𝙉𝙤𝙩 𝙃𝙞𝙨 𝙁𝙖𝙫𝙤𝙧𝙞𝙩𝙚 - Yeongyu / [Trad-Fic]

𝐀 𝐥𝐨𝐧𝐠 𝐥𝐨𝐧𝐠 𝐧𝐢𝐠𝐡𝐭

(Capítulo Vigésimo - Una noche muy larga)
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La noche esta letargada.
Del cielo ceniza caen inertes trozos blancos que inocuos se dejan arrastrar por la fuerza de la fría ventisca temporal.

Diciembre. Las personas caminan alrededor con bolsas repletas de compras. Los niños pasean con sus padres. Los perros salen a pasear con ropa, las tiendas tienen luces de colores, se adorna el alumbrado público en vías centrales, los colores perdieron calidez por la culpa del verde pino y el rojo granates. Ladrones que buscan atención porque son los menos favoritos.

Pero lo que hace menos monótono y mas esperanzadora esta época para Beomgyu, mientras mira por la ventana en silencio; es el color naranja de la luz.

Recuerda que se cuela por debajo de la puerta cuando todo es negro y frío. El momento que gira la perilla usando algo de coraje, el momento al encontrarlo donde la luz tambien es naranja y amarilla creando un ambiente mas cálido. Es la forma en que esa luz significa algo para él y ese algo inflama su pecho y late en el corazón.

Gracias a ese recuerdo, la envidia que le nació al mirar esos niños recibiendo alegremente un abrazo de sus padres o un beso de sus madres, se apaciguaría.

Las festividades no están en casa de un extraño y confía en que si no encuentra voluntad para volver en vía contraria a las ruedas de este coche hasta entonces, el mismo recuerdo hará que se sienta menos solo.

El profesor Choi, o mejor conocido como señor Choi, planeaba hacer varias paradas. La primera fue en una cafetería. Pedirá café con leche caliente y una pequeñita caja con 5 galletas de mantequilla. Típicas de la temporada dicembrina.

La pálidez de esos labios podria ser presión baja debido al susto, entonces creyó que necesitaría algo de azúcar. Alimentos calientes en su estómago para devolverles el color y animarlo, pues pasaron quince minutos por reloj y aún no habia enderezado los hombros, sigue ahi mirando fijamente por la ventana.

Cuando el auto de improvisto se detiene, pronto Beomgyu observa a su maestro bajar y decir: "Vuelvo enseguida"
Cierra la puerta, e ingresa con afán dentro de la cafetería-restaurant, donde lo perdió de vista por completo.

Dejando caer sus largos mechones aceitosos sobre su cara se permitió jadear ruidoso y largo tanto como su cuerpo dejara ir peso imaginario hasta el último gramo.

Acarició el cuero negro de los asientos mientras inhala el perfume del hombre mayor mezclado con el aire caliente de la calefacción.
Se permitió dejar que su cuerpo se deslizara sobre el asiento, destensando cada uno de sus entumecidos músculos mientras ese aroma envolvente transmite imágenes mentales de ciertas partes corporales del mayor que podrían estar perfumadas igual.

Sus brazos, sus dorsos, sus amplios hombros, su nuca. Su pecho.

¿"Que asco"?

Bufó molesto cuando recordó lo que habia pensado antes sobre aquel hombre << que esta en la mitad de los futuros cincuenta>>. Lo que casi le cuesta otro "regaño".