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[Puede que me odien con este capítulo]
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Quejas, drama, drama y simplemente dramas por todos lados.

A veces me pregunto si realmente la sociedad esta tan podrida como parece ser simplemente porque las cosas no salen como ciertas facciones lo esperan.

La simple y segura afirmación del afamado Jin-Woo había rotó nuevamente el Internet, al mundo entero y a los mismos participantes en la entrevista a nivel mundial, bueno, no realmente a todos.

En el set, algunos murmullos parecían querer romper el silencio qué se había formado, algunos otros parecían conformes con la respuesta y los restantes estaban furiosos, enfadados de tal aberración existente en el mundo.

Esto era una completa desgracia.

En el centro, la presentadora amable, Barbara, daba por finalizada la entrevista al notar la inconformidad del chico con toda la atención, los murmullos que seguramente escuchaba como si fueran dichos cerca de sus oídos y el estrés de tener que salir públicamente del closet en el que se resguardaba con justas y obvias razones.

Con unas cuantas palabras de agradecimiento, la mujer dio por cerrada la entrevista, despidiéndose junto con el pelinegro ante la cámara para enseguida pedirle disculpas por incomodarle y el estúpido comportamiento de sus compañeros de trabajo.

-Joven Sung, lamento tanto esto, se que no merece este trato y me disculpo de ante mano si mis colegas están siendo pesados al respecto, me alegra que haya aceptado esta charla conmigo y espero podamos volver a trabajar en un futuro más calmo-

Pesé a todo, el morocho estaba calmado, inmutable pues sabía lo que le esperaba tan solo de existir abiertamente en este mundo cruel, a lo lejos observaba a Gun-Hee esperarlo y eso le daba un poco más de energía para seguir adelante, sentía esa preocupación de su parte y la agradecía infinitamente.

Evitando verse tembloroso, estiró la mano derecha para darle un apretón a la presentadora y siguió con una reverencia agradecida.

-No, al contrario, usted hizo qué la entrevista fuera amena y de lo mejor para mi, gracias a usted por todo-

La sonrisa sincera de la mujer, la forma en la que tomaba su mano con ambas propias y la sensación de compañerismo le dejaba en claro que ambos se habían ayudado en esa situación y le estaba deseando fuerzas para lo que se venía pronto.

Sin embargo, lejos de la burbuja de amistad y calma de ambos, los escasos alfas de la producción murmuraban cruelmente entre ellos sobre cómo es que un OMEGA de su clase podía andarse con tanta familiaridad y de aquella forma elegante frente a ellos, con qué derecho venía a darles la cara si no era nada más que basura qué debería ser débil y sumisa.

Un murmullo en particular rompió el silencio, una palabra corta pero hiriente.

-Fenómeno-

Ah...

La habitación cayó en un silencio extraño, todos mirando al chico de cabellos negros con ojos penetrantes y profundos, asqueados en su mayoría de presenciar una aberración de la naturaleza, un omega fuerte, un fenómeno.

La incomodidad era palpable, los ojos lavanda brillaban teniente te glaseados con una fina capa de lágrimas qué no se permitiría soltar y antes de que alguien más dijera algo, un gruñido gutural y profundo detuvo al mundo.

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