El custodio

☆CUATRO☆

La mañana llegó lentamente para aquel incómodo hombre, que casi no había podido pegar un ojo en toda la noche, así que se levantó apenas amanecía y salió de la habitación dejando a la azabache casi perdida entre las sábanas, en un sueño profundo y confortante.
En menos de media hora había vuelto al diminuto dormitorio con dos cafés en su mano y una bolsa de un supermercado de la zona.
La llamó con sutileza, y Kagome no demoró en abrir sus ojos con pereza.

-Despierta..te traje un café bastante cargado- le habló con voz calma

-Mmm..buenos dias- respondió al mismo tiempo que se estiraba para sentarse en la cama.

Los ojos de Sesshomaru se oscurecieron por un momento, dirigiendo su mirada al escote de la bata que cubría el cuerpo de la chica; inmediatamente Kagome se dió cuenta que le había regalado una vista bastante reveladora sin querer y se sonrojó.

-Lo siento- susurró.

-No te preocupes..- y le tendió la bolsa que traía consigo.

-Te conseguí algo de ropa,no se si sea de tu talla pero te servirá hasta que lleguemos a tu casa- le explicó serio e incómodo.

-Te lo agradezco mucho, de todas maneras no hay nada mas que ya no vieras anoche- admitió Kagome, con toda naturalidad.

La tensión en el aire era palpable pero pronto los distrajo un sonido que venía desde afuera.
Era la voz del casero que hablaba con miedo..

-¡Ya se los dije! El hombre que pagó por esta habitación venia solo-

Ante esta situación Sesshomaru se calzo el arma la cual portaba en su cintura y la cargó mientras le señalaba a Kagome en dirección al baño.
Ella entendió rápidamente la alerta y se metió donde le dirigió su custodio con la ropa en su mano.
Pocos segundos después la puerta se abría estrepitosamente, dejando ver dos hombres armados ingresar violentamente al interior de la habitación sin contar que Sesshomaru se había escondido detrás de la abertura para mantener la ventaja.

-¡Busca a esa perra!- ordenó uno de los tipos con apariencia de delincuente.

En un movimiento el ex soldado derribó al que quedó atrás y lo dejó inconsciente con un solo golpe, para cuando su compañero abrió la puerta del baño y arrinconó a Kagome sobre una esquina, Sesshomaru ya apuntaba a su cabeza desde atrás.

-Suéltala o te mato- mientras engatillaba su arma

Todo se paralizó. El tiempo parecía haberse congelado.

-Ven aquí.. - le habló a Kagome quien se encontraba asustada y nerviosa.

Ella no dudó un segundo en obedecer y paso al lado del misterioso atacante para pararse detrás de Sesshomaru.

-¿Quién te envió?- volvió a dirigirse al tipo que mantenia sus brazos al aire.

-Puedes matarme aquí que no te lo diré- respondió y amagó a girarse para enfrentar a Sesshomaru

En un cerrar y abrir de ojos yacía totalmente inerte en el suelo del baño.

-¿Lo..lo mataste?- preguntó Kagome titubeando.

-No. Solo los dejé inconscientes por unos minutos. Debemos irnos antes que vuelvan en si..-

Y así, a toda prisa se dirigieron al auto que estaba en el aparcamiento del motel.
Pasaron varios minutos para que alguno de los dos hablara pero Sesshomaru fue quien rompió el silencio primero.

-Tu tío me contrató porque había amenazas hacia ti hace algunos meses, pero tengo entendido que jamás habían atentado de esta manera ¿no es así?-