Mire a Bill, curiosa. Ya había pasado más o menos dos hora desde que nos había dado el regaño de nuestras vidas. Ah, y desde que le había tirado un florero a Tom por persuadir a Georg de que me dejara beber, y desde que le había jalado el cabello a Georg por dejarse persuadir de Tom. Y a Gustav, bueno, a él también le iban a pegar, pero no lo deje, Gustav está chiquito. Tom y Georg me miraban indignados, mientras yo abrazaba el cuerpo del rubio. Cada vez que me acuerdaba me daban una terribles ganas de reírme. Aún no superó las caras de cada uno de los chicos.
Ahora mismo estaba en la habitación de Bill, mientras él me pintaba las uñas de un color rojo carmesí. Los chicos se habían ido ya hace un rato a sus respectivas habitaciones, no sin antes Georg decirme que cuando me fuera le avisara.
Bill no me había contado nada de nada sobre lo que paso con Ana, ignoraba mis indirectas no tan indirectas. Le pregunté que cómo le había ido su noche y me contestó con un simple "estuvo muy buena"
Lleve un pedazo de chocolate a mi boca, mientras lo veía con los ojos entrecerrados. Tenía una sonrisa casi inexistente, pero estaba ahí, su humor estaba muy bueno para ser las once de la mañana, oh, casi me olvidaba, cada cierto tiempo cantaba canciones de Britney Spears, mientras que...
—¿Tienes algo que decirme, Lia?—preguntó con diversión, sin dejar de pintarme las uñas. Me acomode mejor en la cama.
—Me cansé de tirar indirectas, así que, lo preguntaré directamente-cerró el esmalte y puso su atención en mí, sin dejar de sonreír con diversión.
—Bien, ¿Cuál es tu duda?
—¿Que hay con Ana?—cuestione sin rodeos.
—¿Que hay con ella?—se hizo el desentendido.
Rodé los ojos. Demonios, son tal para cual.
—Que idiota—lo empuje del hombro, haciéndolo reír.
—Solo tengo una cosa que decir... Gracias.
Lo mire confundida.
—¿Por qué?
Sonrió de lado, bajando su cabeza un poco avergonzado. Hasta podía ver sus mejillas ligeramente rojas, cosa que me enterneció mucho.
Quien pensaría que horas antes estaba tirando floreros. Ja.
—Por haber hecho lo que hiciste, ya sabes, haberme llamado y dejado a solas con ella—sonreí por su declaración, ansiosa porque dijera ciertas palabras—si no lo hubieras hecho, tal vez nunca hubiera tenido el valor de declararme.
Lo mire con emoción.
—¿Estás diciendo que...?
Sonrió, jugando con el esmalte.
—Le pedí ser su novio, Amalia-rebeló, con orgullo.
Lleve mis manos a mi boca, sintiendo la emoción crecer en mí. Al fin estos dos estaban juntos. Había esperado mucho tiempo para que esto pasara. Estaba muy feliz.
Me lance hacia Bill mientras lo abrazaba, haciéndolo reír. Le repetía un sin fin de veces que estaba muy feliz por ellos, y que si terminaban yo iba a ser hija de padres divorciados, cosa que lo hizo reír demasiado, prometiendo que nunca iba a dejar ir a una chica como Ana. Mi corazón saltaba de alegría y podía sentir el suyo contra mi pecho, haciéndome sonreír.
Nuestro momento se vio interrumpido por un carraspeó, uno muy fingido, por supuesto, haciéndonos voltear hacia la puerta de la habitación, dónde se encontraba Tom de brazos cruzados y con una mirada de pocos amigos. No me veía, a comparación de Bill, quien lo veía de forma dura. Si las miradas matarán, yo ya estuviera llorando a Bill. Tragó saliva, alejándose de mi de una manera rápida. Mire confundida esa acción.
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the pain of love; Tom Kaulitz
Fanfiction-"¿Que sería del amor sin el dolor?-me pregunto ella, a unos centímetros de mis labios." -"No lo sé, tal vez no sería nada. Porque solo el amor puede hacer que el dolor valga la pena-respondí, juntando finalmente nuestros labios." Todo empezó como u...