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[Pequeña aclaración, la línea temporal será modificada en un gran porcentaje para conveniencia de la historia, posibles spoilers del manhwa]

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Aquel día simplemente había comenzado como cualquier otro, bueno, sí tenemos en cuenta la movilización casi completa de Asia en busca de detener algo que había causado tantos si no es que más problemas que antiguamente con la aparición de Kamish.

Sung Jin-Woo despertaba cómodamente en su habitación, enredado en las mantas que tanto conocía tras haber caído presa de Morfeo la noche anterior al haber acabado muerto con sus rondas de limpiar portales de forma casi obsesiva ahora que la mayoría de cazadores de altos rangos se encontraban lejos del país.

Se estiró cuál gato sintiendo el crujir de sus huesos tras haber estado demasiado tiempo en la misma posición al haber estado durmiendo, las mantas se pegaban a su cuerpo cálidamente mientras intentaba por todas las formas despejarse del sueño que aún lo consumía, perezosamente tomó asiento, permitiendo que las mullidas almohadas le hicieran de soporte mientras luchaba con los restos del relajante sueño de su noche.

De entre sus sombras, algunos de sus leales seguidores le mandaban saludos de buenos días mediante la conexión compartida, mientras otros como Igris y Tank salían de la sombra que conformaba la cama dónde su rey descansaba.

El primero, el caballero de armadura reluciente con destellos azulados se colocó como soldado al lado de la cama, a la espera de órdenes para ayudarle a comenzar el día, mientras que la bestia que ahora mantenía un tamaño de "bolsillo" si consideramos que mide lo que un cachorro de osezno, se acomodaba plácidamente en los brazos de su amado amo intentando convencerlo de dormir un poco más.

Tristemente para el oso, Jin-Woo conoce sus trucos, la forma en la que se amolda a sus brazos con ese pelaje hecho de sombras de extraña textura esponjosa y vaporosa, como si tocaste el humo de hielo seco que se utiliza en las fiestas, sabía sus artimañas para obligarlo a tomar descansos cuando sus invocaciones querían mimarle luego de días pesados, como sinceramente había sido la última semana.

El pelinegro tomó a su pequeña bestia, estrujando a la criatura entre sus brazos, aspirando el "aroma" a bosque y vallas que compartían los osos que había atrapado, se relajó sintiendo un baño agradable de un "algo" indescifrable y se perdió unos segundos con el rostro oculto al mundo en la esponjosa melena del mismo. Ya satisfecho apartó el rostro, recibiendo un gruñido molesto de la bestia, como dando a entender que estaba inconforme con que su plan no hubiera funcionado, obteniendo en respuesta una caricia en las orejas y un dulce beso en la pequeña y fresca nariz en su hocico.

Jin-Woo sabía perfectamente como dominar a cada una de sus sombras, conocía lo mimados que estos podían ser conforme crecían con ayuda de su poder y lo mucho que todos esperaban serle de utilidad.

Con calma, llamó de su sombra a Iron, entregándole al osezno que parecía más un peluche hiperrealista en brazos de su infantil invocación, sintió una sonrisa y una carcajada burbujear en su pecho y pidió que fueran a observar si su madre y hermana ya estaban despiertas y les apoyaran en lo que pudieran.

Ambas invocaciones, una más hiperactiva que la otra, salieron y a los pocos segundos estuvo solo con Igris en la habitación, se removió en la cama, notando que de nueva cuenta alguien había sacado su ropa para permitirle dormir más tranquilo, de verdad debería comenzar a ser más agradecido y así lo hizo, mandando mediante la línea que los unía un agradecimiento cálido y amoroso, en respuesta, la presencia de Igris era constante y desbordaba felicidad contenida en una muestra de servicio a su señor, cosa que realmente el azabache no tragaba como tal.

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