El hombre apareció como una brisa de arena igual que en las películas del medio oeste. Cada vez que caminaba, las faldas de las mujeres que lo veían pasar se agitaban. Cuando el hombre guiñaba un ojo y aplaudía, las mujeres gritaban y sujetaban sus faldas con emoción
El hombre se marchó lentamente como el polvo, dejando atrás a las mujeres detrás de él, como si no quisiera ser tocado innecesariamente y oler la desesperación que desprendía entre ellas...
—¡Hyung! ¡Jung Hoo hyung! —Do Jin, quien se encontró al hombre, corrió desde lejos y lo abrazó. Jung Hoo puso su brazo sobre el hombro de Do Jin y se puso sus gafas de sol.
—Oh, ¿cómo está nuestro Do Jin?
—Hyung, ¿cuándo te dieron de alta?
—¿Esta mañana? Quería ver a Do Jin así que deserté.
—Ha ha, eres un mentiroso. —Do Jin sonrió ampliamente. La mierda que había dicho Jung Hoo fue un tema que reveló una realidad que no podía ser ignorada sobre la complejidad del tiempo entre ellos. Sin decir una palabra y en brazos de Jung Hoo, juntos se dirigieron al departamento para entregar una asignación.
—Mi corazón se hizo más grande mientras no vi a Do Jin en este tiempo. —Jung Hoo frotó el hombro de Do Jin, a quien no había visto durante dos años.
Fingiendo estirar sus músculos, pasó suavemente sus dedos alrededor de los pezones de Do Jin, creando en su interior un caos que claramente Do Jin desconocía, porque éste era beta y él era un alfa.
Do Jin peligrosamente ponía al oponente en la defensa al no estar consciente de esta situación, pensando que era seguro. Y lo único que hizo el inteligente Do Jin, al no entender lo que pasaba, fue sonreír mirando ferozmente a Jung Hoo.
Para Do Jin era un lugar desconocido en el que nunca había estado por su misma condición, pero al ver cómo el estado de un alfa como Jung Hoo cambiaba, hasta el punto de volverse loco, solo podía pensar que el ejército era un sitio para pasarlo mal.
—¿Estás loco? ¿Por qué me tocas el pecho? —Aunque dijo eso, no lo aparto. A Jung Hoo le gustaba el contacto físico, por eso sabía que no haría nada desagradable. Sin embargo había una sensación de excesiva pegajosidad, pero como lo conocía lo dejaba pasar.
Y Jung Si Yeong, quien descubrió a ambas figuras, inmediatamente con sus ojos en llamas estranguló el cuello de Jung Hoo desde lejos.
«¿Qué... demonios... es... esto?... ¡Ese bastardo!»
Esto, en otras palabras, quería decir que Si Yeong conocía personalmente a Jung Hoo.
Do Jin entregó la tarea y fue el primero en irse, pero antes de despedirse de Do Jin, Jung Hoo prometió ir por una bebida juntos en el futuro cercano. Luego de decir eso, mientras hablaba con el asistente, salió de la oficina del departamento después de recibir una asignación de reinstalación.
Tarareando al pasear por la esquina, Si Yeong, que estaba pegado a la pared, lo saludó con una apariencia serena al igual que una doncella fantasmal. Rascando la pared con sus uñas, el omega saludó al alfa Jung Hoo.
—¿Por qué estás con Do Jin?
Después de encontrar a Si Yeong, el alfa entrecerró los ojos y estiró su cuello para examinar mejor a la persona que estaba parada enfrente de él. Se frotó la barbilla y se puso a buscar en su memoria, mientras se acomodaba los lentes de sol, y en un momento recordó todo con total claridad.
—No te había visto desde hace un tiempo. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Todavía vas a esta escuela? —Jung Hoo le dio una palmada en el hombro a Si Yeong como se hacía en la película Noir de Hong Kong de la década de los noventa.