenia a nadie ahora, uso sus últimos puntos psíquicos, y estaba exhausto, iba a soltarse en cualquier momento, hasta que una mano y una voz le dieron esperanzas.