Capítulo 1.6

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Sus ojos temblaban. Sufría escalofríos por todo el cuerpo; no por excitación, sino porque estaba horrorizado por lo que acababa de suceder. Jung Hoo, que estaba congelado, apenas pudo preguntar.

—¿No te sientes bien?...

—Cristo, joder, no, todavía no...

El ciclo de calor de Si Yeong era preciso; todavía faltaba una semana para que llegara y el dolor era una evidencia, sin embargo en el momento en que entró en contacto con Jung Hoo, su ciclo avanzó rápidamente. Tal vez fue porque estuvo con un alfa por mucho tiempo, lo que pareció causar que las hormonas se confundieran, pero como estaba luchando con la repentina situación no tuvo tiempo de pensar racionalmente en ello. Tan pronto como se dio cuenta del ciclo de calor, la temperatura comenzó a envolver su cuerpo.

«Joder, estoy jodido.»

—Estoy realmente jodido —murmuraron los dos al mismo tiempo.

Los alfas no tenían un ciclo de calor. En cambio, el enfrentarse a un omega en celo causaba en ellos un celo de solidaridad. La excitación de Si Yeong se fue impregnando lentamente en la mano que sostenía el collar de su camisa.

Si Yeong temblaba bajo el aliento que golpeaba su rostro. Su espalda estaba a punto de mojarse. Estando de pie así, podría haber estado orinando. Le dio fuerza a sus ojos, pero no podía ni siquiera mirar al frente y sus pupilas se dispersaban sin enfoque. Jung Hoo, que tenía más razón que Si Yeong, salió del café arrastrándolo por el cuello.

—Oye, joder, no seas una puta, no lo hagas aquí.

—Oh, sí, voy a aguantar... no estoy diciendo que...

—¡Oye, aguanta!

—Estás empacando tus pelotas, ¿acaso vas a romperlas si te digo que te las guardes?

Si Yeong se emocionó por lo que dijo y torció la cintura.

—Hey. Oh, mierda, no digas cosas tan vulgares...

—¡Loco, joder, tú lo hiciste primero!

—Oh, Dios mío... fluye...

—¡Oh, mierda!

Yeo Jung Hoo, quien fue dado de baja como tirador especial del Ejército coreano, abrazo a Si Yeong como si fuera un soldado realizando una ardua marcha.

Si Yeong, que se estaba tambaleando, fue abrazado de manera segura por Jung Hoo. Era doloroso pensar que había rodado tanto para transportar a Jung Si Yeong, pero en cualquier caso, el persistente pasado lo ayudó en esta situación.

Jung Hoo estaba ocupado caminando y Si Yeong jadeaba con sus brazos alrededor de su cuello. Cada vez que respiraba, la racionalidad de Jung Hoo se volvía borrosa. Mientras corría hacia adelante, Jung Hoo dibujó un mapa de un lugar cercano en su rígida cabeza. El alojamiento más cercano estaba a 500 metros de aquí.

Corrió hacia el motel y tiró a Si Yeong como si fuera un paquete para dirigirse al mostrador.

—No, no la habitación de alquiler.

Por un momento, Jung Hoo recordó el ciclo de calor de Si Yeong. Tres horas de alquiler no eran suficientes.

—Un alojamiento. Por favor, deme cualquier habitación.

—Sí, 70,000 won.

Jung Hoo sacó su tarjeta y se llevó a Si Yeong, que estaba jadeando. La señora del mostrador sonrió suavemente mientras masticaba chicle.

—Oh, es un buen momento.

—Es un maldito momento.

La señora se rió del gracioso comentario. Luego puso la tarjeta sobre el mostrador cuando terminó su trabajo. Jung Hoo recibió su tarjeta y la llave, las metió en su bolsillo y subió corriendo las escaleras.

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