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11/03/2009.

Sentía mis manos sudar, mi boca seca y los nervios a flor de piel

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Sentía mis manos sudar, mi boca seca y los nervios a flor de piel. Estaba a punto de modelar para una de las marcas más influyentes en el modelaje, VERSACE, junto con otras modelos muy reconocidas. Sentía que en cualquier momento me desmayaría, y no es que sea mi primera vez en una pasarela, no, pero si era la primera vez que modelaba para esta marca.

En el público se encontraban muchas personas reconocidas, cómo Britney Spears, Avril Lavigne, Angelina Jolie, etc.

—Sales después de Claudia—informó un chico de producción. claudia schiffer me dió una pequeña sonrisa antes de salir y comenzar con su pasarela.

Pasaron unos cuantos segundos y me avisaron nuevamente que era mi turno. Inhale y retire todo el aire de mis pulmones, intentando concentrarme. Salí a la pasarela y pase al lado de Claudia que venía de regreso, ella me dió una sonrisa y yo se la devolvi sintiendo que todo el ambiente tenso se iba. Empecé a modelar mostrando al público las pendras que estaba untilizando, que consistía en un vestido negro largo con una abertura en la pierna izquierda, con un escote muy sutil  pero a la vez determinado con unas tiras decorando gran parte de mi pecho, aretes y unos hermosos tacones negros de aguja que me hacian ver más alta de lo que por si ya era. Cabello largo y suelto de una manera que me hacía ver rebelde, pero al mismo tiempo elegante. Llegué al final de la pasarela e hice algunas poses y la multitud me aplaudió complacida.

Mis ojos se encontraron con los de mis chicos, gritaban y aplaudían frenéticos. Bill, Georg y Gustav me saludaban agitando sus manos para que los pudiera ver, les tire un beso. Tom estaba de pie aplaudiendo con una pequeña sonrisa en sus labios.

Me di la vuelta para abandonar la tarima y me encontré con la sonrisa deslumbrante de Ana, que cuando me vio se acercó y me dió un gran abrazo, haciendo que el público aplaudiera aún más. Nos separamos y cada una se fue por su lado.

                             ∆∆∆

—¡Lo hiciste genial!—dijo Ana, mientras se sentaba en el tocador para poder desmaquillarse. Le sonreí tirándole un beso.

—Lo hicimos genial.

—Lo hicimos genial—repitió, segura.

Sonreímos y volteamos hacia el espejo para poder desmaquillarnos. Tocaron la puerta.

—Adelante.

Marie, mi representante, entro y nos dedicó una sonrisa. Era una chica peliroja, con treinta y ocho años. Me había descubierto cuando tenía la edad de quince años. Ya que mi madre le había mandado un vídeo mío modelando y de ahí en adelante fue ella la que me representó en cada una de mis pasarelas.

—Lamento molestar, señoritas.

Le sonreí reatandole importancia.

—Tú siempre eres bienvenida,
Malia—me sonrió y se acomodo el traje.

the pain of love; Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora