{Temporada 2 de "¡Yo no soy un monstruo!"}
Sakura dejo la aldea. Creo un nuevo equipo. Esta en busca de su hermano, de su pasado. Está dispuesta a destrozar a todo aquel que se encuentre en su camino.
Su pasado está más cerca de lo que cree.
-; Acl...
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Una pequeña pelirosa de 4 años corría por los pasillos de una enorme casa soltando risas escandalosas. Detrás de ella, persiguiéndola con una máscara de un lobo se encontraba su hermano mayor también soltando pequeñas risas y sonidos como si fuera un lobo de verdad. Los dos niños se notaban que eran muy felices.
— ¡Inu! ¡Inu, ayúdame! — grito la pequeña niña al visualizar a otro niño de cabello oscuro frente a ella.
El chico en cuestión tenía una marca en su ojo y labio inferior de color morado. El niño sonrió cuando vio detrás de la niña a su mejor amigo Shinkei.
— Ven a mí, Saku — gritó él abriendo sus brazos para que la niña que venía corriendo brincará a ellos para sentirse a salvo del lobo. Cuando la tuvo en sus brazos, empezó a correr más fuerte y así alejarse del lobo feroz. —¡Yo te protegeré! — inflo su pecho de valentía y como no, orgullo cuando la niña se rio y lo miró con los ojos llenos de brillo.
Lo que los chicos no contaban era que alguien más los esperaba al final del pasillo e hiciera tropezar a Inutsuki y como consecuencia, los tres cayeran. Shinkei más que nada porque con la máscara casi no veía nada.
Cuando los tres cayeron, soltaron varios quejidos de dolor haciendo que la persona causante de la caída soltará carcajadas.
一 Ay niños, deben tener más cuidado 一 se burló divertido. Cuando Shinkei se incorporó, se quitó la máscara y miró mal al adulto presente.
— ¡Oto-san, por tu culpa caímos! — acusó molesto con el ceño fruncido. Inutsuki ayudó a la más pequeña a ponerse de pie.
— To-san es malo — inflo los cachetes la pelirosa.
— Sakura, papá no es malo — se quejó el adulto al ver que la luz de sus ojos lo miraba feo. Se llevó la mano al corazón mientras falsamente ponía un gesto lastimero 一. No le digas esas cosas a papá por qué hace que me duela el corazón.
Los dos niños lo miraron con los ojos entrecerrados al ver que con eso, Sakura, la más pequeña puso cara triste y abrazó a su padre haciéndole mimos.
