Lucero siempre había sido bulliciosa.
Antes de volverse un país religioso, la capital comerciante siempre estaba hasta el límite de población. Las filas para entrar a la ciudad eran largas y duraban días para siquiera entrar en hora pico.
Actualmente, la abandonada capital tenia no más de 2.500 habitantes, ya sean No-Muertos o humanos.
Era de esperarse que los humanos fueran discriminados por los No-Muertos, quienes despreciaban a los seres vivos de manera natural.
Pero en Lucero no fue el caso.
Debido a sus experiencias previas, todos los No-Muertos apreciaban la nueva oportunidad que se les había dado, tratando a los recién llegados (Secuestrados) humanos como turistas o nuevos vecinos.
Aunque eso tardo un tiempo en ser reciproco.
Después de las acciones de una sola persona, es que los humanos obtuvieron la valentía para encarar a los No-Muertos.
Las calles eran más vividas que antes.
Pero eso no les quito el miedo o el prejuicio.
Todavía caminaban algunos con algo de precaución o miedo.
Pero ella no...
Theresa. La una vez habitante de la misma ciudad que ellos, había desaparecido dentro de una mazmorra y vuelto de la manera más drástica.
Ahora era... Diferente. No diferente después de pasar por una gran experiencia, sino diferente en el sentido de que era sobrehumano.
Tan distante, pero a la vez cercana, igual que una montaña.
Ni siquiera sus amigas más cercanas eran capaces de reconocerla ahora.
Esa mujer se encontraba en la plaza central de Lucero, concurrida por algunos de sus habitantes o tiendas abiertas casi al mediodía.
Sentada en la fuente de agua con estatuas rotas, se veía encantadora mientras la luz reflejada en la superficie líquida bañaba su cuerpo. Si su pequeño enamorado estuviera presente, obligaría a su cerebro y subordinados a grabar esa escena con completo detalle.
En sus manos, una carpeta con papeles con imágenes e información altamente detalladas.
Proyecto Bahram.
- (Esto llevará tiempo y dinero...) – Theresa se mordió ligeramente un dedo mientras pensaba en pros y contras de la propuesta.
Este proyecto había sido propuesto por Fey, el sub-director de la División Mágica para mejorar las defensas de la ciudad. También fue apoyado por los altos mandos de la División de Combate.
- (Una mejora para los soldados vivos y muertos... Independientemente de sus razas originales... Usando a los ciudadanos que están presentes...) – La mirada de Theresa estaba fija en las nubes del cielo, posándose finalmente a las personas que paseaban libremente por la calle, ignorando su existencia como si fuera invisible.
- Rechazado. – Theresa paso su dedo en el papel, creando un intrincado emblema de X roja que solo los altos mandos podían crear, en particular, el de Theresa solo era superado por el de Ryuka.
- (Esto fue creado usando una idea de... Lovelace... Pero fue firmemente rechazado por Ryuka... Él no tiene el corazón para hacer tal cosa) – Theresa sonrió mientras recordaba al rey no oficial de la capital abandonada.
Ryuka podía ser muy imaginativo y progresista a veces, pero no le gustaba hacerle daño a la gente, o por lo menos, a todo lo que veía como igual.
El sonido de los pasos llegó a los oídos de Theresa.
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Reencarnado en un dragón, ¿¡Porque!?
FanfictionEn medio de la oscuridad, sin recuerdos, incapaz de saber quién o qué era. Un joven abre sus ojos para ver cómo ese mundo era cruel y despiadado incluso con un recién nacido. Un mundo de fantasía lleno de magia, monstruos y dioses. Solo una voz fue...